Somos afortunados. Somos iberoamericanos. En un mundo globalizado cuyo único nexo es el inglés, que ha borrado el idioma francés del mundo de los negocios y lo ha destronado del mundo diplomático. Frente a ello, la presencia del español es cada vez más fuerte y su demanda como lengua a estudiar va en aumento en la mayor parte del planeta.
Desde Madrid a Moscú, los estudiantes matriculados en el “Instituto Cervantes” crecen año tras año. Desde Tierra de Fuego a Alaska el atractivo del acervo cultural del español hipnotiza a miles de anglosajones que se acercan a conocerlo de primera mano por las empedradas calles de bellas ciudades como Antigua (Guatemala), Cartagena de Indias (Colombia), o el colorido Coyoacán en la ciudad de México.
la educación debe ser el eje vertebrador de la sociedad y motor de desarrollo
También en Guatemala en la próxima Cumbre de noviembre se debatirá como impulsar una Iberoamérica más próspera, inclusiva y sostenible. Será un excelente marco para reflexionar y debatir qué oportunidades y retos tienen estos países hermanados por un idioma, cultura e historia común con desafíos singulares.
Numerosas ventajas competitivas se ponen al servicio del sector privado en estos mercados. Otros temas a analizar serán la Agenda 2030 de Naciones Unidas para la región, o el próximo eje estratégico de Cooperación Internacional para la región.
¿Qué papel puede y debe jugar España?
Primero, la educación debe ser el eje vertebrador de la sociedad y motor de desarrollo y cohesión social. En el simposio organizado recientemente por Universia, la plataforma educativa del Banco Santander, 700 rectores de 26 países se dieron cita en Salamanca para debatir bajo el lema “Universidad, Sociedad y Futuro”. Los actos a los que también acudieron 400 personalidades de la política y la empresa de instituciones nacionales e internacionales fueron inaugurados por el Rey de España que afirmó que para “abordar los grandes retos en materia de desigualdad y sostenibilidad” es necesario apostar por la educación superior para “dar respuesta a problemas complejos como las consecuencias de la globalización y el impacto de la transformación digital en las actuales y futuras generaciones”.
En su intervención, Ana Patricia Botín (presidenta de Universia y del Banco Santander) subrayó que “ningún individuo, ninguna institución, ningún país puede prosperar si no aspira a la excelencia, individual, desde luego, pero sobre todo colectiva”, ello obliga a que la excelencia “sea inclusiva y contribuya al interés general y a la equidad”.
Ángel Gurría (secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) destacó la necesidad de que las universidades también rindan cuentas de su gestión y sean más trasparentes señalando que la endogamia es letal para la innovación.
Segundo, el modelo sanitario y hospitalario español es un referente mundial. Uno de los pilares sobre los que se asienta el Estado de bienestar que disfrutan los españoles es su Sistema Nacional de Salud (SNS), reconocido como uno de los mejores del mundo por su accesibilidad, equidad y calidad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sitúa a la sanidad española en séptima posición en el ranking mundial de sistemas sanitarios, mientras que la revista médica The Lancet emplaza a nuestra sanidad pública entre las diez mejores en un estudio publicado en junio de 2017. Según este trabajo, elaborado por el Instituto de Evaluación y Métrica Sanitaria (IHME) de la Universidad de Washington, España es el octavo país del mundo en atención y acceso al sistema de salud.
Asimismo, los profesionales del sector (Healthcare) formados en España son los más demandados por el resto de países de la Unión Europea (UE), por su excelente formación y alta cualificación profesional.
necesidad de que las universidades también rindan cuentas de su gestión y sean más trasparentes
En el ámbito de la sanidad pública, España también es una referencia mundial en trasplante de órganos. Prueba de ello es la recomendación de la Unión Europea y el Consejo de Europa al resto de Estados de implementar total o parcialmente el sistema español de trasplantes, basado en una extensa red de coordinadores hospitalarios formados para detectar a posibles donantes y entrenados para tratar con sus familias.
Tercero, los Premios “Princesa de Asturias” (Premios Príncipe de Asturias hasta el año 2014) están destinados a distinguir y homenajear la labor científica, técnica, cultural, social y humana realizada por personas, instituciones, grupos de personas o de instituciones en el ámbito internacional, aunque con especial atención en el ámbito hispánico. Fueron declarados de «excepcional aportación al patrimonio cultural de la Humanidad» por la UNESCO en el año 2005.
Los Premios “Princesa de Asturias”, realizan una encomiable labor de reconocimiento a destacadas personas e instituciones de Iberoamérica, pero en algún caso también de otras zonas del mundo. Prueba de ello es el galardón de 2018 que destaca la labor en Cooperación Internacional de Amref Salud África (ONG cuyo objetivo es contribuir a la financiación de los proyectos que mejore la realidad médico-sanitaria del continente africano). Amref, un modelo a seguir para otras ONGs de Iberoamérica.
