Por qué las ciudades son clave para construir un futuro sostenible en la región

Por qué las ciudades son clave para construir un futuro sostenible en la región

Se espera que el número de habitantes en las ciudades siga creciendo exponencialmente los próximos años y llegue a duplicarse en 2050. Esta situación se acentúa en América Latina, donde el 80% de su población vive en ciudades, lo que supone mayor densidad urbana que en otras regiones.

Iberoamérica tiene más de 70 ciudades con más de un millón de habitantes, lo que plantea enormes desafíos en términos de sostenibilidad, urbanismo, empleo, demanda hídrica, salud, educación, calidad del aire, movilidad o igualdad.

Las ciudades iberoamericanas son clave a la hora de liderar el avance hacia un desarrollo sostenible, que tenga en cuenta las limitaciones del cambio climático.

El crecimiento urbano ejerce una gran presión sobre los recursos de las ciudades, pero por suerte muchas están afrontando estos retos a través de iniciativas innovadoras y del intercambio de experiencias en sectores como el agua, el transporte, la agricultura o los residuos urbanos.

La Red de Ciudades Inteligentes de España o su par de Argentina, son un buen ejemplo de espacio colaborativo en el que se intercambia conocimiento para promover ciudades inteligentes y mejorar la gestión de gobierno.

El crecimiento urbano ejerce una gran presión sobre los recursos de las ciudades, pero por suerte muchas están afrontando estos retos a través de iniciativas innovadoras

 

El rol central de los ciudadanos

Tradicionalmente, las políticas públicas han sido protagonizadas por expertos, con un mayor conocimiento teórico de los problemas por resolver y de sus consecuencias.

Sin embargo, para que estas iniciativas sean sostenibles en el tiempo, se necesitan nuevos modelos de gestión de nuestras ciudades, en los que la ciudadanía tenga un rol importante a la hora de instalar los problemas en la agenda pública y pueda involucrarse en su solución.

Los desafíos de la sostenibilidad ambiental requieren soluciones participativas en las que la ciudadanía sea parte de ellas. De forma creciente, la experiencia del ciudadano común comienza a ser central para la formulación e implementación de programas o acciones concretas en las ciudades.

Así, por ejemplo, existen empresas sociales como OS City que ayuda a los gobiernos municipales a crear políticas en base a las demandas ciudadanas y que además mejoran la transparencia de su gestión, generando un diálogo entre ciudad y ciudadanos que beneficia a ambos.

Si algo nos ha enseñado esta etapa de la historia, es que siempre existe más conocimiento fuera que dentro de una organización. Por más que tengamos los mejores profesionales dentro del gobierno, siempre existirá más información y experiencia en la comunidad.

En este sentido, cada vez más ciudades iberoamericanas aprovechan la inteligencia colectiva presente en ellas para hacer frente a los problemas del milenio, de manera sustentable y sostenible en el tiempo, tejiendo redes entre ellas y compartiendo sus retos con todos los sectores.

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