El impacto de la crisis del COVID-19 en Iberoamérica no sólo ha tenido un fuerte impacto en la salud pública, sino también en las situación económica y social de millones de personas, poniendo en peligro sus medios de subsistencia y su bienestar.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la región ha mejorado levemente sus proyecciones, pero cerrará 2020 con una contracción promedio de 7,7% y registrará una recuperación del 3,7% en 2021.
«Si se comparan diferentes indicadores sanitarios, económicos, sociales y de desigualdad, América Latina y el Caribe es la región más golpeada del mundo emergente», dice el más reciente informe el organismo, con sede en Santiago de Chile, que en julio proyectó una recesión del 9,1% y una tasa de desempleo del 13,5%.
Si se comparan diferentes indicadores sanitarios, económicos, sociales y de desigualdad, América Latina y el Caribe es la región más golpeada del mundo emergente.
“2020 cerrará con una tasa de desocupación del 10,7% en América Latina y el Caribe, aunque si se asume una tasa de participación similar a la de 2019, la tasa de desempleo total sería de 18,5% y la femenina del 22,2%”, alertó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, durante la presentación del informe.
El informe muestra la mayor caída de la actividad en el segundo trimestre de 2020 y una mejora en el tercero ante la gradual apertura de las economías.
La respuesta de los países
Los gobiernos de la región han hecho importantes esfuerzos fiscales y monetarios y esto ha jugado un papel importante en mitigar los efectos sociales y económicos, describe el informe.
Las medidas para dar respuesta a la crisis del COVID-19 buscaron principalmente fortalecer los sistemas de salud, apoyar el ingreso de los hogares y proteger la capacidad productiva.
“Los países que contaban con sistemas de protección social con mayor cobertura han tenido la capacidad de reaccionar de forma más rápida y eficaz en contener y mitigar los efectos de la pandemia”, aseveró la CEPAL.
A nivel global
Para 2021 se espera una recuperación de la tasa de crecimiento de la economía mundial. Pero la dinámica seguirá sujeta principalmente al acontecer de la pandemia y a la producción y distribución de la vacuna contra el coronavirus.
Esta es la peor contracción en 120 años, que se suma a una trayectoria de bajo crecimiento para la región desde 2014.
“Estamos ante una década perdida como región”, dijo Bárcena, a la vez que abogó por avanzar en un crecimiento sostenible e inclusivo, promoviendo sectores dinámicos y estratégicos que favorezcan la generación de empleo y la innovación tecnológica, como las energías renovables y la economia circular.
Con casi 14,2 millones de contagios y más de 475.000 muertos, Latinoamérica fue durante meses uno de los principales focos mundiales de la pandemia.
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Este nuevo escenario global hace que sea necesario tomar medidas urgentes y evaluar los impactos de estas acciones.
“Ahora más que nunca debemos apoyar nuestra región para evitar una mayor crisis económica y social. Pero no podemos hacerlo solos, hace falta ayuda externa. Necesitamos que los organismos internacionales faciliten un financiamiento más solidario y flexible, a la vez que fortalecer la cooperación”, dijo la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan.