Dos años y medio es el tiempo que estuvieron sin reunirse los jefes de Estado y de Gobierno de Iberoamérica, antes de celebrarse la XXVII Cumbre Iberoamericana el 21 de abril en Andorra; una cumbre que sucede en momentos en que la Comunidad Iberoamericana de Naciones (CIN) cumple 30 años de multilateralismo que han producido importantes acuerdos.
Más allá de alguna discrepancia sonora o de alguna ausencia en determinadas cumbres, estos encuentros deben ser recordados por éxitos como la creación de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) en 2005, el Convenio Multilateral Iberoamericano sobre Seguridad Social del que ya se han beneficiado más de 87.000 ciudadanos o el Pacto Iberoamericano de Juventud, por citar solo algunos ejemplos.
La primera Cumbre Iberoamericana tuvo lugar en 1991 en Guadalajara, México y representó una férrea apuesta por el multilateralismo. Todos los países, de manera horizontal, aportaron a este nuevo entramado geopolítico basado en siglos de historia común.
Andorra 2021, ejemplo de adaptación
Tres décadas después, la XXVII Cumbre Iberoamericana prevista para 2020 prometía ser un encuentro relevante bajo el lema “Innovación para el desarrollo sostenible – Objetivo 2030”, pero la irrupción de la pandemia de la COVID 19 obligó a postergarla y adaptar el lema a la nueva realidad, sumando el tema: “Iberoamérica frente al reto del coronavirus”.
Por primera vez, Andorra ejercía como país anfitrión de una Cumbre Iberoamericana, 16 años después de su adhesión a la Conferencia Iberoamericana. El país ha salido fortalecido tras el encuentro, gracias a su enorme eficacia para adaptarse a nuevos formatos a causa de la pandemia e incluir a nuevos agentes de cambio para Iberoamérica.
La XXVII Cumbre Iberoamericana trató la respuesta de Iberoamérica frente al reto del coronavirus, desde la perspectiva sanitaria, económica, social, allanando el camino hacia la recuperación
Andorra centró sus discursos y aportaciones en impulsar la equidad en la distribución de las vacunas a través de instrumentos internacionales como el COVAX, la innovación tecnológica, la unidad en Iberoamérica, la defensa de un turismo sostenible, la defensa del patrimonio cultural y la ayuda que puede aportar a otros países de la región en materia educativa o en diversidad funcional.
Resultados clave
La Declaración de Andorra, aprobada por los 22 países iberoamericanos aborda los temas más relevantes vinculados al contexto actual y representa una apuesta para superar los efectos de la crisis sanitaria provocada por la pandemia a través de una recuperación económica incluyente y sostenible, un progreso basado en la digitalización e innovación.
La Declaración de Andorra, el Programa de Acción, el Compromiso sobre Innovación para el Desarrollo Sostenible y 16 comunicados especiales impulsados por los países son resultados de la XXVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno
De igual forma, destaca la reducción de las desigualdades, el impulso a la cooperación, la internacionalización de las MIPYMES, la protección a los colectivos en vulnerabilidad, la aprobación de la Iniciativa Iberoamericana para Prevenir y Eliminar la Violencia contra las Mujeres, así como seguir defendiendo una Comunidad basada en progresos científicos, tecnológicos, culturales, turísticos y educativos. Además, Andorra acogió la firma del Convenio Marco para el Impulso de la Circulación del Talento en el Espacio Iberoamericano.
Los resultados de la Cumbre se pueden resumir en cuatro grandes áreas: la propia Declaración de Andorra, arriba explicada, su Programa de Acción, el Compromiso sobre Innovación para el Desarrollo Sostenible y los 16 comunicados especiales de diversas temáticas.
Proyección internacional de Iberoamérica
Es igualmente destacable la proactividad de la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, quien a lo largo de su mandato, ha impulsado y consolidado las relaciones a ambos lados del Atlántico y coordina de una manera espléndida todo este complicado entramado.
A este gran encuentro diplomático de Andorra, además de los representantes nacionales de cada país, asistieron también renombradas personalidades internacionales como Emmanuel Macron, presidente de Francia, o António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, quienes expusieron la idea de seguir impulsando el multilateralismo. Por otro lado, fue también notoria la misiva que envió el Papa Francisco a los líderes de una región sumamente católica. Por último, deben ser mencionados la participación de 29 organismos observadores y representantes de instituciones internacionales como son la OCDE, el BID, la CEPAL, el PNUD, la OIT, Unicef, la CAF o la FAO, entre otros, presentes en el encuentro.
Hacia República Dominicana
Muy posiblemente este éxito de participación de autoridades y líderes internacionales será repetido en la próxima Cumbre Iberoamericana de República Dominicana, bajo el lema “Juntos hacia una Iberoamérica justa y sostenible”.
Santo Domingo ha dejado claro sus deseos de seguir impulsando una Comunidad basada en la cooperación y en el diálogo multilateral y no quiere otra década perdida para la región. Se espera una reunión que apela a la equidad, diversidad y sostenibilidad (Agenda 2030).
Su actual presidente, Luis Abinader ha mostrado sus aspiraciones de impulsar la puesta en marcha de un fondo de recuperación y reestructuración para mitigar el endeudamiento que han sufrido las economías más afectadas por la crisis de la COVID19 y cuyo objetivo es relanzar su crecimiento. En otras palabras, Santo Domingo quiere que las naciones más desarrolladas hagan esfuerzos y ayuden a impulsar a otros países.
No se entiende Iberoamérica si el desarrollo no es conjunto y, menos, si tampoco es sostenible.
Iberoamérica y las Cumbres, agenda de futuro
¿Hacia dónde camina Iberoamérica y sus Cumbres? Tanto Andorra como República Dominicana muestran que Iberoamérica apuesta por la sostenibilidad, la diversidad, la innovación, la cultura y la igualdad de género.
Iberoamérica parece estar en consonancia con los retos a los que se enfrentan, a nivel global y local, todos los actores internacionales. Por ello se espera que la región consiga responder de una manera conjunta a la logística de la vacunación, la puesta en marcha de una estrategia sobre enfermedades y pandemias o el relanzamiento de sus economías. Los avances logrados en Andorra serán continuados en República Dominicana, país que se propone seguir defendiendo la estabilidad política y social de la región, la creación de políticas económicas acorde a la Agenda 2030 y la transformación económica de cada país.
Centrándonos en el presente, lo más importante y seguro es que Iberoamérica sigue apostando por el multilateralismo. República Dominicana consolidará este espíritu de cooperación que surgió hace treinta años y que tras la pandemia ha quedado reforzado.
Treinta años de progresos sociales y económicos, de movimientos migratorios, de intercambios culturales, de cooperación y diálogo político donde el respeto y las diferencias tienen cabida. Que los Andes, los sistemas montañosos antillanos, los volcanes centroamericanos y los Pirineos puedan estar unidos es algo precioso para cualquier amante de las relaciones internacionales. Para un futuro mejor es importante seguir remando juntos, porque todos Somos Iberoamérica.