El impacto de la crisis provocada por el coronavirus en la región iberoamericana puso de manifiesto no sólo el papel central del conocimiento, la ciencia, la tecnología y la innovación, sino también la necesidad de fortalecer la cooperación entre países.
Con esta premisa, representantes de los 22 países de Iberoamérica reunidos en octubre vía online firmaron una declaración conjunta en la que aprobaron una nueva Estrategia Iberoamericana de Innovación con la que se busca contribuir a la recuperación socioeconómica ante la pandemia del COVID-19 y promover el desarrollo sostenible de la región.
La “IV Reunión de Ministras, Ministros y altas autoridades iberoamericanas de Ciencia, Tecnología e Innovación” (CTI) fue organizada por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y la Secretaría Pro Tempore de Andorra, en el marco de la XXVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará en el principado en abril de 2020.
“Con la crisis del COVID-19 enfrentamos el reto más grande que hemos vivido como generación. La ciencia, la tecnología y la innovación están llamadas a cumplir un papel urgente, profundo y complejo”, dijo Rebeca Grynspan, secretaria general iberoamericana, durante el encuentro.
Cooperación científica
Otra lección aprendida de esta pandemia es la necesidad de cooperación en materia científica.
En la declaración conjunta, los países destacaron la importancia de la red COVIRed, promovida por el Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo, CYTED, a partir de la experiencia y buenas prácticas adquiridas por las redes temáticas sobre virus y virosis emergentes como VIRORED (2009 – 2019), que fue creada como consecuencia de la emergencia del H1N1.
En ese sentido, han encomendado a la SEGIB que promueva, junto a CYTED, la creación del Observatorio Epidemiológico Iberoamericano, como mecanismo de coordinación y fortalecimiento de las redes y capacidades epidemiológicas existentes y mediante la aplicación intensiva de herramientas de inteligencia artificial, para lo que contará con el apoyo, entre otros, de la Red Iberoamericana de Supercomputación (RISC).
Con la crisis del COVID-19 enfrentamos el reto más grande que hemos vivido como generación. La ciencia, la tecnología y la innovación están llamadas a cumplir un papel urgente, profundo y complejo
Las autoridades consideran, según la declaración, que sus países deben seguir apostando por la innovación para responder a los retos que se plantean, promoviendo la participación ciudadana y convirtiendo a los sectores públicos en catalizadores de la innovación, desde lo local a lo internacional.
Junto con la puesta en marcha de la Estrategia Iberoamericana de Innovación, los países acordaron implementar acciones para su difusión y promoción en el sector público, las empresas, la sociedad civil y la ciudadanía, con el objetivo de contribuir a que Iberoamérica alcance los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas.
Innovación para el desarrollo sostenible
En esa línea, y como antecedente, la SEGIB ha coordinado a través de su iniciativa de Innovación Ciudadana el lanzamiento de la Agenda de la Innovación Pública, que incluye diversas actividades de difusión y promoción.
Una de ellas fue la Semana de la Innovación Pública celebrada entre el ???????? y el ???????? de noviembre, durante la que se conocieron casos reales de cómo están innovando gobiernos, parlamentos, universidades, organismos internacionales y laboratorios ciudadanos para convertir estas experiencias en escalables y replicables en los países iberoamericanos.
Otro ejemplo de esta agenda es el informe “Instituciones que aprenden, un modelo de innovación pública para la era post-Covid”, realizado por Raúl Oliván, director general de Gobierno Abierto e Innovación Social en el Gobierno de Aragón.
Este documento es un esfuerzo para ofrecer una guía de Innovación Pública, diseñado a partir del análisis de 105 metodologías de las agencias más innovadoras del mundo.
Finalmente, los gobiernos le encomendaron a la SEGIB el impulso para implementar la Agenda Iberoamericana de Cooperación en Ciencia, Tecnología e Innovación para el bienio 2021-2022, conformada por actuaciones y proyectos vigentes que se adoptaron en anteriores reuniones ministeriales, a los que se suman los aprobados en esta IV Reunión.
“Tenemos que diseñar una agenda de trabajo transversal, que incluya las ciencias de la salud pero también las sociales; que incluya las tecnologías industriales pero también las digitales; que haga de la innovación un esfuerzo abierto y democrático. Solo así no dejaremos a nadie atrás”, concluyó Rebeca Grynspan.