El mundo está presenciando la aparición de una nueva generación de emprendedores y modelos de negocio que, si bien aspiran a alcanzar el beneficio y la rentabilidad financiera, también quieren contribuir a solucionar algunos de los mayores retos sociales, económicos y medioambientales a los que nos enfrentamos.
Son las empresas del Cuarto Sector, y cada año se crean millones de ellas en el mundo, con diferentes nombres y modelos: iniciativas de economía circular, empresas B, cooperativas, mutualidades, sociedades laborales, empresas de comercio justo o bancos éticos.
Según el reporte “Las empresas con propósito y el auge del Cuarto Sector en Iberoamérica”, recientemente presentado por la Secretaría General Iberoamericana y realizado en Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México, Portugal y España, Iberoamérica ya cuenta con 170.000 firmas que, además de beneficio, buscan tener un impacto social y medioambiental positivo.
El auge de las empresas sociales ocurre en un momento en que la población de Iberoamérica se muestra cada vez más preocupada por los problemas medioambientales y sociales.
Estas compañías emplean a 10 millones de trabajadores al año en nuestra región. Una encuesta efectuada en 11 países (Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, España, México, Panamá, Perú y Portugal) por la Secretaría Iberoamericana en el marco de su proyecto del Cuarto Sector, muestra que a los iberoamericanos les preocupa el cambio climático (68%) casi tanto como la desigualdad (75%) y más del 85% cree que las empresas sociales que contribuyen a mitigar estos problemas deberían recibir más apoyo de los gobiernos.
Así, Iberoamérica se encuentra especialmente posicionada para aprovechar el inmenso potencial que encierra el Cuarto Sector: una región joven, audaz, creativa y de naturaleza emprendedora donde los ciudadanos son conscientes de los retos y exigen que los gobiernos, y empresas sean parte de la solución.
Para ello, será imprescindible movilizar la colaboración institucional y publico-privada, generar visibilidad y apoyo para el el Cuarto Sector, desarrollar políticas que promueven estos nuevos modelos de negocio y de inversión, aumentar las oportunidades educativas y de formación para profesionales y líderes del Cuarto Sector, y finalmente desarrollar nodos locales y regionales para acelerar el desarrollo del Cuarto Sector en Iberoamérica.
Bien desarrolladas, las empresas del Cuarto Sector ayudarán a solucionar los principales desafíos de nuestra era, permitiéndonos cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el año 2030- y los ciudadanos, los nuevos consumidores, nos lo demandan.
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