El pasado 17 de enero de 2018 los reguladores energéticos de Iberoamérica, reunidos en asamblea, resolvieron el concurso internacional de la Escuela Iberoamericana de Regulación (EIR) adjudicándolo a una propuesta conjunta elaborada por la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) y por la Universidad ESAN de Perú.
El proyecto aprobado establece una EIR desdoblada en dos sedes, la Escuela Iberoamericana de Regulación Eléctrica (EIR-E), ubicada en Santiago y liderada por la PUC de Chile, y la Escuela Iberoamericana de Regulación de Hidrocarburos (EIR-H), ubicada en Lima y liderada por ESAN de Perú.
A su vez, cada una de estas universidades tiene acuerdos bilaterales con al menos otras seis universidades Iberoamericanas, y se espera que a indicación de la Asociación Iberoamericana de Entidades Reguladoras de la Energía-ARIAE, este elenco se amplíe a la Universidad de Externado de Colombia.
Con este bagaje internacional, las actividades de la EIR se podrán desarrollar tanto de forma presencial en cualquiera los países Iberoamericanos, como de forma on line o remota.
Con fecha 20 de marzo de 2018 ARIAE aprobó los respectivos convenios con las universidades de referencia, donde se recogen los contenidos curriculares, los programas de formación, la gobernanza, el seguimiento de las actividades por parte de ARIAE y los mecanismos de financiación.
Está prevista la inauguración de la EIR para los días 18 y 19 de junio de 2018, mediante sendos Actos Académicos en Santiago de Chile y en Lima, respectivamente, con Lección Magistral impartida por el Prof. del MIT y de la U Comillas D. Ignacio Pérez Arriaga.
ARIAE lleva funcionando desde el año 2000, reuniendo a 25 Instituciones reguladoras energéticas (electricidad, gas e hidrocarburos) de 17 países de Iberoamérica. Tiene como finalidad la armonización de criterios en materia de regulación energética, su adaptación a las nuevas políticas energéticas y desarrollos tecnológicos, así como el intercambio de experiencias regulatorias en los distintos ámbitos geográficos y desarrollos tecnológicos.