El contexto de incertidumbre global junto con la inequidad y la polarización social en distintas partes del mundo impacta a América Latina, pero el elemento positivo frente a esto es que pese a la crisis de legitimidad y el cuestionamiento de los partidos políticos y de las formas de representación, la democracia como sistema y como forma específica de convivencia en la región muestra una resiliencia muy importante no vista en otras etapas históricas.