Se ha escrito mucho sobre el Nuevo Cine latinoamericano de los años 60, sus implicaciones políticas y su repercusión en la cinematografía universal. Autores como el boliviano Jorge Sanjinés con Ukamau, el argentino Pino Solanas con La hora de los Hornos y el chileno Miguel Littín con El chacal de Nahueltoro abrieron una nueva rama en la amplia gama cinematográfica, el “mal” llamado Cine “Tercermundista”.
Este nuevo género estaba fuertemente influenciado por el NeoRealismo Italiano y el cine Documental Verité americano. Estas películas eran un híbrido entre cine Documental y cine de ficción hiper-realista que utilizaban hechos políticos trascendentales y los dramatizaban con actores o incluso en algunos casos con los propios protagonistas de los hechos reales. Las películas antes mencionadas fueron críticas para un movimiento político progresista en los años 60 que denunciaba una realidad social oprimida y un sistema político autoritario. El fin de este género cinematográfico era denunciar y cambiar la realidad social, primero haciéndola conocida al público general y, después, impulsando a la población a rebelarse contra esta injusticia denunciada.
Pero el cine latinoamericano ha cambiado mucho desde los años 60 y quisiera hablar de algunas películas producidas en esta década (2010). Algunas siguen esta corriente de los años 60 y otras rompen completamente con este género “tercermundista” pero siguen buscando una denuncia política y crítica social.
El cine latinoamericano rompe hoy con el género «tercermundista»
Lo primero que quisiera mencionar es el cambio en la influencia en los cineastas latinoamericanos. Después del Nuevo Realismo italiano los públicos latinos han recibido en las ultimas décadas un enorme caudal de cine americano, en especial el cine de Blockbuster. Pero dentro del cine de Hollywood también surgieron autores y una Nouvelle Vague Americana en los años 70 que también influyó mucho a los cineastas latinos. Por lo tanto, tenemos una generación de cineastas que siguen la tradición de cine político pero que también se influenciaron por la estética hollywoodense. Como dijo el Nobel Gabriel García Márquez, “narrativa de Hollywood con historias latinas”. El escritor colombiano fundó la escuela de cine en Cuba San Antonio de los Baños donde toda una generación de cineastas latinos estudiaron y luego produjeron importantes películas.
Pero en los últimos años el cine latino ha recibido aún más influencias del cine mundial y de nuevas corrientes artísticas. La denuncia social a través del cine vivió una transformación fundamental tanto en su propuesta estética como narrativa. La película boliviana Zona Sur de Valdivia, en el 2010, fue vanguardista en la filmografía boliviana y latina y ganó los premios a mejor Guión y mejor Director en el Festival de Sundance. Esta obra pionera demostró que la estética documental era superada por una estética elaborada y de autoría que seguía denunciando problemáticas sociales pero al mismo tiempo buscaba propuestas estilísticas (cámara en rotación constante) que se sumaban a una corriente mundial de experimentar con el lenguaje cinematográfico.
Otra película que tuvo reconocimiento mundial fue la Colombiana El Abrazo de la Serpiente (nominada al Óscar 2016) que trata temas muy reconocidos en la filmografía latina como la situación de la población indígena en los países sudamericanos. Pero otra vez vemos un elementos estéticos de cine documental (antropológico filmado en 16mms) y elementos experimentales como el cine psicodélico. Esta extraordinaria película fue una coproducción colombiana, argentina y española que lleva al espectador en un viaje geográfico por la Amazonía, y espiritual en la vida de los personajes que cada uno, por diferentes razones, busca la planta “chakruna” que tiene propiedades alucinógenas y medicinales para los indígenas.
Vemos en estos dos casos elementos variados en la composición narrativa así como una ampliación en los temas tratados: espiritualidad, sexualidad, vida domestica, etc.
El Abrazo de la Serpiente introduce elementos experimentales psicodélicos
Ahora pasemos a un pilar fundamental del cine latino y mundial, la filmografía mexicana. En los últimos 20 años se podría mencionar docenas de películas que hacen denuncia social desde perspectivas diferentes a las del cine de los 60. Películas como Amores perros, Y tu mama también, La Zona, La Ley de Herodes y muchísimas otras que catapultaron al cine mexicano como uno de los mas importantes del mundo y dieron a sus artistas una puerta a Hollywood y al prestigio mundial. Sin embargo, una película reciente que sintetiza, en mi opinión, la nueva generación de cineastas latinos es Heli de Amat Escalante (ganadora en Cannes a Mejor director 2013).
El cine tiene el poder de condensar complejas y numerosas realidades sociales y humanas en pocas imágenes o historias individuales. Hay mucha filmografía y literatura sobre la problemática del narcotráfico en México pero esta película, en especial, muestra al espectador la absurda violencia y tragedia de este problema a través de una historia romántica en un pequeño pueblo fronterizo mexicano. La película fue aclamada por la critica y el público, pero también fue criticada por tener escenas de violencia excesiva y perturbadora.
Para terminar con los ejemplos quisiera mencionar la chilena El Club de Pablo Larraín (ganadora del Oso de Plata en Berlín 2013) que aborda un tema muy oculto y poco denunciado por el cine latino, el abuso sexual de curas católicos. La denuncia social sigue siendo un pilar fundamental del cine político pero en este caso se aborda un tema que fue tratado por cineastas de todo el mundo que denuncian los abusos perpetrados por la Iglesia Católica y su encubrimiento por gobiernos de diferentes países. Larraín tiene una filmografía innovadora en el cine chileno y trata problemáticas políticas de su país desde un punto de vista universal y complejo.
El cine tiene el poder de condensar complejas realidades en pocas imágenes
Estas películas son solo una mínima muestra de un cine en crecimiento que aborda temáticas globales y no solo denuncia situaciones sociales latinas. También estas películas son innovadoras narrativa y visualmente y son reconocidas por ser obras de arte cinematográfico antes que películas de denuncia política. Los cineastas latinos buscan mas allá de la denuncia social experimentar con el lenguaje, la temática y la mezcla de géneros para crear obras vanguardistas.
Espero que este texto sea una muestra de la enorme filmografía latina y de la nueva tendencia de abordar problemáticas globales desde una perspectiva local dejando atrás tradiciones de genero o de temáticas locales.