El exceso de celo en querer electrificar mediante las redes convencionales está resultando una barrera para acometer la meta 1 del ODS 7 (Acceso a una energía limpia y asequible) en Iberoamérica.
Sin embargo, disponemos de la tecnología de energía renovable y de modelos de suministro probados, para poder electrificar los rincones más remotos de la Región de forma sostenible e inclusiva. Es necesario priorizar la electrificación de las comunidades rurales aisladas para no dejar a nadie atrás en el acceso universal a la electricidad.
Situación actual con problema escondido
Una visión global del acceso universal al servicio eléctrico en Latinoamérica y Caribe nos da un resultado bastante satisfactorio con tasas de electrificación del orden del 95%. Nada que ver con otras áreas del mundo que tienen tasas muy inferiores.
Salvo el caso de Haití, el resto de países presentan elevadas tasas. Esto lleva a considerar al observador poco avezado que el cumplimiento de la meta 1 del ODS 7 se alcanzará de forma natural para 2030. Incluso algunos países se han propuesto el cumplimiento de esa meta con antelación (2021 Perú).
Esta realidad nos lleva a considerar que se estima en más de 17 millones de iberoamericanos que actualmente no tienen acceso a la energía eléctrica. Demasiadas personas para olvidarnos de ellas.
más de 17 millones de iberoamericanos actualmente no tienen acceso a la energía eléctrica
En un análisis más detallado de las estadísticas, se observa que la tasa de electrificación anual es decreciente, es decir, cada vez se avanza menos. Y extrapolando el ritmo decreciente de electrificación se ve que en el 2030 no se alcanzaría el acceso universal en la región.
La realidad física que hay detrás de los números es que lo que queda por electrificar cada vez es más difícil y requiere nuevas tecnologías e innovadores modelos de suministro que cuesta implementar.
El gran riesgo es que renunciemos a electrificar esas pequeñas comunidades aisladas situadas en áreas remotas de difícil acceso y con apenas servicios en los que apoyarnos, conformándonos con las elevadas tasas de electrificación y olvidándonos del número de personas que hay detrás. En el continente con mayor desigualdad del mundo sería condenar de nuevo a millones de personas a renunciar a su desarrollo y al de sus hijos.
No se puede renunciar a “no dejar a nadie atrás en el acceso universal al servicio eléctrico” según recoge el compromiso de los gobiernos firmantes de la Agenda 2030 de Naciones Unidas.
Abordar con prioridad la electrificación de comunidades rurales aisladas
Gran parte de los decisores nacionales de política energética, no conciben otra forma de facilitar acceso eléctrico que no sea mediante redes eléctricas convencionales. Y esto es una gran barrera para conseguir el acceso universal.
Es evidente que llegar con redes eléctricas convencionales a comunidades aisladas de, por ejemplo, la Amazonía, el Gran Chaco, la puna andina o las selvas tropicales centroamericanas resulta muy costoso y en muchos casos prácticamente imposible.
disponemos de tecnologías y modelos de suministro eléctrico que nos permiten llegar a esas comunidades a un coste muy competitivo
Empeñarnos en este tipo de soluciones sólo hace frenar el avance de la electrificación. Afortunadamente disponemos de tecnologías y modelos de suministro eléctrico que nos permiten llegar a esas comunidades a un coste muy competitivo y con unas prestaciones adecuadas. El verdadero problema del acceso universal en Iberoamérica está ahí y por eso se debe abordar el tema de forma prioritaria.
La generación aislada con energías renovables se configura como una alternativa válida tanto por su competitividad económica como por su fiabilidad técnica. Especialmente la tecnología fotovoltaica por su ubicuidad y por su fácil manejo.
Estos suministros también requieren modelos de gestión diferentes al convencional, y que deben garantizar tanto su sostenibilidad como su inclusión o accesibilidad.
Las alternativas no convencionales de suministro eléctrico son viables y necesarias
La Fundación ACCIONA Microenergía ha promovido diferentes modelos de suministro eléctrico para comunidades rurales aisladas en Perú, en México y próximamente en Panamá.
Desde hace casi diez años, ACCIONA Microenergía Perú viene suministrando energía eléctrica básica mediante sistemas fotovoltaicos domiciliarios en Cajamarca, mediante un modelo de pago por servicio.
Tres mil novecientas familias pagan cada mes unos 3,5 USD por tener energía disponible para iluminarse y conectar equipos eléctricos de bajo consumo. El suministrador, ACCIONA Microenergía Perú, invierte en la compra e instalación de los sistemas solares y repara y repone los elementos fallidos, manteniendo los sistemas permanentemente operativos.
El regulador, OSINERGMIN, establece la tarifa máxima, las condiciones de su uso y la supervisión y fiscalización del suministrador. A cambio, estos usuarios pueden acceder al subsidio eléctrico que aplica a todo el sector desde 2001 por el que se les bonifica una parte importante de su tarifa. De esta forma se consigue la sostenibilidad económica del suministrador y la inclusión de los más necesitados.
Desde hace un año se está explorando con éxito extender el modelo a la Amazonía peruana con los nuevos sistemas fotovoltaicos con sistema de prepago, y, ya, el regulador ha publicado el proyecto de la nueva tarifa aplicable a estos nuevos sistemas.
En el periodo 2012-2016, la Alianza Público Privada para el Desarrollo (APPD), formada por el Gobierno del Estado de Oaxaca (México), las Agencias Española y Mexicana de Cooperación Internacional al Desarrollo y ACCIONA Microenergía México han desarrollado el programa Luz en Casa Oaxaca.
Este programa ha facilitado acceso eléctrico básico mediante sistemas fotovoltaicos domiciliarios de tercera generación (SFD3G) a más de 7.500 familias ubicadas en localidades de menos de 500 habitantes donde no está previsto que lleguen las redes eléctricas. El modelo es de compra subvencionada donde el usuario paga unos 150 USD directamente o mediante un microcrédito a 12 meses. Para garantizar la reparación y la disponibilidad de pequeños electrodomésticos conectables al sistema solar, se han creado seis Centros Luz en Casa basados en emprendedores locales con microfranquicias.
es necesario que los decisores de políticas energéticas prioricen el acceso a las comunidades rurales
En vista del éxito, recientemente se ha firmado un nuevo convenio marco con el nuevo Gobierno de Oaxaca y extendiéndolo a otros servicios básicos como agua, saneamiento y estufas mejoradas.
Conclusiones
Para conseguir el acceso universal a la electricidad antes del 2030, es necesario que los decisores de políticas energéticas prioricen el acceso a las comunidades rurales mediante energías renovables descentralizadas e innovadores modelos de suministro, asumiendo que la solución a implementar debe también adaptarse a las capacidades y necesidades de la población a atender, sin dejarse llevar por soluciones sobredimensionadas.
Las tecnologías y los modelos están disponibles de forma económicamente competitiva y técnicamente fiable.
Los ejemplos de modelos de suministro llevados a cabo por ACCIONA Microenergía han demostrado su sostenibilidad en el tiempo, así como su carácter inclusivo. Son modelos multiactor que implican la estrecha colaboración de administraciones públicas, sector privado y usuarios finales.
No dejar a nadie atrás en el acceso eléctrico en Iberoamérica está en nuestras manos y es viable. Cuanto más estrecha e intensa sea la colaboración antes lograremos alcanzar la meta comprometida.