Niños sirios en talleres clandestinos

En un viejo almacén, cuatro filas de trabajadores alimentan las máquinas de coser con piel de imitación. Cada movimiento se ejecuta con una fluidez perfeccionada por la repetición interminable. El sonido ocasional de una radio se abre paso a través de la cacofonía del ruido industrial. Montones de zapatillas Adidas falsas, todavía en forma bidimensional, se acumulan junto a los pies de los trabajadores antes de que se las lleven a la otra parte de la fábrica, donde se doblan y se encolan hasta que adquieren la forma prevista.

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