En una América Latina con casi 60 millones de personas con hambre, en la que el 32% de la población (244 millones) vive a espaldas de la digitalización y donde los desastres naturales podrían empujar a más de 17 millones de personas a una migración forzada, la XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno buscó acercar la política pública a las necesidades y problemas de las personas.
Esta nueva edición del Portal Somos Iberoamérica analiza los principales resultados de la XXVIII Cumbre Iberoamericana, que además de consensos regionales en seguridad alimentaria, derechos digitales y medioambiente, sumó avances en transición energética, recuperación turística, lucha contra el terrorismo, para avanzar en el objetivo de “afianzar la Comunidad Iberoamericana” y aumentar su peso geopolítico en un mundo cada vez más convulso.
La estrategia y próximas acciones para cumplir los compromisos establecidos en la Declaración de Santo Domingo se detallan en el Programa de Acción de la XXVIII Cumbre Iberoamericana, que junto al Plan de Acción Cuatrienal de la Cooperación Iberoamericana 2023-2024, también fue aprobado por las Jefas y Jefes de Estado, orienta el trabajo de los próximos años a acelerar el cumplimiento de la Agenda 2030, en la cuenta atrás para su implementación.
El reto de la migración y la urgencia de “pacificar Haití” (en palabras de diversos mandatarios iberoamericanos) también fueron parte de los debates. Sobre Haití, se consensuó una movilización multilateral para solucionar la grave crisis del país limítrofe con República Dominicana, que ejerció la Secretaría Pro-Témpore de la Cumbre entre 2021 y 2023.
En lo que respecta a la migración, se reiteró el compromiso iberoamericana por una “migración segura, ordenada y regular”, que asegure el respeto a los derechos humanos de los migrantes. La Declaración de Santo Domingo consigna el compromiso de buscar conjuntamente “mecanismos que garanticen una adecuada gestión de los flujos migratorios, procesos de regularización migratoria ágiles y accesibles, la inserción socioeconómica de los migrantes, el apoyo a las comunidades de acogida y la lucha coordinada contra el crimen transnacional organizado”.
El desafío migratorio estuvo presente en los debates de la reciente Cumbre Iberoamericana, donde se acordó celebrar una reunión regional en el segundo semestre de 2023.
Para un abordaje técnico de estos temas, el Secretario General Iberoamericano, Andrés Allamand confirmó la celebración de una reunión regional sobre migraciones en el segundo semestre de 2023 en un momento clave, que según dijo, “permitirá ver tanto la situación regional como birregional”, en referencia a los flujos migratorios con la Unión Europea.
Una nueva alianza UE-América Latina
La XXVIII Cumbre Iberoamericana permitió “calentar motores” para un próximo relanzamiento de las relaciones euro latinoamericanas. La presencia como “invitado especial” del Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Seguridad, Josep Borrell dejó claro el interés europeo por una nueva alianza geoestratégica con América Latina, tras la invasión de Ucrania y la reconfiguración de una “Europa geopolítica”.
El segundo semestre de 2023 será un momento clave, con la presidencia española del Consejo Europeo y la celebración el próximo 17-18 de julio de la Cumbre UE-CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) después casi diez años de no realizarse. En opinión de Josep Borrell, la confluencia de la cita iberoamericana y euro-latinoamericana en menos de seis meses “envía una potente señal política al mundo de nuestra voluntad de más coordinación entre los espacios europeos e iberoamericanos que nos permitan reforzarnos mutuamente”.
¿Qué áreas dotarían de contenido pragmático a este nuevo capítulo de las relaciones entre Europa y América Latina? La entrevista del Jefe de la diplomacia europea en la Revista Pensamiento Iberoamericano ofrece algunas claves que apuntan al desbloqueo de tratados comerciales pendientes, la cooperación sanitaria, la cooperación al desarrollo, la transferencia tecnológica, la seguridad alimentaria y las inversiones energéticas, así como la cohesión social y la seguridad.
En dicha entrevista, el también Vicepresidente de la Comisión Europea defendió una “agenda pragmática y positiva que sitúe a las personas en el centro de la “triple transición”: un proceso que une la transición ecológica y la digital, pero también incorpora la dimensión social, que no puede ser pasada por alto, y la agenda democrática y de derechos humanos”.
En la Cumbre Iberoamericana, el Jefe de la diplomacia europea dejó clara la intención de relanzar las relaciones UE-América Latina en los próximos meses
En un momento de retroceso en la globalización económica y ante una configuración de un mundo de bloques, Borrell afirmó: “No queremos una nueva guerra fría, ni que rija la ley del más fuerte. Las dos regiones, Europa y América Latina son grandes aliados para afrontar juntos los desafíos del siglo XXI y defender el mundo en el que quieren vivir”.
Transiciones e inversiones
Esta defensa del “mundo en el que queremos vivir” pasa por abordar conjunta y simultáneamente la transición digital, ecológica y social en una región donde la pandemia profundizó las debilidades estructurales que históricamente habían lastrado el desarrollo. Se impone conjugar el crecimiento económico con el desafío ambiental y social.
El informe “Iberoamérica, espacio de oportunidades para el crecimiento, la colaboración y el desarrollo sostenible”, presentado por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) durante la XXVIII Cumbre Iberoamericana, identifica 15 sectores impulsores de un crecimiento con sostenibilidad ambiental, entre los que se destacan la transición energética, el hidrógeno verde y las energías renovables, la electromovilidad, la economía circular, la gestión sostenible del agua o el turismo sostenible.
Y para apuntalar esa recuperación, estrechar la colaboración público-privada es clave para materializar la apuesta iberoamericana por una “economía verde” y digital que propulse el crecimiento económico y el empleo. Según datos de la CEPAL, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y la Comisión Europea, la transición ecológica podría generar un aumento neto del empleo de 10,5% de aquí a 2030 mediante la transformación de la matriz energética y el desarrollo de nuevos sectores económicos.
Tanto la transición hacia economías “cero emisiones” como la transformación digital requerirán movilizar grandes cantidades de recursos en forma de inversiones privadas y públicas, así como la atracción de capital internacional a gran escala.
En este ámbito, durante el XIV Encuentro Empresarial Iberoamericano, organizado por la SEGIB y el Consejo de Empresarios Iberoamericanos y que precedió la reunión de Jefas y Jefes de Estado, las patronales de la región anunciaron un “Manifiesto por la Inversión” , con la disposición “mayores y mejores inversiones” con triple impacto positivo en lo económico, social y ambiental.
El sector privado iberoamericano suscribió públicamente su apuesta por “mayores y mejores inversiones”, apuntando a proyectos con triple impacto económico, social y ambiental
En esta misma cita empresarial, el Rey de España, Felipe VI avanzó que durante la próxima Cumbre UE-CELAC en julio de 2023, se presentará una cartera de proyectos de inversión con el respaldo de la Unión Europea y de instituciones financieras internacionales.
Cabe recordar que la iniciativa europea “Global Gateway” pretende movilizar 300.000 millones de euros hasta 2027 en inversiones vinculadas al clima y la transición energética, el sector digital, transporte e infraestructuras físicas, sector sanitario, entre otros. Una revitalización de las relaciones UE-ALC llegaría en un momento clave en la movilización de recursos europeos para la transición ecológica y digital.
Energía, alimentación y crisis climática
Ante una reconfiguración geopolítica mundial y el papel clave de la energía en la lucha contra el cambio climático, la XXVIII Cumbre Iberoamericana consensuó un Comunicado Especial sobre Transición Energética, para impulsar iniciativas de integración y cooperación energética, así como identificar nuevos proyectos de interconectividad. Con ello se busca fortalecer la seguridad energética en América Latina, que es ya el segundo destino de inversiones en proyectos de energías renovables.
La Cumbre Iberoamericana aprobó un Comunicado Especial sobre transición energética para impulsar una mayor seguridad energética y la transición hacia energías renovables.
También los problemas del medioambiente (emergencia climática) hacen cada vez más crucial una transformación de los sistemas agroalimentarios , según apunta el informe “Sistemas Alimentarios y Cambio Climático en Iberoamérica”, también presentado en la XXVIII Cumbre Iberoamericana. América Latina es responsable de apenas el 8% de las emisiones globales y estas emisiones provienen fundamentalmente de los sistemas alimentarios, del cambio de uso de suelo y de la deforestación.
Mayor peso internacional
Preservar “una comunidad que no se resquebraja ante las diferencias” y que aumente su peso internacional requiere, trabajar en torno a tres pilares fundamentales: la generación de derechos, la creación de oportunidades y la incorporación de nuevos actores, explica el Secretario General Iberoamericano, Andrés Allamand.
En esta ambición de ampliar los lazos internacionales, durante la Cumbre de Santo Domingo, la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP) se convirtió en observador consultivo de la Conferencia Iberoamericana con lo que se refuerza la apuesta por fortalecer la proyección internacional del español y portugués que hablan 850 millones de personas. Asimismo, se conoció el interés de la India de convertirse en observador asociado del espacio iberoamericano.
Al trabajo para que la voz de Iberoamérica se escuche con mayor fuerza en un mundo en transformación, se suma la capacidad de aglutinar a la sociedad civil, las empresas, la academia y las organizaciones internacionales en una gran “red de redes” que suma y comparte objetivos, así como una trayectoria de más de cuatro décadas de una pujante Cooperación Sur-Sur y Triangular que ha convertido a la región en referente para impulsar un nuevo paradigma de cooperación al desarrollo.