Investigadores crearon una plataforma digital para permitirles a organizaciones de campesinos vender alimentos sin necesidad de intermediarios. A final de año se proponen alcanzar un promedio de 1.000 pedidos mensuales, con las premisas de la compra comunitaria y la asociatividad rural.
“Si usted se pone de acuerdo con sus vecinos para comprar cuatro o cinco canastas de manzanas, en lugar de comprar una cada uno, los costos van a ser menores. Y si además les compra directamente a los agricultores, eliminando gastos por intermediarios, tanto usted como el campesino obtienen beneficios”, explica Erick Daniel Cárdenas, del grupo de investigación en Gestión de Organizaciones, de la Universidad Nacional de Colombia (UN) Sede Bogotá.
Ese escenario de gana-gana es el que el investigador plantea con Toc Toc, empresa de la que es cofundador y diseñador. Mediante un portal web, la compañía permite vender, por ahora, 32 alimentos diferentes como tubérculos, frutas y legumbres producidos por 72 agricultores de Asoprocota, una asociación campesina creada hace siete años en el municipio de Cota (Cundinamarca).
En 2017 Toc Toc obtuvo el primer lugar en Colombia del programa Democratización de la Innovación en las Américas implementado por Trust for The Americas, entre otras organizaciones, con el apoyo del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. “Ya hemos atendido 100 pedidos, y para final de año estimamos alcanzar un promedio de 1.000 mensuales solicitados a través del portal”, explica Leonardo Herrera, director ejecutivo (CEO, por sus siglas en inglés) de la empresa y estudiante de la Maestría en Administración de la UN Sede Bogotá.
Gana-gana
Los investigadores Cárdenas y Herrera aseguran que la primera apuesta que diferencia su empresa de emprendimientos digitales como Comproagro –que también vende productos campesinos directamente a través de internet– es la promoción de la compra comunitaria para generar mayores ganancias en los agricultores, reducir precios de los productos y facilitar la logística del transporte.
Los investigadores llegaron a acuerdos con la Alcaldía de Cota para realizar talleres en sectores residenciales y mercados campesinos del municipio. En cada encuentro, un chef presenta los alimentos orgánicos ofrecidos en el portal y enseña a preparar recetas tradicionales a partir de ellos. Al final se hace pedagogía sobre los beneficios de comprar estos alimentos en grupo y de hacerlo a través de Toc Toc.
A manera de ejemplo, el agricultor cuenta que una de sus vecinas solía sembrar todo su lote de 1.000 metros cuadrados, perdía la mitad de su producción y obtenía ganancias de tan solo 200 mil pesos mensuales.
Para llegar al portal actual se pasó por tres versiones preliminares y se avanza hacia el lanzamiento de una nueva actualización. Los emprendedores se valen de algoritmos complejos para el funcionamiento de la plataforma, lo que les permite proteger datos de los clientes a la hora del pago electrónico y actualizar la información sobre precios y disponibilidad en tiempo real.
En el portal se indica el precio por unidad o peso de cada alimento, el valor que tendría al comprarlo en comunidad y el ahorro alcanzado. Según se informa en la plataforma, los precios de la calabaza en compra comunitaria son un 46 % menores frente al mercado convencional, mientras que los del apio son un 35 % inferiores, por citar algunos ejemplos. En promedio el ahorro de comprar en grupo a través de la herramienta oscila entre un 15 y un 25 % según el producto, comparado con la compra individual, asegura el CEO.
¿Y si nos unimos?
Eduardo Mestra y otros agricultores de Asoprocota trabajan por vincular nuevos socios y solicitar espacios para realizar mercados campesinos. El objetivo principal es vender alimentos orgánicos directamente a los consumidores. Entienden que unidos pueden ser más escuchados por el Gobierno y acceder mejor a beneficios de políticas públicas.
Mestra, representante legal de la Asociación, asegura que al cooperar ofrecen una mayor variedad de productos y coordinan qué tanto deben sembrar de cada cultivo para evitar pérdidas. A manera de ejemplo, el agricultor cuenta que una de sus vecinas solía sembrar todo su lote de 1.000 m2, perdía la mitad de su producción y obtenía ganancias de tan solo 200.000 pesos mensuales. Hoy en día ella gana cerca de 600.000 pesos cada mes, como socia de la organización.
En busca de más alternativas, Asoprocota decidió aliarse con Toc Toc. Según el investigador Cárdenas, desde su empresa apuestan por la asociatividad en el campo a través de la investigación y el incremento de la demanda. “Estamos por lanzar en la plataforma los alimentos de asociaciones de Madrid (Cundinamarca) y en el corto plazo queremos integrar a las del Valle del Cauca. Al aumentar la demanda para las asociaciones, las llevamos a conectar más campesinos y a ampliar su oferta”, sostiene.
Según el último Censo Nacional Agropecuario, realizado por el DANE, el 73,7 % de los campesinos no pertenece a ningún tipo de asociación y solo el 6,8 % forma parte de una organización de productores. “Muchos campesinos no quieren asociarse por miedo a ser robados o estafados”, lamenta Mestra.
Para abordar estas situaciones, Herrera trabaja en su tesis de maestría también con el grupo de investigación, para establecer los factores que generan los bajos índices de asociatividad en el campo colombiano. La primera fase consiste en una revisión bibliográfica alrededor de la teoría de la acción colectiva, que trata las motivaciones que llevan a los grupos de la sociedad a cooperar. “Uno de los problemas que se ha identificado es el individualismo. Los intereses propios no se están integrando a los comunes. Esto genera una enorme brecha que, si no cerramos, hará imposible la cooperación en la ruralidad colombiana”, explica.
“Uno de los problemas que se han identificado es el individualismo. Los intereses propios no se están integrando a los comunes. Esto genera una enorme brecha que, si no cerramos, hará imposible la cooperación en la ruralidad colombiana”.
Una vez identificados los factores, el investigador determinará cuáles están presentes en las asociaciones con las que se hayan forjado alianzas a través de Toc Toc. Para ello se realizará una serie de entrevistas y análisis cuyos resultados serán entregados a las organizaciones campesinas, de manera que ellas mismas aborden los problemas identificados en la investigación.
“Queremos ser la start up (gran empresa en etapa temprana cuyo negocio escala más rápido que una pyme gracias a las tecnologías digitales) que ‘la sacó del estadio’ en el sector de las tecnologías aplicadas a la agricultura”, asegura Herrera. En ese trayecto seguirán trabajando por congregar comunidades en torno al consumo y la producción de alimentos, acercándolas a circuitos comerciales que históricamente han estado fuera de su alcance.