Cientos de expertos y decenas de líderes políticos pidieron más premura en la lucha contra el cambio climático durante la conferencia internacional “Change the change” que tuvo lugar en San Sebastián (España) en marzo.
Lo hicieron en respuesta a los últimos pronósticos de degradación ambiental que nos urgen a reducir el consumo, optar por el transporte público por encima del privado, no utilizar plásticos de un solo uso, producir más energías renovables y disminuir las fósiles, entre otras medidas.
Muchos de los especialistas, entre ellos la directora ejecutiva de Greenpeace, Bunny McDiardmind, y la oceanógrafa Sylvia Earle coincidieron en la necesidad de que los gobiernos y los dirigentes tengan “voluntad política” frente al cambio climático, para también poner fin al “desconocimiento” que aún existe sobre esta materia en la sociedad.
«Los actos que llevamos a cabo tienen consecuencias» en el medio ambiente, dijo McDiardmind, y les pidió a los ciudadanos que fueran conscientes de que el destino del planeta y de la especie humana «están unidos».
Por su parte, Earle aseguró que «el mayor problema es la porquería que metemos en los océanos y que está haciendo del mar un entorno cada vez más acidificado y tóxico».
Además, la estadounidense recordó que la mala conservación de los océanos y la «extracción» de recursos como el petróleo, el gas y los peces está «cortando» el hábitat marino.
El mayor problema es la porquería que metemos en los océanos y que está haciendo del mar un entorno cada vez más acidificado y tóxico. Sylvia Earle, oceanógrafa
Un lenguaje común
Por otra parte, varios líderes políticos como el exministro de Medio Ambiente peruano y actual líder de Clima y Energía de WWF Internacional, Manuel Pulgar-Vidal, le pidió a América Latina buscar un «lenguaje común» para lucha contra el cambio climático.
Junto a la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, Pulgar-Vidal llamó la atención sobre la vulnerabilidad de la región debido al aumento de las temperaturas y el retroceso de los glaciares, entre otros motivos.
Por su lado, Grynspan pidió diseñar políticas para que la región no sufra “grandes consecuencias” del cambio climático e hizo hincapié en proteger de manera especial a las personas que están en mayor riesgo, para que se adapten a la degradación ambiental que ya ha ocurrido.