“La cultura abre la puerta a entender el mundo y transformarlo”, expresaba el Embajador Iberoamericano para la Cultura, Carlinhos Brown. “Si no fuera por la música, probablemente yo estaría muerto o en la cárcel”, confesaba un joven de un barrio desfavorecido de Panamá que encontró en la música un sentido para su vida junto al Programa Iberorquestas Juveniles. Desde Guatemala, Angelus Jaynes de la Orquesta La Virtual declaraba con la precoz sabiduría de sus escasos 16 años que “la música puede cambiar comunidades enteras y mejorar el mundo”.
Estas palabras resumen la vivencia de quienes comprendieron—porque lo experimentan en primera persona—que la cultura es un instrumento de desarrollo, inclusión y movilidad social. Más que un simple entretenimiento, la cultura conecta con la educación, la formación de ciudadanía, el aprecio por la diversidad, la innovación social y la paz, que son objetivos y metas de desarrollo sostenible que conforman la Agenda 2030.
Iberoamérica es una potencia cultural, no solo por la riqueza y diversidad de sus expresiones artísticas, ni porque aquí conviven diferentes culturas. Iberoamérica es también una potencia cultural porque desde las instituciones se ha impulsado y trabajado en torno al vínculo entre cultura y desarrollo sostenible, entendiéndolo como elemento transversal de un desarrollo verdaderamente inclusivo y duradero.
Iberoamérica es una potencia cultural por la diversidad y calidad artística, y la convivencia entre culturas, pero especialmente porque defiende e impulsa el vínculo entre cultura y desarrollo
La cultura en la Cumbre Iberoamericana
En un tiempo especialmente difícil para las industrias culturales y creativas, a causa de la pandemia COVID-19, la XXVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno aprobó la Estrategia Iberoamericana de Cultura y Desarrollo Sostenible y el Fondo Iberoamericano de Garantías Recíprocas para las Industrias Culturales y Creativas.
Esta estrategia fue desarrollada por la Secretaría General Iberoamericana en coordinación con la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) y enriquecida con el aporte de expertos, trabajadores de la cultura, entidades de cooperación cultural, ministerios de cultura y diversos actores culturales de toda Iberoamérica, reunidos durante el VII Congreso Iberoamericano de Cultura.
La Estrategia Iberoamericana de Cultura y Desarrollo Sostenible, convierte a Iberoamérica en la única región del mundo en contar con una hoja de ruta que reconoce el aporte de la cultura en el cumplimiento de los ODS.
Esta estrategia permitirá alinear las políticas públicas culturales al cumplimiento de los ODS, en áreas tan decisivas como ciudanía cultural, institucionalidad cultural, dimensión económica y medioambiental de la cultura, entre otras.
El segundo resultado en el área de cultura de la reciente Cumbre Iberoamericana es la aprobación del Fondo Iberoamericano de Garantías Recíprocas, que ayudará a PYMES y emprendedores culturales a ser sujetos de crédito y tener liquidez para desarrollar sus proyectos, generar empleo en el sector y contribuir así a la recuperación económica también desde la cultura. Además, permitirá acometer desafíos de más largo plazo como la mejora de la competitividad y la digitalización.
Momento decisivo para la cultura en Iberoamérica
Tanto la Estrategia Iberoamericana de Cultura como el Fondo de Garantías Recíprocas llegan en un momento en que la pandemia provocó pérdidas de hasta un 80% en más de la mitad de las industrias culturales y creativas de América Latina y cuando 6 de cada 10 trabajadores independientes del sector redujeron sus ingresos hasta en un 80%.
La creación de valor económico de la industria cultural se contrajo un 13,75%, según la Evaluación del Impacto del COVID-19 en las Industrias Culturales y Creativas, un estudio regional en 11 países de América Latina, realizado conjuntamente entre la Secretaría General Iberoamericana, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mercosur Cultural, la UNESCO y la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI)
Este estudio, que es el resultado de una colaboración interinstitucional contabilizó por primera vez el impacto económico y social de la pandemia sobre la cultura, a la vez que dejó al descubierto debilidades estructurales del sector como la precariedad laboral, la alta informalidad, la brecha digital. “Sus conclusiones nos ayudarán a adaptar las políticas culturales y las acciones de los gobiernos a la realidad del sector, a partir de indicadores y herramientas de medición, explica Enrique Vargas, coordinador del Espacio Cultural Iberoamericano de la SEGIB.
La pandemia provocó una contracción de un 13,75% en el valor económico de las industrias culturales y creativas. Más de la mitad de las empresas culturales y trabajadores del sector perdieron hasta un 80% de sus ingresos.
“Iberoamérica tiene un bagaje de 30 años de cooperación en cultura, así como experiencia y recursos para apoyar las acciones descritas en la estrategia de cultura y desarrollo, ensanchar la colaboración con Europa y llegar con los ‘deberes hechos’ a la Conferencia Mundial sobre Cultura MONDIACULT, a celebrarse en 2022 en México, señala Vargas.
Pandemia y cooperación cultural
¿Cómo se ha reorientado la cooperación cultural en Iberoamérica a la pandemia? En los peores momentos de la crisis, con teatros, museos, cines y bibliotecas cerradas y con la imposibilidad de realizar acciones presenciales, los programas iberoamericanos de cooperación cultural supieron estar a la altura, innovaron y acometieron una rápida digitalización de sus actividades.
Estuvieron cerca de las comunidades, de los artistas, de los artesanos duramente afectados por las consecuencias del confinamiento y la crisis socioeconómica que siguió.
Los programas culturales fueron protagonistas en tiempos de pandemia. No se quedaron lamentándose por la situación, sino que fueron “fieles al momento y a sus beneficiarios”.
Y así vemos cómo las ayudas del Fondo de Iberartesanías permitieron en determinado momento llevar alimento a las comunidades y que los artesanos y artesanas pudieran adquirir materias primas para continuar con sus actividades y/o acometer una digitalización rápida que les permitiera vender sus productos por Internet.
En esta misma línea, Ibercultura Viva acompañó a las comunidades con asistencia alimentaria y “ollas populares” y canalizó ayudas públicas a través de sus redes comunitarias. Por su parte, Ibermuseos e Iberbibliotecas apoyaron la implementación de protocolos de cierre y apertura de infraestructuras culturales, mientras que Iberescena destinó casi un millón de euros de su fondo de ayudas a proyectos de artes escénicas para la reconversión a nuevos formatos y modalidades.
Durante estos difíciles meses de pandemia se ha visto claramente que la cultura es la columna vertebral de Iberoamérica, porque ha significado un elemento de unión entre países, comunidades y poblaciones. Iberoamérica tiene todas las condiciones para que la cultura sea verdadero motor de desarrollo y protagonice una recuperación que llegue a todos y todas.