Las tecnologías de la información y comunicación (TIC) en Salud, que son la base del ejercicio de la Telemedicina para la Atención Médica a Distancia en Salud, se desarrollan de forma tan acelerada que prestan un apoyo muy importante para el conocimiento científico de las epidemias mundiales.
Fue en México donde hace poco más de una década se inicio la pandemia de la influenza AH1N1.
Claro que no recibíamos la información día a día de los casos nuevos presentados en otros países, de los nuevos casos y de las muertes presentadas en cada país.
El empleo de las TICs nos permite ahora conocer la mortalidad y el número de casos nuevos detectados en todos los países de nuestro planeta en el día a día, así como las noticias relacionadas con la pandemia.
Se ha iniciado una carrera para desarrollar la vacuna contra el coronavirus y ya hay varias propuestas de tratamiento pendientes de ser validadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La telemedicina evita el grado de contagio de los prestadores de los servicios de salud y favorece su presencia a distancia en los sitios donde no se tiene acceso a la atención médica
Cuando apareció la Influenza AH1N1, la Dra. Margaret Chan en aquel momento Directora de la OMS, diría: “Puede que esta enfermedad sea pasajera, puede que desaparezca pronto o puede que se quede de manera recurrente estacional”.
La influenza AH1N1 requiere ya de vacunación con aplicaciones anuales a partir de los 6 meses de edad, y de manera pronta y expedita se han detectado variables como la cepa AH3N2 con muy alto nivel de contagio y mortalidad. Es posible que estas aseveraciones para el COVID-19 sean aún muy tempranas.
Pero los esfuerzos internacionales han sido muy importantes y las TICs participan de manera muy activa en la limitación de este nuevo cuadro.
Indudablemente que la telemedicina permite el acceso y atención de pacientes de una manera más rápida y con un seguimiento más frecuente, con el empleo de equipos médicos periféricos y portátiles para tomas de temperatura y de todos los signos vitales, estetoscopios para auscultación de campos pulmonares y ruidos cardíacos, envío de radiografías y ultrasonidos, imágenes de piel, oídos y faringe y muchas otras acciones y variables.
Además, la telemedicina evita el grado de contagio de los prestadores de los servicios de salud y favorece su presencia a distancia en los sitios donde no se tiene acceso a la atención médica.
Teleconsulta y Telesalud
Una de las aplicaciones que sería de gran valor recomendar para apoyar el manejo y el control de esta emergencia sanitaria es la teleconsulta, que tiene la ventaja de restringir la movilidad de las personas con duda o sospecha de estar incubando y/o cursando la enfermedad.
Con esta modalidad de atención, se puede realizar un “triaje virtual” y dejar indicaciones médicas de acuerdo a la situación.
La telemedicina permite monitorear a distancia, en tiempo real o diferido, la evolución de los pacientes que sean positivos y que están haciendo su aislamiento en los domicilios.
La telesalud, por su parte, aporta elementos asociados a la formación y capacitación del recurso humano de atención sanitaria.
Por otro lado, hace posible el seguimiento de nuevos brotes, lo que permite activar las alertas sanitarias correspondientes y actuar de acuerdo con los protocolos.
Políticas nacionales
La pandemia ha extendido el uso de la telemedicina por toda la región, y algunos países avanzan en proyectos de reglamentación.
En Argentina se discuten varios proyectos de ley que tienen por objeto reglamentar la práctica de la telemedicina a nivel nacional.
En Chile, la telemedicina es parte de su estrategia digital 2020.
No pretendemos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. Es en la crisis que nacen la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias.
No cabe duda de que la atención directa y presencial del equipo de salud es irremplazable. Sin embargo, no hay que desconocer lo útil que es apoyar la atención sanitaria con uso de telemedicina y telesalud como complementos de los procesos de atención clínica, sobre todo en tiempos de emergencias sanitarias globales.
Autores:
Angélica Avendaño
Pedro Ramos
Augusto Ittig