La oportunidad de crear una nueva y mejor normalidad para las mujeres

La oportunidad de crear una nueva y mejor normalidad para las mujeres

La pandemia del coronavirus ha tenido un impacto diferenciado y devastador en las mujeres, especialmente en las de América Latina.  

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estima que, debido aCOVID-19, la pobreza femenina en la región ha alcanzado un total de 118 millones de mujeres a principios de 2021, un 22% más que en 2019, porque han estado mucho más expuestas que sus pares masculinos en cuanto a su salud, su ingresos y su trabajo.  

Asimismo, nuevos datos señalan que la violencia contra las mujeres ha aumentado de media un 25% durante los confinamientos.   

La crisis del coronavirus es diferente a otras: aunque afecta a todos los países, tiene un mayor impacto en las naciones con problemas estructurales más profundos arraigados en las altas tasas de pobreza y desigualdad, la informalidad laboral, la falta de sistemas sanitarios universales y la protección social.   

La brecha se ha ampliado  

Como las brechas preexistentes se han ampliado, las mujeres se han visto afectadas de forma desproporcionada”, advierte la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan.   

Antes del COVID-19, las mujeres latinoamericanas participaban un 25% menos en el mercado laboral y ganaban un 17% menos que los hombres. Además, la mitad de la mano de obra femenina de la región estaba empleada en la economía informal.  

Debido a estos factores, la crisis del coronavirus ha contribuido a que las mujeres tengan un 50% más de posibilidades de perder su empleo que los hombres, lo que explica el marcado aumento en el número total de mujeres en situación de pobreza en la región.  

Si antes de la pandemia el Foro Económico Mundial estimaba que se necesitaría un siglo para lograr la plena igualdad de género en el mundo, ahora se corre el riesgo de que se reviertan los limitados avances logrados hasta la fecha.  

Hacia una “mejor normalidad”  

Por eso, la secretaria general iberoamericana ha hecho un llamado a la comunidad internacional para que considere esta crisis como una oportunidad para promover medidas transformadoras que puedan acercarnos a la igualdad de género.  

Para Grynspan, debe construirse una nueva normalidad” que sea una “mejor normalidad” para las mujeres.   

Así, la SEGIB y ONU Mujeres impulsan la reforma de leyes discriminatorias, el empoderamiento económico de las mujeres y una mayor participación de ellas en las decisiones importantes relacionadas con la recuperación de la actual crisis.

En ese sentido, durante la XXVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno celebrada el 21 de abril de 2021 en Andorra, los Jefes de Estado y de Gobierno de los 22 países de Iberoamérica aprobaron por unanimidad la creación de la iniciativa Iberoamericana de Prevención y Erradicación de la Violencia de Género que buscará fortalecer las respuestas nacionales para combatir y erradicar todas las formas y tipos de violencia contra las mujeres como requisito indispensable para el logro de la igualdad de género y el desarrollo sostenible en Iberoamérica.

y destacaron que la igualdad de género y la violencia contra la mujer en todas sus formas siguen siendo dos de los mayores desafíos de Iberoamérica, para lo que se requiere potenciar políticas públicas, aumentar recursos y garantizar la participación significativa, el liderazgo y la autonomía de las mujeres, en toda su diversidad, en la respuesta a la pandemia y en el proceso de recuperación económica y social de nuestras sociedades.