El impacto de las empresas sociales en la Agenda 2030

Un nuevo informe de la Secretaría General Iberoamericana y la Universidad Politécnica de Madrid analiza nueve casos de éxito de empresas sociales iberoamericanas y mide su contribución en el logro de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible.

La Agenda 2030 para cumplir los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), impulsada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y más recientemente el impacto de la pandemia del COVID-19 han abierto un espacio de debate sobre el modelo de desarrollo, en el que el sector privado tiene un papel especialmente importante. 

Por eso la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), junto al Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano de la Universidad Politécnica de Madrid (itdUPM), han unido esfuerzos para medir el impacto de un grupo de empresas sociales (también llamadas “con propósito” o del Cuarto Sector) en la consecución de la Agenda 2030. 

Se trata del informeLas empresas del Cuarto Sector y los ODS en Iberoamérica. Análisis de su impacto sobre los ODS a través de nueve casos de estudio”. 

“Las empresas del Cuarto Sector son aquellas que buscan el triple impacto económico, social y ambiental con potencial para impactar en la Agenda 2030 promovida por la ONU”, explica Luis Fernando Pizarro, parte del equipo de coordinación técnica del estudio en la SEGIB. 

Teniendo en cuenta que 2 de cada 3 dólares para cumplir con esa agenda vienen de ese sector privado, se hace necesario incluir a ese actor en la cooperación”, añade.  

Uno de los hallazgos de este estudio es que estas empresas tienen un sistema de alianzas muy fuerte con otros actores, lo que les permite integrarse en ecosistemas que producen gran impacto. 

Además, un elemento catalizador que ha impulsado el desarrollo del Cuarto Sector son los cambios regulatorios en los países iberoamericanos, explica Pizarro. “Ahí hay un espacio de trabajo en los programas de cooperación entre países”. 

 

Crecimiento en Iberoamérica 

Según Segib, en Iberoamérica existen 169.000 organizaciones del Cuarto Sector, que representan un 6,3% del Producto Interno Bruto (PIB) de la región y proporcionan más de 9,8 millones de empleos directos, según datos de 2019. 

Para el estudio actual se tomó en cuenta el análisis de casos de éxito de nueve empresas de distintos sectores: Asembis en salud (Costa Rica) Banco Solidario en finanzas (Ecuador) Échale a tu casa en vivienda (México) Energe en energía (Argentina) La Fageda  en alimentación (España) Mayú Telecomunicaciones (Perú) Natura en cosmética (Brasil) Grupo Mi en educación (Colombia) y Triciclos en reciclaje (Chile). 

Así, estas 9 organizaciones impactan en su conjunto sobre 97 de las 169 metas establecidas por la Agenda 2030, lo que representa un 57% del total. 

¿Qué pasaría si estas empresas crecieran de manera exponencial?, se pregunta Pizarro. 

“Entonces lo principal es nombrarlas. Mostrar con su ejemplo que se puede ser rentables y al mismo tiempo contribuir a solucionar otros problemas”, dice Pizarro. 

 

Sobre la metodología 

“Las metas ODS están formuladas en su mayoría para ser medidas a nivel país, orientadas a las políticas públicas, pero hasta ahora no había una bajada al sector privado o al Cuarto sector”, explica Pizarro.  

Por lo tanto, desconocíamos cuál era su contribución actual en los ODS. 

Así, ha sido necesario realizar una lectura “empresarial” de las metas y en ocasiones adaptar los indicadores para poder usar la Agenda como referencia para la medición de impactos del Cuarto Sector, se explica en el informe. 

Mientras la responsabilidad social empresarial busca mitigar impactos, las empresas del cuarto sector realizan por sí mismas impactos positivos. Con esta metodología, intentamos medir cual es el impacto en la Agenda 2030

Si bien existen otras disciplinas, metodologías o normas que sirven para alinear las empresas a los ODS o a un desarrollo sostenible, como el Pacto globalGRi, Normas ISO, Empresas B o RSE, no existía una que fuera abierta, transversal y accesible a todo tipo de empresas sociales. 

“Mientras la responsabilidad social empresarial busca mitigar impactos, las empresas del cuarto sector realizan por sí mismas impactos positivos. Con esta metodología, intentamos medir cual es el impacto en la Agenda 2030, además de incluir a todo tipo de organizaciones, como las cooperativas”, describe Pizarro. 

La metodología ha sido desarrollada por el equipo itdUPM, validada con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la SEGIB. Además, se ha apoyado en el Impact Management Project (IMP), un foro de organizaciones que buscan un nuevo estándar global para la medición de impactos. 

El próximo desafío de SEGIB, explica el informe, será estudiar las mejores prácticas y regulaciones de distintos países para acompañar el desarrollo de estas empresas, y proponer a los gobiernos de la región iberoamericana cambios concretos en distintos frentes, por ejemplo, en materia de contratación pública sostenible o estructuras fiscales. 

El informe estará disponible para su descarga en la web de la SEGIB y en elcuartosector.net.