En un momento en que elresto del mundo se preocupa por la creciente desigualdad,América Latina logró avanzar en la dirección correcta. Pero las medidas que nos ayudaron en el pasado ya no serán suficientes.
La desafección actual tiene el potencial de constituirse en el preludio de una verdadera transformación de la forma en que se genera y distribuye el bienestar, en crecientes esferas de libertad y en presencia de una mayor diversidad. Para ello, sin embargo, no basta con temer el descontento. Hay que abordarlo.