Cómo cambiar la vida de mil millones de personas con menos derechos que presos

Es un problema crucial en los países en desarrollo (aunque no solo en ellos), donde los asentamientos informales se extienden alrededor de las metrópolis formando verdaderas ciudades de cientos de miles de habitantes, desordenadas, caóticas, sin lo que entendemos por calles —con aceras, iluminación o alcantarillado—. Abundan las (infra)viviendas con paredes que, en el mejor de los casos, están hechas de ladrillo por sus propios moradores, pero que frecuentemente se presentan en madera, caña o lonas encumbradas por tejados de zinc. Son hogares que a menudo no existen, ya que carecen de títulos de propiedad y sus dueños viven en la incertidumbre de poder ser desalojados en cualquier momento.

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