La transición hacia economías libres de emisiones de carbono no tiene por qué generar más pobreza y desigualdad. Por el contrario, los sectores económicos que apoyen el tránsito hacia economías más verdes podrían generar 15 millones de nuevos empleos netos en América Latina y el Caribe para el año 2030, según el informe “El empleo en un futuro de cero emisiones netas” elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El documento concluye que una recuperación sostenible podría dejar atrás los impactos socioeconómicos de la pandemia, generando nuevas oportunidades de empleo vinculadas a la regeneración ambiental, a la vez que se reducen las posibilidades de futuras pandemias derivadas de la emergencia climática.
Según las estimaciones de la OIT y el BID, la transición ecológica crearía 22,5 millones de empleos en agricultura y producción de alimentos procedentes de plantas, energías renovables, selvicultura, construcción y manufactura. Estos nuevos empleos compensarían la destrucción de 7,5 millones de puestos de trabajo en electricidad generada por combustibles fósiles, extracción de combustibles fósiles y producción de alimentos de origen animal (ganadería, pesca, avicultura).
Sin embargo, el gran desafío será articular planes de protección social e impulso del emprendimiento e inversiones en sectores sostenibles y regenerativos para proteger a los trabajadores y las comunidades afectadas por la transición ecológica.
La transición ecológica podría generar 22,5 millones de nuevos empleos verdes, que compensarían destrucción de 7,5 millones de puestos de trabajo en sectores tradicionales
En este sentido, explica el informe, será necesario desarrollar estrategias para que tanto los trabajadores como las empresas adquieran nuevas habilidades y puedan aprovechar las oportunidades de negocio e inversión amigables con el medioambiente.
Un consumo más sostenible
Esta transición no solo involucra la producción (oferta), sino que dependerá de una transformación social en los patrones de consumo: dietas más saludables y sostenibles, reducción del consumo de carne y lácteos y aumento de alimentación vegetal.
Esta transformación en el consumo impulsaría nuevos empleos a la vez que reduciría la presión sobre la biodiversidad. De esta forma, el sector agroalimentario podría generar el equivalente a 19 millones de empleos a tiempo completo, que compensarían ampliamente la reducción de 4.3 millones de empleos en ganadería, avicultura, lácteos y pesca, aseguran desde el BID y la OIT.
A su vez, la restauración de los ecosistemas, la implantación de nuevos métodos de agricultura, y el ecoturismo ofrecen oportunidades de desarrollo y mayores ingresos en zonas rurales.
Oportunidades de desarrollo
El Foro Económico Mundial calcula que si las empresas concedieran prioridad a los ecosistemas naturales se crearían 395 millones de empleos a escala global antes de 2030 y que las Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN) podrían llegar a crear un volumen de negocio de 10 billones de dólares.
Las actividades económicas vinculadas a la regeneración de ecosistemas tienen potencial de generar una ganancia neta de 450 millones de dólares y hasta 400 millones de puestos de trabajo a nivel global
América Latina y el Caribe se encuentra bien posicionada para beneficiarse de una transformación hacia una economía sostenible e inclusiva. Cuenta con 40% de la biodiversidad del mundo y 50% de los bosques tropicales, y es una región muy importante como exportadora de alimentos.
Más aún, la región tiene la electricidad renovable más barata del mundo y las reservas de litio y cobre son una ventaja para la transformación hacia la electromovilidad, afirman desde el BID y la OIT.