Quien no crea en los milagros debería conocer la favela de Candeal en Salvador Bahía (Brasil), un lugar con fuerte herencia africana donde la música, la solidaridad y la acción comunitaria desterraron la violencia, las pandillas y la miseria. En sus calles sinuosas llenas de casas coloridas, jóvenes y niños juegan, bailan y cantan en las plazas y la vecina todavía saluda al pasar.
En Candeal Pequeno creció el músico brasileño Carlinhos Brown, quien desde 2018 es Embajador Iberoamericano de la Cultura. El barrio, que era un antiguo refugio de esclavos huidos en siglo XVIII, pasó de ser un gueto de marginalidad a principios de la década de los 80 a convertirse en un espacio más que singular que hoy cuenta con una escuela de música, cuatro estudios de grabación, una cooperativa de reciclaje, una escuela de inglés, una escuela infantil de cuidado integral, centros de salud, cuatro plazas y una cancha de deporte.
Esta transformación socioeconómica realizada por la propia comunidad a través de la cultura popular es el “Milagro de Candeal” que el cineasta Fernando Trueba mostró en su película documental del mismo nombre. Pero el de Candeal no es de esos milagros que suceden de un día para otro, sino uno que se construye cotidianamente desde hace 30 años a través de la música, la educación y el hacer juntos.
La historia del Barrio Pequeno está íntimamente ligada al nombre de Antônio Carlos Santos de Freitas, mejor conocido como “Carlinhos Brown”, un artista inquieto, orgulloso de sus raíces africanas y con una mirada lo suficientemente atenta como para vislumbrar el potencial de los jóvenes timbaleiros para construir una nueva (y mejor) realidad para su barrio, un lugar donde la cultura es sinónimo de compromiso social.
Unión entre cultura y comunidad
Desde la convicción de que “la música educa y es una potente herramienta para transformar la realidad”, un joven Carlinhos junto a sus amigos timbaleiros fundaron la , una organización sin fines de lucro que se enmarca en dos programas emblemáticos: Tá Rebocado (una jerga local que significa confirmación y asertividad), que se centra en el desarrollo comunitario y la escuela Pracatum Educação e Cultura. Desde la educación, la cultura y el desarrollo comunitario Candeal Pequeno demuestra cómo las sociedades se transforman cuando se generan las oportunidades.
La Asociación ayudó a pacificar Candeal, impulsado escuelas para los niños, la ampliación de redes de alcantarillado y saneamiento, servicios de agua y electricidad; la construcción y rehabilitación de viviendas para que en palabras del propio Carlinhos “las casas no se vinieran abajo con las lluvias”. Asimismo, se han fortalecido las microempresas a través de cursos de capacitación; se ha instalado un centro de salud, la escuela de música y se logró construir dos plazas públicas.
La Asociación Pracatum, fundada por el artista afrobrasileño Carlinhos Brown junto a un grupo de percusionistas de Salvador Bahía, ha demostrado el poder transformador de la música en la favela de Candeal
En esas calles periféricas de Candeal surgieron grupos icónicos de la cultura afro-brasileña como “Timbalada”, liderado por el propio Carlinhos junto a percusionistas, músicos y cantantes, todos ellos parte de una cohorte de más de ocho mil graduados de la Escuela de Música y Tecnologías Pracatum y los cerca de 400 niños, niñas y jóvenes que desde 2005 se han formado en Pracatum Inglês.
Estas escuelas siguen formando futuros músicos, productores de espectáculos, educadores musicales, emprendedores culturales o fotógrafos pero principalmente ciudadanos y ciudadanas que construyen su futuro y el de su comunidad.
Aunque en sus primeros años el artista destinó buena parte de sus propios recursos a financiar el proyecto, hoy la Asociación Practatum es económicamente sostenible con financiación internacional, patrocinios de empresas, asociaciones del tercer sector y es también parte de la red de “Puntos de Cultura” del Gobierno Federal de Brasil.
Además de Timbalada y de la Asociación Pracatum, Carlinhos también impulsó la Plaza Candyall Gueto, espacio musical y multicultural que promueve espectáculos y eventos como el festival de arte urbano Candyall e Tall y el festival internacional de percusión “LALATA”.
La revolución del compartir
La favela de Candeal Pequeno es parte del barrio de Brotas, que limita con zonas de clase media y alta de la ciudad de Salvador Bahía, al nordeste de Brasil. En la década de los setenta era un lugar inhóspito y selvático sin ningún servicio público.
«Hasta los 12 años viví allí, sin luz eléctrica, sin saneamiento, sin escuela. Teníamos que trabajar, pero no estábamos preparados, no teníamos educación”, recordaba Carlinhos Brown durante un conversatorio en Montevideo, Uruguay durante la Semana de la Cooperación Iberoamericana.
Su niñez y juventud estuvieron marcadas por la crisis económica y los problemas sociales de su barrio: violencia, alcoholismo, marginalidad, falta de expectativas de futuro. Para Carlinhos, el encuentro y posterior amistad con Mestre Pintado do Bongô fue un punto de inflexión en una juventud tan llena de carencias como repleta de sueños. Do Bongô le adoptó y le enseñó todo lo que sabía del arte de la percusión. “El abrió mi mente al mundo”, recuerda emocionado.
Poco a poco se fue vinculando al movimiento de percusionistas del barrio de Pelourinho con la idea de formarse en esta disciplina y fue allí que junto a otros jóvenes músicos entendió que la música puede cambiar el mundo “porque te transforma por dentro”. “Empecé a crecer como músico, pero también como persona. Me di cuenta de que mientras yo avanzaba, mi barrio seguía igual”, comentó el artista que también es conocido como uno de los primeros en hacer música con cubos de basura y baldes de agua.
“La música tiene el poder de cambiar el mundo, porque te transforma por dentro” (Carlinhos Brown)
Por eso, cuando Carlinhos empezó a ganar dinero con la música, destinaba una parte de sus ingresos a mejorar su comunidad, poniendo en práctica algo que había heredado de sus ancestros y aprendido con su maestro: el compartir. “Hubo un apoyo de la espiritualidad que me hizo grande, no para ser mejor que los demás, sino para convertirme en un agente social”, afirmó en ese encuentro con el Programa Ibercultura Viva y los puntos de cultura (asociaciones comunitarias) de Uruguay donde dejó al descubierto su lado más personal.
El músico recuerda que, tras volver a casa después de su primera gira de ocho meses en Francia con el maestro Caetano Veloso, hubo una redada policial en Candeal y murieron varios chicos, algo que le marcó tan profundamente que le llevó a invertir todo el dinero que había ganado en timbales.
Carlinhos destinaba buena parte de los ingresos de su música a mejorar su comunidad y fue uno de los artistas pioneros en crear música a partir de barreños de agua y cubos de basura
“Cuando los percusionistas nos juntamos conseguimos crear nuevas formas de liderazgo comunitario”, lo cual en su opinión “fue una verdadera revolución” que involucró no solo a músicos y artistas sino también a profesores, pedagogos, psicólogos, técnicos y muchas personas que dialogamos sobre lo que necesitaba el barrio y nos pusimos en marcha para conseguirlo.
A esos jóvenes percusionistas que creaban nuevos ritmos—hoy referentes en todo Brasil y el mundo—, se sumaron nuevos movimientos sociales y artísticos que gestaron esa revolución comunitaria que aún hoy sigue ocurriendo en la favela de Candeal.
La historia de Candeal, la favela que se unió a partir de la música y la percusión también demuestra cómo “la mirada inquieta” de Carlinhos y un grupo de personas transformó una comunidad entera con la cultura como nexo común. Ese milagro de Candeal inspira hoy a muchas organizaciones culturales comunitarias y movimientos sociales en diversos países de Iberoamérica.
En ese barrio que hace tres siglos era un centro sagrado de candomblé, la religión afrobrasileña de culto a los “orishas”, hoy se puede ver a personas de todas las edades con diversos instrumentos musicales y con ganas de aprender, cantar, bailar y tocar, hasta el punto de que, tal y como señala el cineasta Fernando Trueba, que grabó dentro de la favela”: “Algo cambia dentro de ti cuando entras a Candeal por primera vez”.
En abril de 2018, Carlinhos Brown se convierte en el primer músico brasileño nombrado Embajador Iberoamericano de la Cultura por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), para honrar la fuerza de la cultura afrobrasileira y la solidaridad a través de la música y la educación. El artista representa también la unión entre el mundo hispanohablante y luso parlante a través del lenguaje universal de la música. Desde su nombramiento ha participado en diferentes acciones y campañas iberoamericanas para reivindicar los valores de multiculturalidad y diversidad de la región.
VIDEO | El nombramiento de Carlinhos Brown como Embajador Iberoamericano de la Cultura se realizó en el Candeal Pequeno en abril de 2018. Aquí se pueden ver algunas imágenes y testimonios.