Así como el mundo es cada vez más global, los problemas lo son también y las soluciones pueden adaptarse y compartirse. Los gobiernos y actores públicos están descubriendo el gran potencial de las ideas y participación de la ciudadanía en la solución de los desafíos que emergen de su propia realidad, de su vivencia sobre el terreno y de las necesidades y obstáculos para solucionarlas. Hemos podido ver que estos desafíos que a primera vista parecen locales, pero en la mayoría de los casos son comunes a muchas comunidades, contextos y países.
Los gobiernos empiezan a impulsar las “buenas ideas para el bien común”, un proceso de innovación que procede de la ciudadanía, pero que necesita apoyo público para llegar a buen puerto. ¿Qué deben hacer los gobiernos para canalizar esta participación ciudadana y que estas ideas puedan generarse, aplicarse y mutiplicarse? Desde mi punto de vista, la respuesta pasa por tres acciones: financiar, facilitar, o aprender.
Desafíos cada vez más complejos y ecosistemas de actores tan diversos y variados están impulsando nuevas formas de que la sociedad civil participe en la solución de los problemas que les atañen.
Financiar
Financiar, es de lejos el modo más antiguo y utilizado hoy en día. Observamos lo que funciona, inyectamos recursos y controlamos que el dinero se haya usado de la mejor manera. Si el proyecto que hemos financiado funciona, lo volvemos norma e intentamos que se aplique en nuevos territorios. Desde licitaciones abiertas hasta subvenciones por parte de los estados u organismos de cooperación internacional, estas inversiones o ayudas pueden permitir que el ciudadano acceda a recursos y genere un cambio positivo en su contexto local.
Sin embargo, el papeleo para acceder a los recursos, el acceso a la información sobre la existencia del recurso, el tiempo que toma aplicar y recibir la financiación, y la poca disposición de recursos al proceso de exploración de la solución son importantes barreras que impiden la efectividad de este modo de promoción de la innovación.
Facilitar
Facilitar, por otro lado, busca catalizar el proceso natural de innovación y de búsqueda de soluciones nuevas a problemáticas en un contexto dado. Aquí la intención no es dar recursos financieros solamente, sino actuar en favor de lo que necesita un grupo de ciudadanos para innovar de manera efectiva. Por ejemplo, en mi función en el Ministerio de Trabajo de Francia, creamos un laboratorio de innovación itinerante con recursos humanos dedicados a acompañar portadores de proyectos en dinámicas de innovación. Creamos licitaciones públicas para proyectos de innovación que buscan reducir el desempleo, apoyamos el proceso de selección y asignación de recursos y luego generamos comunidades de aprendizaje que animamos a través de sesiones de trabajo utilizando metodologías de innovación que van desde el pensamiento de diseño (design thinking) hasta procesos de co-desarrollo, inteligencia colectiva o diálogo participativo en función de lo que el ciudadano necesite para catalizar su proceso de innovación.
Por un lado, el reto de la facilitación es el del acompañamiento adaptado a la realidad de cada proyecto, de cada territorio, pero también es el de la capacidad de quien acompaña para facilitar pues requiere una nueva postura frente a la interacción con el ciudadano y con la administración.
Aprender
Aprender es todavía un terreno poco explorado. Cuando la ciudadanía gesta proyectos de innovación, está en constante búsqueda de conocimiento, alianzas y de inspiración de lo que funciona, no funciona y puede funcionar en un territorio específico. El gobierno que realmente se interesa por aprender para promover la innovación genera conocimiento y espacios donde este conocimiento puede ser transferido. Me refiero a espacios concretos de aprendizaje como eventos, sesiones de coaching, mentoría, ferias de conocimiento. En definitiva, espacios donde los ciudadanos puedan inspirarse y avanzar en el arduo proceso de la gestación de una solución efectiva.
El gobierno que aprende de lo que financia alimenta y promueve la cultura de innovación
En el laboratorio donde trabajo lo hacemos a través de eventos territoriales que reúne a portadores de proyectos, servidores públicos del campo del empleo y beneficiarios ya sea a buscar soluciones a barreras comunes que encuentran en sus procesos respectivos de innovación o bien a producir dispositivos de aprendizaje para explicitar un conocimiento experiencial en un medio transferible a la comunidad de ciudadanos en proceso de innovación.
Los gobiernos siguen en búsqueda de maneras de promover iniciativas innovadoras. Cada gobierno opta por una forma de promoción diferente según su contexto pero seguramente evolucionará a una mezcla de gobierno que financia, que facilita y que aprende.