Para América Latina y el Caribe, las energías renovables representan más que un medio para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Son motor del desarrollo económico y de la creación de empleo, además de ayudar a consolidar la innovación, estimular la transferencia de tecnologías, así como la recuperación económica post COVID y promover la capacitación de recursos humanos en nuevas tecnologías.
América Latina es la región más verde del mundo. La generación eléctrica de bajas emisiones de carbono fue superior al 61% en 2020. Además, la energía primaria limpia en América Latina y el Caribe está en el orden del 33% de la matriz.
Por tanto, la renovabilidad es una característica de las matrices energéticas de nuestros países, fundamentalmente por el gran historial hidroeléctrico y el uso de la biomosa.
Un 33% de la matriz de energía primaria en América Latina proviene de fuentes renovables
En lo que respecta a las emisiones, región latinoamericana representa sólo el 5% de las mismas a nivel mundial, pero tampoco eso nos da vía libre para hacer lo necesario para reducirlas de acuerdo a los compromisos climáticos adquiridos por nuestros países.
En cuanto al sector energético en América Latina y el Caribe, pudimos observar que, al cierre de 2020, la contracción de la demanda de energía provocada por la pandemia fue de 4,1% y que la oferta se contrajo en 6,8%.
Transiciones a buen ritmo
Así, podemos afirmar que las transiciones energéticas hacia sistemas de energía limpios avanzan a buena velocidad en América Latina y el Caribe.
Muchos de nuestros países se han comprometido a lograr la carbono neutralidad en 2050. Otros, tal vez no lleguen a ese compromiso, pero trabajan firmemente en estrategias de descarbonización de largo plazo.
Además, en 2020 se instalaron más de 11 gigavatios de energías renovables no convencionales, se sacaron de operación alrededor de 23 gigavatios que operaban a partir de carbón y combustibles líquidos, señales de un fuerte compromiso climático en nuestra región.
Eficiencia energética, cocción limpia, sistemas de almacenamiento de energía e integración energéticas son algunas asignaturas pendientes en América Latina y el Caribe
Estos avances fueron reconocidos por los Ministros y Ministras de Energía de nuestra región que, en noviembre de 2021, durante la Reunión Ministerial de OLADE, ratificaron el compromiso de acelerar las transiciones energéticas de los países de América Latina y el Caribe hacia sistemas energéticos más limpios y bajos en carbono.
No obstante, aún tenemos asignaturas pendientes para fortalecer y consolidar las transiciones energéticas en América Latina y el Caribe. Entre otras acciones, es clave mejorar las políticas de eficiencia energética, avanzar en cocción limpia, en sistemas de almacenamiento de energía y seguir profundizando la integración energética regional y subregional. Esto nos ayudaría a avanzar en la consolidación de las energías renovables al permitirnos colocar excedentes de esa generación en distintos mercados.
¿Qué es la iniciativa RELAC?
La iniciativa RELAC que nació a finales de 2019 en la Cumbre de Acción Climática de Naciones Unidas. Hoy está conformada por 15 países de América Latina y el Caribe y es una plataforma de acción en favor de una tranformación energética de nuestra región.
Para 2030, la RELAC se ha planteado el objetivo de lograr que el 70% de la generación eléctrica en esta parte del mundo sea generada con fuentes de energía renovable para el año 2030.
Para alcanzar la meta de 70% de participación de las energías renovables en la matriz de generación eléctrica de y además cubrir la mayor electrificación de usos finales de la energía, se deberían instalar en el plazo de 10 años 151 gigavatios adicionales con fuentes renovables, lo que equivale aproximadamente al 90% de la capacidad actual de Brasil y a casi el doble de la capacidad instalada de México. Asimismo habría que retirar de operación 72 gigavatios de centrales térmicas no renovables.
Aunque la región se encuentra en buen camino para lograr este objetivo, aún debemos cerrar una brecha del 9% en menos de 8 años. Para ello, es primordial el papel de los gobiernos a través de sus regulaciones y de la generación de condiciones atrayentes a las energía renovables.
Más inversiones renovables
A 2021 la región tiene una capacidad instalada de 272 gigavatios en renovables, de los cuales 47gigavatios corresponden a eólica y solar. Para lograr la meta de RELAC, se requieren instalar 86 gigavatios de potencia eólica y solar adicionales hasta el 2030, lo cual supone una inversión aproximada de 98.500 millones de dólares.
La iniciativa RELAC, compuesta por 15 países impulsa la transición energética, con el objetivo de llegar a un 70% de generación eléctrica a partir de energías renovables en el 2030
En el escenario tendencial del estudio sobre el Panorama Energético de América Latina y el Caribe, que publicamos en diciembre de 2021, se prevé la instalación de 56 gigavatios de eólica y solar, con una inversión de 66.800 millones de dólares. Por lo tanto, el escenario RELAC requerirá de una inversión adicional de 31.700 millones de dólares.
Desde la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) nos sumamos tempranamente a RELAC, al considerarla una plataforma potente que logrará que nuestra región consolide su liderazgo en energías limpias a nivel mundial.
Los hechos y el tiempo nos han dado la razón. Hoy trabajamos en la consolidación y expansión de esta iniciativa en conjunto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Agencia Internacional de la Energía (IEA- por sus siglas en inglés), la Agencia Internacional de la Energía Renovable (IRENA- siglas en inglés) y otros socios.
En OLADE estaremos siempre disponibles para trabajar con los países de nuestra región y con nuevas alianzas para continuar transformando nuestro sector energético a uno más renovable y sostenible, consolidando así a la región de América Latina y el Caribe como la más verde del planeta.