En una región como Iberoamérica, con una biodiversidad tan rica, pero enfrentada a una crisis climática mundial, es crucial garantizar una seguridad alimentaria incluyente y sostenible a través de nuevas propuestas, en donde la innovación digital y colaborativa se perfila como una de las más efectivas y sustentables.
Durante la XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno, se estableció una ruta crítica para el cumplimiento del segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS), a través de “la transformación de sistemas agroalimentarios más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles para conseguir una mejor producción, nutrición, medio ambiente y vida”
Al respecto, coincidimos en nuestra convicción de que la transformación digital de la agricultura, así como la innovación en los procesos productivos, a través del fortalecimiento de la infraestructura digital, la obtención de datos de calidad, el impulso en la gestión del conocimiento y el desarrollo de habilidades digitales, son ejes vitales para el cierre de brechas, una mejor toma de decisiones, el incremento de la eficiencia y, en consecuencia, el bienestar de las personas.
Asimismo, tal como menciona la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en su artículo “El futuro de la alimentación y la agricultura”, los gobiernos tienen la oportunidad de dejar en el pasado políticas ineficaces, para dar paso a políticas coherentes que contribuyan a un sector “productivo, sostenible y resiliente”, y que incluyan servicios públicos basados en el aprovechamiento de las oportunidades que brinda la digitalización, todo ello considerando las recomendaciones de OCDE que buscan promover la colaboración entre el gobierno y la ciudadanía, fomentando la participación de la población en el proceso de transformación digital.
Los gobiernos tienen la oportunidad de dejar en el pasado políticas ineficaces, para dar paso a políticas coherentes.
En ese sentido, como parte del proceso de adhesión a la OCDE, Perú ha aprobado recientemente la Política Nacional de Transformación Digital al 2030, un documento estratégico que el Estado ha compartido públicamente, con el fin de incrementar el ejercicio de la ciudadanía digital, garantizar el acceso inclusivo al entorno digital, vincular la economía digital con el desarrollo sostenible, fortalecer el talento digital en las personas, consolidar la seguridad y confianza digital, e impulsar la innovación y el aprovechamiento de las tecnologías exponenciales en el país.
La Política Nacional de Transformación Digital marca un hito en el Perú por ser la primera vez en la historia de nuestro país que se plantea un marco estratégico de amplio alcance que contempla un proceso continuo de cambios culturales y una nueva forma de colaboración entre todos los actores del ecosistema digital, incluyendo el gobierno, el sector privado, la sociedad civil, la academia y la ciudadanía.
El despliegue de esta política toma en cuenta las diferentes realidades del ámbito nacional y el enfoque en los grupos de especial protección para el logro de un impacto significativo.
Así, establece una hoja de ruta con 82 servicios alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre los que se incluyen el incremento continuo del alcance y calidad de la conectividad a nivel nacional; el desarrollo de capacidades digitales, el uso ético y responsable de tecnologías exponenciales para el impulso económico y social; la optimización en la gestión de datos con enfoque en analítica avanzada para la precisión y predictibilidad; el uso de datos espaciales o georreferenciados; el fortalecimiento de la red de laboratorios de innovación digital; la creación de los centros regionales de innovación digital e industria 4.0 con énfasis en los sectores productivos; entre otros.
Al dar una mirada macro, vemos que cada uno de los servicios mencionados es parte de dos pilares fundamentales para la seguridad alimentaria que son la transformación digital y la innovación, componentes sólidos para construir una sociedad más equitativa y justa que pueden fortificarse con una ciudadanía más activa y colaborativa, lo cual nos habla de la necesidad imperante de abrir espacios para el desarrollo de la innovación ciudadana.
Este 2023, Perú ha sido elegido por la Secretaría General Iberoamericana como la sede del Laboratorio de Innovación Ciudadana – LABIC para el desarrollo de soluciones que aborden uno de los desafíos más apremiantes de nuestros tiempos: la seguridad alimentaria.
Este 2023, Perú ha sido elegido por la Secretaría General Iberoamericana como la sede del Laboratorio de Innovación Ciudadana – LABIC
Asumimos este encargo con entusiasmo y responsabilidad, entendiendo la magnitud del desafío global y la relevancia del trabajo conjunto con la ciudadanía para alcanzar un impacto mayor. LABICPE es un espacio en donde la interdisciplinariedad y la diversidad de perspectivas son fundamentales para alcanzar el objetivo, y en donde invitamos a los participantes de Iberoamérica a aprovechar las capacidades de la transformación digital que venimos construyendo en el país.
Desde Perú, apelamos a cada uno de los actores del ecosistema digital, instituciones públicas y privadas, sociedad civil y academia a nivel iberoamericano, para que acojan estos proyectos que serán ideados, protipados y madurados con proyección de escalabilidad, y los adopten como parte de su plan de acción para lograr el hambre cero al 2030.
Trabajemos en conjunto para que estas iniciativas concretas y tangibles incidan en las condiciones de vida de nuestra población. Promovamos una política centrada en las personas que incluya la transformación digital y la innovación como dinamizadores de una sociedad más inclusiva, eficiente, resiliente y sostenible.