La XXVII Cumbre Iberoamericana de Andorra, más que ninguna otra, se ha desarrollado en unas circunstancias excepcionales. A pesar de la pandemia, y a pesar de los tiempos complejos que vive la región la Cumbre se preparó con la celebración de 13 reuniones ministeriales virtuales e incontables reuniones de cooperación y diálogos con el empresariado, los bancos centrales, las universidades, la sociedad civil.
La Cumbre tuvo como resultado la Declaración y el Compromiso de Andorra con la Innovación para el Desarrollo Sostenible, que aborda temas de gran envergadura como la necesidad de una recuperación económica incluyente y sostenible, la importancia del papel innovador del Estado, la urgencia de encarar el reto climático y el impacto diferenciado de la crisis sobre las mujeres.
Además, los 22 países aprobaron por consenso 16 Comunicados Especiales enfocados a los principales retos que Iberoamérica tiene que afrontar ahora; retos de salud, financiamiento y medioambiente.
En el ámbito sanitario, la Cumbre hizo un fuerte llamamiento para cerrar las brechas de acceso a las vacunas, garantizar el derecho a la salud y mejorar la gobernanza global sanitaria. Esta fue el área que más se trabajó en el diálogo presidencial. En lo que respecta al financiamiento externo, los 22 países hicieron un llamado a las Instituciones Financieras Internacionales para que, entre otras cosas, se recapitalicen los bancos de desarrollo de la región, se produzca otra ronda de financiamiento de emergencia, se valoren las deudas de los países iberoamericanos con criterios contra-cíciclicos, pasando a un modelo de desarrollo en transición y se produzca una nueva emisión de derechos especiales de giro en el Fondo Monetario Internacional que pueda aliviar la situación de crisis que atraviesa la región.
Cabe destacar que esta Cumbre abordó decididamente el reto del cambio climático, ya que se logró refundar la Agenda Medioambiental Iberoamericana, gracias a lo acordado en la X Reunión Iberoamericana de ministros de Medio Ambiente, celebrada el año pasado por primera vez en más de una década.
Se aprobaron, además, cuatro nuevas iniciativas de cooperación iberoamericana
- Iniciativa de Prevención y Erradicación de la Violencia de Género, para paliar uno de los más tristes desenlaces de esta crisis: el aumento en un 25% de los casos de violencia de género en la región.
- Iniciativa de Ciudadanía Global, para promover el rol de la ciudadanía iberoamericana en la Agenda 2030.
- Iniciativa sobre Chagas Congénito, con el cual buscamos erradicar la transmisión materno-infantil de la enfermedad de Chagas.
- Iniciativa para crear el Instituto Iberoamericano de Lenguas Indígenas, gracias al compromiso del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas en ALC (FILAC) y los países que apoyan esta iniciativa.
Y, se aprobaron iniciativas innovadoras tales como la creación del Observatorio Epidemiológico Iberoamericano, para detectar y prevenir con mayor agilidad y eficiencia crisis virales de este tipo en el futuro. Además, 8 países firmaron un Convenio Marco para el Impulso y la Circulación del Talento, para remover los obstáculos migratorios, incluyendo el reconocimiento de títulos, a nuestra movilidad académica y empresarial en la región.
Es de enorme importancia que en esta Cumbre se hayan afirmado aún más los cimientos de Iberoamérica y se haya consolidado decisivamente el espacio iberoamericano como un ámbito de cooperación y de diálogo. Hoy Iberoamérica está más fuerte, más orientada hacia la Agenda 2030, más adaptada al mundo digital, más proyectada en la comunidad internacional y más útil, en definitiva, para sus sociedades y países.