La líder indígena colombiana María Clemencia Herrera Nemerayema, ganadora del Premio Bartolomé de las Casas en 2019 por su trabajo en defensa de los territorios a partir de los saberes locales, se ha propuesto fundar una universidad indígena intercultural en el corazón de su querida selva amazónica.
Gracias a su propia vivencia personal, la también fundadora de la Escuela de Formación Política para los indígenas amazónicos e incansable líder del pueblo Uitoto (Muina Murui) sabe perfectamente que la educación es un camino para transformar la historia de los pueblos indígenas.
Elianys Palmar, del pueblo Wayuu de Venezuela, al concluir su diplomado sobre liderazgo femenino comentaba: “un grupo de mujeres indígenas emprendimos un viaje, llegamos con una mochila vacía y nos fuimos con una mochila cargada de conocimientos(…) Este es el inicio de un largo viaje”.
Ese largo viaje al que se refiere Elianys es el de lograr que los derechos de los pueblos indígenas se cumplan más allá del papel, que sus voces sean tomadas en cuenta en las políticas públicas y en la agenda global, que sus territorios sean respetados y sus saberes considerados a la hora de abordar los grandes desafíos de la humanidad, como el cambio climático. La mochila llena para esa travesía es la formación y capacitación de líderes de movimientos y organizaciones indígenas de toda América Latina y el Caribe.
Tanto Elianys Palmar como María Clemencia Herrera tienen algo en común. Ambas son egresadas de la Universidad Indígena Intercultural (UII), una universidad sin paredes ni fronteras, impulsada por el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC), en alianza con una red de universidades presentes a ambos lados del Atlántico que capacita a mujeres y hombres indígenas para ampliar sus voces y promover sus derechos.
Semillero de líderes indígenas
La venezolana cursó el diplomado regional para fortalecer el liderazgo de las mujeres indígenas y la colombiana es egresada de uno de los títulos más emblemáticos y veteranos de la UII. Se trata del Experto en Pueblos Indígenas, Derechos Humanos y Cooperación Internacional impartido por la Universidad Carlos III de Madrid, que este año alcanza su 16ª edición.
Ni el peor año de pandemia pudo pausar esta formación, en la que este año 2022 participan 37 alumnas y alumnos de diferentes pueblos y etnias indígenas de 18 países latinoamericanos, becados por FILAC y seleccionados de entre más de 350 aspirantes.
Durante la inauguración de la última edición de este postgrado en mayo de este año, Álvaro Zapata, oficial del Programa de Educación para la Equidad de FILAC explicó que, a lo largo de estos 16 años, este curso se ha convertido en un semillero de intelectuales, activistas, líderes comunitarios y políticos que impulsan agendas de cambio en favor de los derechos de los pueblos indígenas en cada uno de sus países.
Como la lideresa colombiana María Clemencia Herrera Nemerayema, entre los egresados de este título destacan líderes y profesionales que trabajan en la protección, defensa y promoción de los derechos de los pueblos indígenas en organizaciones indígenas y de la sociedad civil, instituciones académicas, agencias y organizaciones de cooperación internacional para el Desarrollo, así como en instituciones de gobierno, explica Zapata.
“Más de 200 titulados se han formado en este programa que es referencia internacional y de un nivel muy alto de exigencia”, destacó por su parte, Esther Martínez Ros, directora de la Escuela de Postgrado de la Universidad Carlos III de Madrid durante la apertura de la última edición.
Esta formación es posible gracias a las becas que financia la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), la Fundación Anne Deruyttere, la Fundación Indígena de FSC y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Además del liderazgo y de la formación de capacidades, el intercambio entre los y las alumnas indígenas promueve un sentido de pertenencia y una toma de consciencia de los desafíos compartidos por las diferentes comunidades, así como de sus valores comunes y similitudes culturales. Así lo explican Ayilén Ancalef, del pueblo mapuche de Chile y Carolina Santos de la comunidad mazahua de México, egresadas de la 14ª edición.
Educación para la equidad
Los pueblos originarios son plenamente conscientes de que la educación de calidad y con pertinencia cultural son fundamentales para superar las situaciones de pobreza, marginación y discriminación contra las que llevan siglos luchando. Por eso se han propuesto fortalecer las capacidades de las comunidades, movimientos y organizaciones indígenas.
Con esta perspectiva, el FILAC impulsa desde 2007 el Programa “Educación para la Equidad”, en el que se enmarcan la Universidad Indígena Intercultural (UII) y la Cátedra Indígena Intercultural, un programa en el que también se impulsa la investigación, sistematización y participación de sabios y profesionales indígenas en redes académicas para difundir los conocimientos y saberes tradicionales.
Definida por los propios pueblos indígenas como una “universidad sin paredes ni fronteras”, la UII es una red colaborativa de universidades y centros de estudios y de investigación presentes en diferentes países de América Latina, que imparten diferentes cursos, capacitaciones y postgrados de carácter intercultural en sintonía con las demandas y prioridades planteadas por las propias organizaciones y movimientos indígenas.
La Universidad Indígena Intercultural es una red colaborativa de centros educativos de educación superior que forman a profesionales y líderes indígenas para hacer valer sus derechos
Como eslabón clave de la UII, la Cátedra Indígena Intercultural, reconocida como cátedra de la UNESCO, es una red de sabios, activistas, técnicos y exponentes culturales de diferentes pueblos indígenas de América Latina y el Caribe, quienes comparten sus conocimientos en los diferentes cursos y postgrados, junto a los formadores de cada uno de los centros participantes.
“La UII promueve procesos de formación e investigación en distintos campos de conocimiento, desde una visión intercultural para posicionar la filosofía, el conocimiento, los saberes y tecnologías indígenas en un marco de diálogo y complementariedad entre el conocimiento indígena y el conocimiento hegemónico occidental”, explica Freddy Mamani, presidente del FILAC y también egresado de la UII.
Entre 2007 y 2020, la Universidad Indígena Intercultural ha formado un total de 2.471 alumnos en áreas tan diversas como la revitalización lingüística y cultural, el paradigma del “Buen Vivir- Vivir Bien”, el desarrollo social con identidad, cambio climático, tierra y territorios, Agenda 2030 de desarrollo sostenible, salud intercultural, liderazgo de mujeres indígenas.
A través de la red de centros aliados de la UII también pueden formarse en la formulación de proyectos o tecnologías de la comunicación y la información, explican desde el Programa de Educación para la Equidad.
A continuación, algunos de los resultados más destacados de la UII entre 2007 y 2020.
Los programas de formación de la UII han permitido a lo largo de los últimos 15 años cultivar y fomentar vínculos entre Pueblos Indígenas, organismos internacionales, universidades y Estados”, explica Mamani, quien también es viceministro de Relaciones Exteriores de Bolivia.
Las redes y vínculos a los que se refiere el presidente de FILAC también se están construyendo entre los propios egresados, quienes han creado una comunidad de aprendizaje e intercambio de experiencias, información y redes de apoyo profesional, que apoya la promoción de los derechos de los pueblos indígenas a nivel local, nacional, regional e internacional, explican desde la Red de Egresados de la Universidad Indígena Intercultural (REUII).
En definitiva, los movimientos y organizaciones indígenas están apostando fuertemente por la educación como medio para avanzar en el ejercicio de sus derechos, pero también para impulsar sociedades más abiertas, diversas y multiculturales en las que la sabiduría indígena pueda preservarse y ayude a impulsar “nuevas formas de abordar los desafíos medioambientales, políticos, sociales y económicos que enfrentan tanto los indígenas, como la humanidad entera”, concluye Mamani.