Se dice que el virus no discrimina, pero la realidad demuestra que en Iberoamérica la pandemia ocasionada por el virus SARS-CoV-2 ha exacerbado la discriminación, la intolerancia, la violencia y las desigualdades en las que ya vivían millones de personas.
Mujeres, niñas, niños y adolescentes, personas mayores, personas con discapacidad, personas migrantes y refugiadas, personas indígenas y afrodescendientes, personas de la diversidad sexual y de género, así como personas enfermas de COVID-19, sus familias e incluso el personal de salud se encuentran entre los grupos más vulnerados.
La mayoría de los países que conforman la región iberoamericana contempla o prohíbe explícitamente la discriminación en sus constituciones
Desde hace más de 10 años los países iberoamericanos se unieron para trabajar en red, con el objetivo de evaluar el impacto negativo del fenómeno de la discriminación en la región, fortalecer el diálogo y la cooperación iberoamericana para el desarrollo social y humano, e intercambiar experiencias exitosas en la atención de este problema.
Se trata de la Red Iberoamericana de Organismos y Organizaciones contra la Discriminación (RIOOD), creada en 2007 con más de 15 organismos gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil nacionales e internacionales de la región.
Redes de trabajo multisectorial contra la discriminación
Actualmente, la RIOOD está conformada por 58 integrantes de 17 de los 22 países que conforman la región iberoamericana, e incluye a organismos gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil, academia y organismos regionales.
Gracias a este trabajo continuado de cooperación en red, se han presentado avances significativos en el abordaje institucional que se da a la protección del derecho a la igualdad y no discriminación.
Así, la mayoría de los países que conforman la región iberoamericana contempla o prohíbe explícitamente la discriminación en sus constituciones, al menos 13 países cuentan con una ley que aborda medidas específicas contra actos de discriminación, y existen seis instituciones gubernamentales especializadas y seis comités o mecanismos nacionales en temas de discriminación.
Como resultado de este trabajo conjunto, la Red ha desarrollado el Informe iberoamericano sobre la atención de la discriminación y un Atlas del derecho a la no discriminación en Iberoamérica, herramientas que permiten conocer los avances de protección del derecho a la no discriminación en la región.
Desafíos en la región
Aunque se identifican avances institucionales y normativos en la región, aún persisten enormes desafíos.
Por ejemplo, se debería observar que las medidas para la continuidad de los ciclos escolares en niñas, niños y adolescentes sean inclusivos, pertinentes y libres de discriminación; que los lineamientos o normas para regular el trabajo a distancia consideren la carga de trabajo en el hogar y de cuidados que realizan las mujeres y promuevan la reducción de la brecha desproporcionada del trabajo en el hogar en relación con los hombres.
El desafío actual, en el contexto de la pandemia, es que el COVID-19 no se convierta en causa de discriminación
Del mismo modo, los países deben asegurarse de que los programas sociales incluyan un enfoque anti discriminatorio que no restrinja, limite o anule derechos humanos de las personas o grupos históricamente discriminados.
El desafío actual, en el contexto de la pandemia, es que el COVID-19 no se convierta en causa de discriminación por motivos como el estado de salud (personas con obesidad, hipertensión o diabetes) o por su ocupación (personal de salud o paramédico), entre otras medidas.
Organismos como la RIOOD tendrán que impulsar procesos de cooperación entre sus integrantes enfocadas a la atención de grupos históricamente discriminados
Por su parte, organismos como la RIOOD tendrán que impulsar procesos de cooperación entre sus integrantes enfocadas a la atención de grupos históricamente discriminados en el marco de la contingencia sanitaria.
Por ello, en setiembre de este año, la RIOOD vuelve a reunirse para compartir buenas prácticas, favorecer la cooperación entre los integrantes para abordar las causas y consecuencias de la discriminación en el marco de la pandemia y después de ella y, eventualmente, para identificar acciones específicas que puedan desarrollarse a largo plazo y ser adoptadas por cada integrante de acuerdo con su contexto social.