Una cooperación iberoamericana para la justicia global y un espacio cívico vibrante

La cooperación internacional siempre ha sido un valor incuestionable de nuestras sociedades, pero atravesamos un momento en el que los retos globales a los que nos enfrentamos hacen de ella, no solo que sea necesaria, sino la clave de bóveda para dar respuesta a las múltiples crisis superpuestas (ecosociales, democrática, de desigualdades, migratoria, alimentaria, etc.) que amenazan la propia sostenibilidad de la vida y del planeta.

 En este sentido, la renovación de la estrategia de cooperación iberoamericana en el marco de la XXX Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de la región, dada la urgencia del momento actual, es una oportunidad única que no podemos desaprovechar. Históricamente, esta cooperación ha sido un referente de eficacia, participación inclusiva, horizontal y consenso, con un gran valor diferencial fruto de una combinación, casi única, entre cooperación norte-sur, sur-sur y triangular. Es desde esa base sólida, desde la que su revisión debe llevarla a afianzarse como el paradigma del firme compromiso de los 22 estados iberoamericanos con la defensa de los derechos humanos, la reducción de las desigualdades y la justicia social, ambiental y de género.

 La renovación de la estrategia de cooperación iberoamericana es una oportunidad única que no podemos desaprovechar

 Para lograrlo, son necesarios los acuerdos políticos, pero no solo. En este sentido, hay tres requisitos indispensables que deberían incorporarse a la estrategia. El primero, sin duda, que los compromisos que se adopten sean ambiciosos, pero también operativos. Para que la nueva cooperación iberoamericana sea realmente estratégica, es necesario revisar y redefinir los mecanismos de planificación, monitoreo y rendición de cuentas, incorporando para ello nuevas métricas multidimensionales que vayan más allá del crecimiento económico y el Producto Interno Bruto. Porque si los retos son múltiples y multidimensionales, las soluciones también deben serlo.

La segunda es la financiación. Sin los recursos humanos, técnicos y económicos no hay cooperación posible. Se requiere de financiación pública suficiente, estable y progresiva; cumplir con el compromiso de destinar el 0,7% del Ingreso Nacional Bruto a Ayuda Oficial al Desarrollo; y que, en el proceso de encontrar soluciones para cerrar la brecha de financiación que impide el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, las nuevas formas que se definan y los nuevos actores que se incorporen, incluyendo el sector privado, se rijan por indicadores de reducción de pobreza, estándares de derechos humanos, sostenibilidad y debida diligencia. 

Se requiere de financiación pública suficiente, estable y progresiva; cumplir con el compromiso de destinar el 0,7% del Ingreso Nacional Bruto a Ayuda Oficial al Desarrollo

 En tercer y último lugar, y haciendo honor al lema de la XXX Cumbre Iberoamericana —Juntos construimos nuestra comunidad. Juntos la proyectamos hacia el futuro y hacia el mundo—, solo trabajando juntas y juntos conseguiremos resultados significativos. Cooperar es, literalmente, obrar conjuntamente para la consecución de un fin común. Por ello, ante quienes cierran el espacio cívico, reducen los fondos para las organizaciones de la sociedad civil y adoptan narrativas y marcos legales restrictivos, el espacio iberoamericano debe ser un referente de que nada ello es admisible en sociedades que se definan como democráticas. Trabajar articuladas nos hace más fuertes y amplifica los resultados, no incorporar a la nueva cooperación iberoamericana la experiencia, conocimiento experto, capacidades y acción en los territorios con los que cuenta la sociedad civil es no solo un error estratégico, sino falta de calidad democrática.

Solo con una estrategia clara, recursos y articulación con enfoque multiactor, incluyendo, por supuesto, la participación significativa de la sociedad civil, es posible garantizar la legitimidad, sostenibilidad y capacidad transformadora de la nueva agenda de la cooperación iberoamericana.