“En un mundo donde crece la crispación y la polarización de las sociedades, una orquesta de música es una garantía de empatía”, dijo recientemente el cantautor uruguayo Jorge Drexler, Embajador Iberoamericano de la Cultura desde 2016, al visitar el programa de cooperación Iberorquestas Juveniles en Montevideo, Uruguay.
Esta iniciativa fue creada en 2009 para difundir la educación musical entre niños y jóvenes, como un instrumento para la integración social. En ella participan Argentina, Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Honduras, México, Panamá y Uruguay.
Aprovechando que su gira “Silente” lo llevó a Montevideo, Drexler se acercó al Sistema de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles del Uruguay, que forma parte del programa.
Allí tuvo la oportunidad de intercambiar experiencias con jóvenes músicos y cantantes, y pudo conocer el trabajo del taller de luthería de Iberorquestas Juveniles, donde cada uno aprende a reparar su propio instrumento.
“En un mundo donde crece la crispación y la polarización de las sociedades, una orquesta de música es una garantía de empatía”
Jorge Drexler
Además, pudo interiorizarse de la exitosa experiencia de la Orquesta Juvenil y los Coros de Niños y Jóvenes del SODRE, quienes sorprendieron al cantante al interpretar sus canciones “A la sombra del ceibal” y “Todo se transforma”.
“Esto es una herramienta de paz y de ciudadanía. De verdad los felicito”, expresó Drexler tras la interpretación de sus temas.
Desde su nombramiento como Embajador Iberoamericano, Drexler ha estado comprometido con las campañas de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) “” en 2017, junto al también Embajador Iberoamericano de la Cultura Carlinhos Brown, y “” el año pasado.
El programa
Iberorquestas Juveniles fue creado para fomentar la presencia y el conocimiento de la diversidad cultural iberoamericana en el ámbito de la música, estimulando la formación de nuevos públicos en la región y ampliando las perspectivas de trabajo de los futuros profesionales de la música.
Además, aspira a convertir las orquestas, los coros y las bandas en un instrumento de prevención y lucha contra la droga, la violencia y la delincuencia, y ampliar el mercado laboral abierto a los jóvenes profesionales de la música, entre otros objetivos.
