La movilidad de estudiantes se ha convertido en un rasgo distintivo de la internacionalización de la educación superior, que abarca una serie de procesos que permiten que la educación superior sea más internacional. Estos procesos afectan no solo a los estudiantes, sino también al profesorado y al personal, a las instituciones de educación superior y a todos los países del mundo.
Sin embargo, la dependencia de las formas de movilidad física de estudiantes, que implican el cruce de fronteras y los viajes está resultando insostenible ante la crisis climática mundial y la actual pandemia de la covid-19.
Seis millones de estudiantes de educación superior practicaron la movilidad internacional en 2019, frente a los 2 millones del año 2000. Representan únicamente el 2,6% del total de la población estudiantil mundial. Por tanto, la movilidad estudiantil sigue siendo muy exclusiva.
Ante esta realidad, la movilidad virtual de estudiantes, definida como una forma de movilidad que utiliza la tecnología para facilitar los intercambios y la colaboración académica, cultural y experiencial transfronteriza y/o interinstitucional, podría aumentar el acceso a la educación internacional, aprovechando la tecnología definitivamente y reduciendo la huella medioambiental de la educación superior.
El 75% de los estudiantes que experimentaron movilidad virtual dijeron que lo harían de nuevo si se les diera la oportunidad.
En febrero de 2022, la UNESCO IESALC presentó el informe “Mentes en Movimiento: Oportunidades y desafíos para la movilidad virtual de estudiantes en un mundo pospandémico”, en el cual examina las posibilidades que ofrece la movilidad virtual de estudiantes (MVE), comparándola con otras formas de movilidad estudiantil, analizando sus ventajas y limitaciones.
El análisis se basa en 14 estudios de casos de actividades de MVE que han sido llevadas a cabo por 73 instituciones de educación superior y alianzas de educación superior en 38 países de todas las regiones del mundo.
Conclusiones
El informe “Mentes en Movimiento” defiende la movilidad virtual de estudiantes (MVE) como una forma adicional de movilidad estudiantil y un medio clave para reimaginar la internacionalización de la enseñanza superior y la movilidad de los estudiantes en un panorama pospandémico.
Los efectos de la actual pandemia de la covid-19 serán tanto a corto como a largo plazo. Incluso una vez que se reabran las fronteras, la crisis climática en curso aumentará radicalmente la necesidad ya identificada por la UNESCO de “una acción urgente, tomada conjuntamente(…) para cambiar el rumbo y reimaginar nuestros futuros” (UNESCO, 2021).
La MVE apoya la internacionalización de la educación superior para que sea más inclusiva y sostenible y promueva una educación de alta calidad y el desarrollo de competencias.
A través de los Convenios Mundiales y Regionales de Convalidación de Cualificaciones, la UNESCO ha creado una plataforma para generar un consenso internacional sobre la movilidad virtual de calidad de estudiantes y para garantizar que el reconocimiento de créditos o títulos se realice en un entorno seguro que proteja los derechos de los estudiantes. En resumen, los resultados de este informe y el panorama mundial llevan a la conclusión de que el futuro de la movilidad de los estudiantes combinará experiencias internacionales físicas con oportunidades virtuales impulsadas digitalmente que lleguen a un mayor número de estudiantes y creen una mayor conciencia y habilidades interculturales.
Recomendaciones
Con base en los estudios de caso, UNESCO IESALC formula una serie de recomendaciones prácticas dirigidas a estudiantes, profesores, personal de la Oficina Internacional, líderes institucionales, gobiernos y agencias de garantía de calidad y organizaciones internacionales, para quienes la movilidad virtual de estudiantes debería ser una consideración importante.
El informe “Mentes en Movimiento” formula cinco recomendaciones para impulsar la movilidad virtual de estudiantes
- Adoptar una “mentalidad MVE” abierta a las inmensas posibilidades que la MVE puede añadir a la educación internacional. Al mismo tiempo, estar dispuesto a aceptar los retos y la relativa falta de información sobre la MVE para mejorarla e integrarla.
- Mantener la equidad como eje del diseño, la ejecución y la finalidad de la MVE como herramienta para democratizar el acceso a la movilidad de los estudiantes. Debe prestarse especial atención para permitir la participación de los estudiantes y para desarrollar asociaciones internacionales equitativas.
- Proporcionar financiamiento específico para desarrollar la movilidad virtual estudiantil. Esto puede hacerse a múltiples niveles, incluyendo el financiamiento de los estudiantes (centrándose en los grupos subrepresentados en la movilidad estudiantil), del profesorado y el personal y a nivel de asociación institucional.
- Acelerar la digitalización proporcionando un mejor acceso a Internet, más dispositivos y programas informáticos actualizados, así como apoyando e integrando la enseñanza y la formación en materia de alfabetización digital.
- Garantizar la transferibilidad de los créditos y el reconocimiento oficial de la MVE para facilitar las asociaciones interinstitucionales y promover la movilidad internacional.
En definitiva, llegó el momento de repensar la movilidad estudiantil para que más estudiantes puedan beneficiarse de una experiencia internacional, de forma que no esté sujeta a las cambiantes restricciones sanitarias o políticas mundiales, y que además, tenga en cuenta el bienestar del planeta.
Tomado del resumen ejecutivo del informe “Mentes en Movimiento” de UNESCO-IESALC (Febrero 2022)