La COVID 19 fue un “acelerador” de la digitalización ante una realidad que superaba cualquier pronóstico. La pandemia marcó un antes y un después en la transformación digital en Iberoamérica porque impulsó con más fuerza que nunca actividades como el teletrabajo, comercio electrónico, educación virtual, gobierno en línea, tele salud y cultura digital.
Junto a la generalización del teletrabajo, gran número de Pymes debutaron en Internet, mientras otras rediseñaron sus webs informativas para convertirlas en sitios web transaccionales. En seis meses se cumplieron las previsiones de transformación digital de las empresas para tres años.
Para Pymes, emprendedores y trabajadores, la digitalización hoy ya no es una opción, sino una obligación
Sin embargo, esta transformación no ha sido homogénea y aumentó las brechas por tamaño de empresas, por región, por sectores, por edades, por género y por nivel socioeconómico, reflejando la realidad dispar de Iberoamérica, advierten desde el Consejo de Empresarios Iberoamericanos (CEIB)
La pandemia también evidenció las consecuencias y el costo de la brecha digital. Muchas personas y empresas no pudieron aprovechar los beneficios de las tecnologías digitales y, por tanto, quedaron excluidas de las soluciones de aprendizaje por medios electrónicos y del teletrabajo.
Digitalizar la producción
Este acelerado “salto digital” vivido durante la pandemia estuvo más vinculado al uso de tecnologías maduras como la banda ancha, cuya penetración en las empresas de la región es de alrededor del 90% y en áreas como comercialización y relaciones con proveedores.
La asignatura pendiente está en la digitalización de las cadenas productivas y en el uso de tecnologías avanzadas, como el análisis de grandes datos, la inteligencia artificial, el aprendizaje automático o el Internet de las cosas, que ayudarían a elevar la productividad, que en América Latina apenas creció un incipiente 0,6% durante la última década.
La CEPAL identifica ocho tecnologías disruptivas con potencial impacto en producción y la productividad.
¿Qué se necesita para la transformación digital?
Para lograr el salto digital de la productividad es clave contar con infraestructuras de calidad, mejorar las competencias digitales de la población y que existan marcos jurídicos congruentes que estimulen la inversión y la innovación de forma sostenible. Para ello se requiere una visión estratégica a nivel de política pública, coordinación interinstitucional y que la digitalización se incluya como prioridad en los planes nacionales de desarrollo, explica el informe de Perspectivas Económicas para América Latina (LEO, por sus siglas en inglés) un trabajo conjunto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas, el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y la Comisión Europea.
Emprendimiento, educación, innovación y habilidad de colaboración a nivel del sector productivo y de los gobiernos son los pilares fundamentales de la transformación digital.
“Es fundamental garantizar el acceso a la tecnología digital para hacer frente a las brechas productivas. Para enfrentar estas desigualdades cobran sentido las políticas públicas de transformación digital de los tejidos productivos. Debemos impulsar un proceso de transformación digital sostenible, de forma duradera, ecológica y orgánica, explican desde el CEIB.
Digitalización y recuperación
“La transformación digital podría ayudar a las economías de América Latina a salir de la crisis, estimulando la innovación empresarial y nuevos modelos de consumo, transformando los sistemas de producción y las cadenas de valor, reorganizando los sectores económicos e introduciendo nuevas condiciones de competitividad”, explica el LEO 2020.
En este escenario, la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) está impulsando esta transformación digital de las Pymes, que representan el 99% del tejido productivo de la región, propiciando un diálogo regional para impulsar políticas públicas de transformación digital, a partir de experiencias de éxito en la región. En un trabajo conjunto con AGCID Chile, titulado “Políticas de transformación digital para pymes en el espacio iberoamericano” se elaboró una guía de buenas prácticas y se identificaron políticas públicas que han funcionado en ese salto digital.
Este salto digital en las Pymes requiere también de un profundo cambio de mentalidad y es también un desafío cultural. Así lo entendió la empresa española Vega Pelayo, una compañía familiar nacida en 1940, que se propuso en los noventa liderar la distribución de bollería industrial en el país y lo logró gracias a la tecnología. Su directora de operaciones, Gema Coria reflexiona sobre cómo acometer este cambio cultural en empresas familiares y tradicionales como la suya. Lo hace junto al responsable de Pymes de la SEGIB, Esteban Campero y la directora de la aceleradora de empresas Csfotmty, Ángeles Vela, en los podcasts Somos Iberoamérica.
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