Cerrar la brecha de género para una recuperación con rostro de mujer

En un momento en que la confluencia de varias crisis afecta duramente las condiciones de vida de las mujeres, alcanzar la igualdad permitiría encaminar una recuperación transformadora que incorpore todo su aporte y potencial.

Cerrar la brecha de género para una recuperación con rostro de mujer

El carácter de un nuevo tiempo pospandemia se definirá, en gran medida, por el ritmo en que logremos cerrar las disparidades que impiden la igualdad de género efectiva. No se trata de confrontar mujeres contra hombres, sino de tener las mismas oportunidades en salarios, participación laboral, libertad de elección de empleo, cobertura de pensiones, licencias de maternidad-paternidad o condiciones para el emprendimiento, entre otros aspectos.

Se trata también de una corresponsabilidad en el trabajo doméstico y de cuidados, que actualmente recae tres veces más sobre las mujeres; de erradicar por completo la violencia y el feminicidio, de aumentar el liderazgo femenino en la política, las empresas y las relaciones internacionales para que la recuperación incorpore toda la fuerza transformadora de las mujeres. De todo esto se trata la igualdad real.

Coincidiendo con en el mes de activismo contra la violencia de género y después de que la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe sellara en Buenos Aires el compromiso de avanzar hacia “una sociedad del cuidado”, presentamos una nueva edición del Portal Somos Iberoamérica para analizar los desafíos hacia la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. Lo hacemos cuando se hace cada vez más evidente que las desigualdades que afectan a las mujeres perjudican también a toda la sociedad, y que, por tanto, la igualdad es un bien común.

Luces y sombras

La pandemia y una confluencia de crisis están ampliando la brecha de género en Iberoamérica y el mundo.

Las condiciones de vida de las mujeres en Iberoamérica y el mundo siguen empeorando ante una débil recuperación post COVID y una confluencia de crisis económica, social, política y de cuidados que acumula injusticias contra las mujeres y afecta especialmente a las que viven en el entorno rural, indígenas, migrantes, afrodescendientes o con discapacidad.

El Foro Económico Mundial estima que se necesitarían 132 años para alcanzar la paridad de género a nivel global, algo que al ritmo actual sucedería en el año 2154. Es decir, más de un siglo para que las mujeres disfruten de todos sus derechos de forma equitativa, según el Informe Global sobre la Brecha de Género 2022.  El organismo advierte que “la paridad de género ha retrocedido una generación a causa de la COVID” y anticipa que “la crisis del costo de la vida afectará más a las mujeres”.

Al ritmo actual, la paridad de género se lograría en el año 2154, lo que significa más de un siglo para que las mujeres disfruten de todos sus derechos de forma igualitaria

Ante un panorama tan sombrío como desafiante, cerrar las disparidades de género en todas las esferas de la vida puede ser al mismo tiempo el camino para emprender una “mejor recuperación” que incorpore todo el potencial y liderazgo de las mujeres para una salida de la crisis con transformación.

En Iberoamérica, la agenda de género está ganando visibilidad y peso tanto en la política doméstica como en la acción exterior, como lo evidencia la adopción de Políticas Exteriores Feministas (PEF) en México y España y una clara voluntad política en esta dirección en Argentina, Chile y Colombia. Cada vez más países están entendiendo la igualdad como un bien público con potencial de transformar la política doméstica y la agenda internacional.

A la apuesta feminista de algunos países iberoamericanos en su política doméstica e internacional, se suma el compromiso de un mayor número de gobiernos regionales que en los últimos años han hecho de la agenda de género un asunto transversal.  Así lo demuestra la reciente Cumbre de Agendas Locales de Género, centrada en la contribución de ayuntamientos y gobiernos locales a desafíos globales como la migración, el cambio climático, la violencia de género y la crisis de los cuidados, con una perspectiva de igualdad.

Empoderamiento económico

Las leyes son uno de los principales instrumentos para eliminar la discriminación contra las mujeres en aspectos decisivos para su autonomía económica como la libre elección de empleo, la igualdad salarial, las prestaciones sociales, protección de la maternidad o el trabajo doméstico remunerado y no remunerado.

Y lo son porque para alcanzar la igualdad de oportunidades hace falta eliminar la desigualdad jurídica que discrimina todavía a la mitad de la población. Con ese fin, trabajan juntas desde 2018 la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y ONU Mujeres.

Hace pocos días, esta alianza dio un paso más con la presentación durante Cumbre Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe de una nueva web que monitoriza los avances legales para el empoderamiento económico de las mujeres.

La plataforma analiza 213 leyes vigentes en los 22 países iberoamericanos en aspectos que afectan directa o indirectamente la autonomía y el empoderamiento económico de las mujeres. Su propósito: avanzar en una agenda legislativa que consolide la igualdad efectiva en la región.

SEGIB y ONU Mujeres analizan más de 200 leyes vigentes en los 22 países iberoamericanos para avanzar en la autonomía y empoderamiento económico de las mujeres. Todos los datos se monitorizan en un nuevo sitio web.

Y dado que en Iberoamérica aún existen leyes que limitan el ejercicio de derechos económicos de las mujeres, contar con evidencia técnica sobre esta desigualdad jurídica ha permitido materializar reformas legales clave en países como México, Ecuador, Colombia, Panamá, Uruguay, España o Costa Rica.

Por ejemplo, gracias a los análisis técnicos de SEGIB y ONU Mujeres y el impulso de la entonces presidenta de la Asamblea Legislativa de Costa Rica, se logró reformar dos artículos del código laboral que discriminaban salarialmente a las mujeres y limitaban su libre elección de empleo.  En entrevista con el Portal Somos Iberoamérica, Silvia Hernández, impulsora de esta crucial reforma, explica el camino hacia este cambio tan decisivo para su país. Su trayectoria personal y política muestra cuán importante es un liderazgo femenino constructivo y propositivo.

A pesar de los avances en varios países, todavía hay mucho por hacer para que las mujeres cumplan plenamente sus derechos económicos. Apenas la mitad de los 22 países de la Comunidad Iberoamericana cuentan con una ley específica para promover la igualdad de oportunidades y en promedio existen una o más leyes en cada país que limitan la autonomía económica de las mujeres, según datos de la plataforma.

Otra clave para el empoderamiento económico de las mujeres es la distribución más equitativa del trabajo doméstico y de cuidados, tema que centró la reciente Conferencia Regional de la Mujer. Los datos muestran que un 27% de los países iberoamericanos mantiene disposiciones discriminatorias relativas al trabajo de cuidados no remunerado.

 

Una región libre de violencia

“Vivir sin violencia contra las mujeres es posible”, afirma con total convicción Addys Then, viceministra de Planificación y Desarrollo del Ministerio de la Mujer de República Dominicana, país que preside la Iniciativa Iberoamericana para la Prevención y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, en la que participan 11 países iberoamericanos.

Se trata de la primera plataforma permanente de cooperación iberoamericana en materia de prevención y eliminación de la violencia contra las mujeres, que busca convertirse en un referente regional e internacional en esta materia, explica la viceministra en su artículo publicado en esta nueva edición.

Este es un tema clave para la cooperación iberoamericana, dada la magnitud que ha alcanzado esta lacra social tras la pandemia, hasta el punto de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) la ha declarado un problema de salud pública de proporciones pandémicas.

La cooperación iberoamericana cuenta con una Iniciativa para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres con participación de 11 países

Pero las mujeres iberoamericanas no solo luchan contra la violencia contra ellas, sino que también trabajan por la paz en el marco de la Agenda Mujeres, Paz y Seguridad de Naciones Unidas, según explica Belén Sanz, de ONU Mujeres, en un artículo que compartimos en esta edición. Sanz destaca en su texto la iniciativa de crear una Red Iberoamericana de Mujeres Mediadoras que promoverá la participación de las mujeres en la prevención y mediación de conflictos armados.

La igualdad en el camino a la Cumbre

La Conferencia Iberoamericana ha hecho de la igualdad de género uno de los ejes fundamentales de su cooperación, con prioridad en el empoderamiento económico de las mujeres, la prevención y erradicación de la violencia de género y la promoción su liderazgo y participación de las mujeres. Además, la perspectiva de género está presente tanto en los programas e iniciativas de cooperación iberoamericana como en el día a día de los organismos del sistema iberoamericano.

Esta apuesta de la región por la igualdad se materializa en 89 compromisos y mandatos de las Cumbres Iberoamericanas en los últimos 8 años  que demuestran una voluntad firme y constante de los 22 países expresada a nivel de Jefas y Jefes de Estado.

En los últimos 8 años las Cumbres Iberoamericanas han generado 89 compromisos y mandatos relacionados con la igualdad de género

Precisamente en el camino hacia la próxima Cumbre Iberoamericana, las autoridades de género de Iberoamérica se reunirán los próximos 19 y 20 de enero en Santo Domingo, República Dominicana para evaluar los avances, desafíos y profundizar los compromisos en materia de igualdad. Las conclusiones de esta reunión se elevarán a las Jefas y Jefes de Estado en la XXVIII Cumbre Iberoamericana, a realizarse en marzo de 2023 en la capital dominicana.

La mirada iberoamericana está puesta en una recuperación con perspectiva de género, en avanzar hacia un nuevo tiempo que deje atrás la desigualdad, que incluya la participación y liderazgo de las mujeres para el cumplimiento efectivo de sus derechos. Solo así nuestros países progresarán, las economías crecerán y nuestras sociedades serán más cohesionadas. Solo así podremos hablar realmente de recuperación.