La Comunidad Iberoamericana comparte historia, identidad, valores y retos para el futuro. Las ciudades y municipios iberoamericanos tienen la oportunidad de tejer una red donde compartir las buenas prácticas y las soluciones comunes para convertirse en ciudades 2030. Es el momento de las ciudades para las personas, para la vida, para el futuro sostenible; es el momento de las ciudades humanas.
La Agenda 2030 ha cambiado el paradigma sobre cómo impulsar el desarrollo sostenible para todas las personas. Los 193 países que han firmado este acuerdo sobre desarrollo global han querido establecer un marco de compromisos económicos, sociales y medioambientales para promover un progreso y bienestar para todos.
En un mundo globalizado a través del comercio, de las telecomunicaciones y de la movilidad humana, los retos y desafíos del futuro son los mismos para todos los países. Hoy en día es imposible que un país pretenda enfrentarse por sí solo a los problemas comunes de la desigualdad, la pobreza, la seguridad o los efectos del cambio climático entre otros.
Somos una sociedad interconectada e interdependiente. El camino para asegurar la paz y el bienestar de todos los países pasa por avanzar juntos cumpliendo la Agenda 2030 y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El nuevo paradigma para lograr el desarrollo es el reto más importante que de forma conjunta se ha puesto el humanidad en su historia.
La Agenda 2030 es universal, esto significa que está diseñada para que la cumplan todos los países. Es un cambio de paradigma de los modelos teóricos de desarrollo anteriores que habitualmente estaban diseñados por los países desarrollados para que los cumplieran los países en desarrollo. A partir de aquí y ante los desafíos del futuro global, todos somos igual de vulnerables e igual de necesarios.
La Agenda 2030 es universal, esto significa que está diseñada para que la cumplan todos los países
Otro de los avances de esta Agenda es que los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que la configuran están interrelacionados, es decir, deben ir cumpliéndose todos al mismo tiempo para que la Agenda 2030 pueda alcanzarse. Este planteamiento responde a la teoría de la multidimensionalidad de la pobreza. No existe una sola causa que genere la exclusión y la pobreza, se deben analizar los caminos del desarrollo humano de un manera integral.
El mundo en el que vivimos hoy responde a un sistema cada vez más complejo de interacciones económicas y sociales que a su vez generan infinitas dinámicas que impactan sobre el medio ambiente, la gobernanza del planeta y sobre todos los seres humanos. Por este motivo, impulsar un desarrollo sostenible para todos nos obliga a realizar un análisis multidimensional de los factores que se requieren para lograrlo. Es más necesario que nunca trabajar con equipos multidisciplinares que puedan generar acciones eficaces en todos los campos de actuación del desarrollo.
Las nuevas tecnologías han ayudado a impulsar una nueva consciencia de planeta entre muchos seres humanos. Cada vez son más los hombres y mujeres que no quieren arriesgarse a vivir en mundo que se autodestruye y que será insostenible para las futuras generaciones. De la misma manera, cada día son más las personas que entienden que ese logro de objetivos comunes pasa indiscutiblemente por la voluntad política de gobernantes comprometidos pero irremediablemente también por ciudadanos que estén dispuestos a cambiar las cosas.
Las políticas públicas eficaces y las actitudes cotidianas de los ciudadanos tienen un espacio común de interacción, las ciudades. La nueva teoría del desarrollo considera que las ciudades deben ser unidades propias de impulso de acciones que cambien el planeta. Las ciudades son espacios donde los poderes públicos y las personas demuestran cómo quieren vivir. Además de que los gobiernos nacionales regulen el comercio internacional y aprueben las políticas más generales, será en las ciudades donde se podrá defender y poner en marcha un modelo de convivencia sostenible donde la forma de circular, construir, descansar, comerciar, estudiar, integrar y disfrutar sean un ejemplo del mundo que queremos.
Las políticas públicas eficaces y las actitudes cotidianas de los ciudadanos tienen un espacio común de interacción, las ciudades
La eficacia de todo el sistema de desarrollo sostenible se podrá comprobar en los cambios que se haya generado en las ciudades. Por este motivo, la Asamblea General de Naciones Unidas insta a todos los países a establecer mecanismos de coordinación en sus gobiernos y un plan de trabajo nacional para poder impulsar los cambios y medir los logros. Esta nueva estructura que se diseñe para la Agenda 2030 deberá tener una perspectiva descentralizada, por ejemplo en España, un mecanismo de implantación autonómico y municipal.
Cada ciudad deberá saber qué quiere cambiar para apoyar la consecución de la Agenda 2030 y los ODS. A través de rediseñar sus políticas públicas, con la participación ciudadana, podrán mejorar sus vidas y la vida del planeta. La unión de los ciudadanos y de las ciudades entorno a objetivos comunes podrá generar un espacio de integración y paz que los gobiernos nacionales tienen mayores dificultades para impulsar.
Será en las ciudades donde se podrán diseñar las nuevos procesos económicos, sociales, políticos, culturales y medioambientales que queremos para cambiar el mundo. Es el momento en el que ningún dirigente local o nacional podrá excusarse de no conocer o no seguir la Agenda 2030, los más innovadores y los más audaces ganarán tiempo y oportunidades. Comienza, sin vuelta atrás, el tiempo en el que es necesario actuar en local para cambiar lo global, hacer ciudades más humanas para lograr un mundo más humano.