¿Cómo hackear lo público? Cinco prioridades para innovar en los gobiernos

Instalar una cultura de innovación en las administraciones públicas para eliminar y “prevenir” la burocracia, fomentar la colaboración entre servidores públicos y diferentes entidades gubernamentales son algunas de las prioridades de la Agenda Iberoamericana de la Innovación Pública.

¿Cómo hackear lo público? Cinco prioridades para innovar en los gobiernos

La confluencia de crisis económicas, sociales, ambientales se ve agravada por un desafío todavía más profundo y estructural: la crisis de confianza de la ciudadanía hacia las instituciones gubernamentales, y también hacia los distintos estamentos de poder: partidos políticos, sistemas judiciales, parlamentos, instituciones religiosas, organizaciones empresariales y medios de comunicación, entre otros. Ante una creciente desconexión que venía gestándose desde antes de la pandemia, es importante recuperar la sintonía de la ciudadanía con las instituciones.

Para ello, resulta necesario reconectar esas instituciones con las preocupaciones, problemas y necesidades de la ciudadanía. Dado que son las administraciones públicas las que tienen la responsabilidad, estructura y capacidad para acometer las transformaciones sociales, ambientales, digitales, también tienen en sus manos el desafío de transformarse desde dentro para acelerar el cambio de sus sociedades, explica Pablo Pascale, responsable de Innovación Pública y Ciudadana de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB).

En un mundo en rápida transformación, “las instituciones públicas no pueden estar de espaldas a la innovación; deben liderarla, sincronizar sus avances con la sociedad y sus necesidades. Necesitamos instalar una cultura de la innovación en las administraciones públicas”, opina Pascale.

 “Necesitamos instalar una cultura de la innovación en las administraciones públicas en Iberoamérica”

Para lograrlo, la Secretaría General Iberoamericana ha culminado la primera fase de la Agenda Iberoamericana de Innovación Pública (AIP), una hoja de ruta para que la innovación se materialice en soluciones con impacto. Se trata de fomentar la colaboración y articulación entre diferentes actores, que esos modelos sean replicables y tengan efectos positivos en lo ambiental, económico y social, explican desde el área de Innovación Pública de la SEGIB.

La Agenda de la Innovación Pública recibió apoyo al más alto nivel político en la reciente Cumbre Iberoamericana de Santo Domingo, celebrada a finales de marzo de 2023. En esta cita, los mandatarios de la región elogiaron la contribución de esta agenda, articulada por la SEGIB, y cuyas recomendaciones se resumen en el documento titulado Las cinco prioridades de la innovación pública”.

Cinco prioridades de la innovación pública

“La innovación pública se refiere a la aplicación de técnicas y herramientas novedosas en el ámbito del sector público para mejorar la eficiencia, la eficacia y la calidad de los servicios públicos que se prestan a la ciudadanía”, explica el documento que resume la primera fase de implementación de esta agenda regional que promueve una cultura de la transformación y la mejora continua de las administraciones públicas.

Representantes de instituciones gubernamentales identificaron cinco grandes desafíos clave en los que trabajar para implementar la innovación pública en la región:

→ Articular una mayor colaboración entre áreas e instituciones.

→ Promover la apertura al cambio.

→ Lograr el apoyo de los/as servidores/as públicos/as.

→ Impulsar la experimentación.

→ Rediseñar los procedimientos burocráticos.

1. Colaboración dentro y entre las instituciones

La dificultad de articulación entre áreas dentro de una institución y/o entre administraciones se expresa en una forma de trabajo compartimentada “en silos”, en la cual no existe una cultura de compartir información, conocimientos o trabajar en equipos. También se tiene a la competencia entre áreas o instituciones, lo cual a su vez afecta el uso eficiente de los recursos y la generación de resultados.

A pesar de esta realidad, existen buenas prácticas y diferentes iniciativas en la región que pueden inspirar soluciones a este obstáculo. Por ejemplo, la Red de Innovadores públicos de Chile, con más de 26.000, es un movimiento de servidoras y servidores públicos y otros actores sociales que trabajan en red para mejorar los servicios del Estado chileno.

Articular el trabajo de las instituciones para la generación de valor público a través de la innovación es una de las áreas de acción de la Agenda de Innovación Pública

También en Costa Rica se está implementando una Agenda de Coordinación Interinstitucional para la Justicia Abierta”, una experiencia pionera a nivel nacional e internacional que supone acercar la aplicación del Gobierno abierto dentro de la organización y funcionamiento del poder judicial.

A partir del éxito de estas y otras buenas prácticas vigentes, la AIP propone la implementación de un repositorio de capacidades para la transformación pública denominado “Innova Match”, una plataforma de intercambio donde los servidores públicos comparten su formación profesional y sus capacidades en base a problemas que afectan a la ciudadanía—y aquí está la clave— y no a problemas internos de la institución.

2.  Promover la apertura al cambio

La experiencia demuestra que las instituciones públicas tienen mayores resistencias y obstáculos para incorporar cambios que organizaciones de otros sectores. Y dado que el proceso de innovación implica que las transformaciones institucionales sean implementadas por personas, es a partir de ellas que se puede promover la apertura al cambio, explica el análisis.

Ante esta realidad el desafío es reducir el grado de resistencia al cambio de los/as servidores/as públicos/ as para lograr procesos sostenidos de innovación en organizaciones burocráticas y rígidas.

La propuesta de solución llama a implementar un espacio de reflexión y participación en las organizaciones para que los servidores públicos puedan cuestionar determinadas formas de hacer y proponer mejoras en la institución. ¿Por qué siempre lo hicimos así? ¿Cómo hacerlo mejor? Son las dos preguntas de partida para que el funcionariado identifique las necesidades de cambio y propongan soluciones.

3.  Motivar a servidores/as públicos/as

A menudo se acusa a las instituciones públicas de tener una “cultura de conformismo”, pero la realidad es que también hay muchas personas que tienen iniciativas propositivas e innovadoras y muchas veces no encuentran motivación o espacios para llevarlas a cabo. ¿Cómo motivar a servidores/as públicos/as para una mayor eficiencia/eficacia,ante la falta de incentivos y reconocimientos, por el exceso de miedos y penalidades?

Algunas buenas prácticas en este ámbito se encuentran en iniciativas como la plataforma “Líderes que transforman”, implementada en Brasil por la Escuela Nacional de Administración Pública (ENAP). Este proyecto ayuda a profesionalizar la selección de las personas en puestos de libre nombramiento, a partir de la preselección por competencias, tal y como explican los funcionarios de la entidad en este video:

4.  Impulsar la experimentación

La innovación no sigue un proceso lineal en el que los resultados son conocidos de antemano, sino que es un proceso que implica exploración y descubrimiento a medida que se busca encontrar soluciones mediante ensayo y error. Por lo tanto, para innovar en las instituciones públicas, es fundamental establecer mecanismos para promover experimentación y el error como parte del proceso.

Una de las propuestas de la Agenda de Innovación pública en este ámbito es un programa que apunte al concepto “error como oportunidad”, a través de una plataforma web de conocimiento ciudadano donde se puedan compartir soluciones y experiencia en clave de casos de estudio para encontrar errores y soluciones comunes. Con ella se incentiva a los servidores públicos a atrapar el error y presentar proyectos de experimentación, que luego son evaluados y premiados

5.  Agilizar procedimientos burocráticos

Más de una vez se ha dicho que lo gubernamental es sinónimo de burocracia, ineficiencia y lentitud en la entrega de servicios a la ciudadanía.  Por ello, resulta clave innovar en los procedimientos públicos para hacerlos más ágiles.

En ese sentido, es fundamental enfocarse en el cumplimiento de las normas y en mejorar los objetivos y los resultados finales. Por tanto, el desafío para reducir la burocracia está en insertar la innovación desde la etapa de formulación y diseño de los procesos.

En Iberoamérica hay experiencias exitosas, que pueden ofrecer claves útiles. Por ejemplo, el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia de Perú logró eliminar 3.778 barreras burocráticas ilegales o irracionales que afectaban principalmente a las actividades de construcción, telecomunicaciones, transporte, actividades comerciales y educación.  Con la eliminación estas barreras burocráticas en 49 entidades, se logró un ahorro estimado de 7 millones de soles (2 millones de dólares).

 

La innovación puede agilizar los tiempos de respuesta y la calidad de los procesos públicos empezando por la etapa de formulación

 

Con base en experiencias y buenas prácticas en gobiernos locales y nacionales en Perú, Brasil, Chile, Colombia, Portugal o España, se propone la creación de InnovIA, una plataforma interactiva con inteligencia artificial (IA) basada en cuestionarios de autoevaluación. A través de las nuevas tecnologías, se pueden diseñar procedimientos más ágiles y adaptables, basados en buenas prácticas previas y con el valor añadido de la participación ciudadana.

El futuro que ya llegó

La primera etapa de esta agenda que fue presentada y validada en la XXVIII Cumbre Iberoamericana es el resultado de un trabajo colaborativo con 72 instituciones gubernamentales de 16 países, expertos en innovación, organismos internacionales, y servidores/as públicos.

Asimismo, la AIP no solo se ha logrado a partir de la articulación a lo interno de los países iberoamericanos, sino que encuentra aún más valor añadido en la cooperación entre los países iberoamericanos que han generado soluciones conjuntas a desafíos comunes, explica Pascale, que lideró este desarrollo junto a un grupo de trabajo interdisciplinar.

Según el responsable de innovación pública de la SEGIB, Pablo Pascale, tras concluir la primera fase de la Agenda de Innovación Pública, la visión es impulsar la implementación de soluciones de innovación pública a lo largo y ancho de Iberoamérica y consolidar un ecosistema innovador con la participación y protagonismo de servidores/as públicos, con el aporte de expertos, organismos internacionales y de la propia ciudadanía.