Mientras nos aficionábamos al cine en casa, al teatro en línea y a los conciertos por videoconferencia, se cerraban las salas de cine, los teatros y las bibliotecas, se cancelaban los festivales y eventos culturales, los artesanos/as, en su gran mayoría informales, dejaron de vender sus productos, los emprendimientos culturales echaban el cierre y los trabajadores de la cultura veían desaparecer su medio de vida.
Se estima que más de 2,6 millones de puestos de trabajo se vieron afectados por las medidas de restricción de la movilidad y distanciamiento social en el sector de las industrias culturales y creativas, que en Iberoamérica representan entre el 2% y el 4% del PIB.
Más de la mitad de las empresas del sector registraron pérdidas de hasta un 80%, el 64% de los trabajadores independientes o “freelancers” perdieron hasta un 80% de sus ingresos y la creación de valor económico de las industrias creativas y culturales cayó un 13,75% en el segundo trimestre de 2020, comparado con el mismo período del año anterior.
Un estudio sin precedentes
Números rojos que hoy se visibilizan y se contabilizan gracias a un esfuerzo conjunto del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mercosur Cultural, la UNESCO, la Organización de los Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) y la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), que unieron fuerzas para realizar la “Evaluación del Impacto del COVID-19 en las industrias culturales y creativas”, a partir de una encuesta realizada a trabajadores y empresarios culturales en 11 países de la región, generando indicadores de medición homologables por país y a través de un estudio del impacto macroeconómico de la caída del sector cultural en América Latina.
La creación de valor económico de las industrias culturales y creativas cayó un 13,75% en el segundo trimestre de 2020, en comparación con igual período del año anterior, según el estudio conjunto del BID, Mercosur Cultural, UNESCO, OEI y la Secretaría General Iberoamericana
Durante el segundo trimestre de 2020, prácticamente todas las actividades creativas y culturales tuvieron resultados negativos. Para junio del año pasado, al menos el 83% de los espacios culturales habían sufrido cancelaciones de actividades, afectando a 2.564 salas de cine, 6.908 teatros, 7.516 museos, 21.928 bibliotecas y 11.304 centros culturales de los países iberoamericanos, muestra el estudio.
Las actividades culturales y de entretenimiento, las artesanías y las actividades artísticas fueron las tres áreas que más impacto sufrieron, tanto desde el punto de vista de la reducción de la actividad como en lo que se refiere a la caída de los ingresos de los trabajadores de estos subsectores, explica una nota de la OEI.
Importancia del estudio
A diferencia de otros sectores económicos, la cultura no contaba con instrumentos de evaluación regionales que midieran su contribución económica y social. Poco se conocía acerca de las características del empleo y el impacto de una situación inédita como la que produjo la pandemia COVID19.
Como sucedió en otros sectores económicos, la pandemia y la crisis económica puso en evidencia problemas estructurales que previamente tenía el sector cultural como el alto grado de informalidad y precariedad laboral, la limitación de ingresos de los trabajadores culturales y de industrias creativas y las desigualdades generadas por la brecha digital entre las diferentes actividades culturales y creativas.
Llama la atención que el 64% de los trabajadores que respondieron a la encuesta regional eran trabajadores por cuenta propia o autónomos, de los cuales el 67% eran informales. El 62% de los que contestaron generaban menos de 250 dólares al mes antes de la pandemia, recordando que en los peores meses del confinamiento llegaron a reducir hasta un 80% sus ya precarios ingresos.
“Es fundamental contar con datos detallados que permitan mostrar los efectos diferenciados de la pandemia para generar políticas públicas en aquellos sectores que más impacto positivo pueden generar, valora la secretaria general iberoamericana Rebeca Grynspan al analizar la importancia de este esfuerzo regional sin precedentes.
Análisis de la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan sobre el impacto de la pandemia en las industrias culturales y creativas:
https://www.facebook.com/watch/?v=1465983736941155
El estudio es un paso para guiar las acciones de los gobiernos para la recuperación de los sectores culturales y creativos en general
Es clave fortalecer los sistemas de información cultural y el intercambio de datos entre los países para conocer, no solo su impacto económico, sino generar políticas públicas que impacten en toda la cadena de valor de las industrias culturales, ayuden a mejorar las condiciones laborales de los trabajadores culturales y apoyen la adaptación digital de las industrias culturales, coinciden los expertos.
Lucrecia Cardoso, secretaria de Desarrollo Cultural del Ministerio de Cultura de Argentina, país que detenta la presidencia pro tempore de MERCOSUR, destaca la importancia de una convergencia tributaria que permita la reinvención y el acceso a herramientas y conocimiento para producir y circular en el sector digital.
El 2020 fue uno de los peores años para la cultura en términos económicos, pero fue también el año en que nos mostró la cara de la solidaridad, la empatía y el consuelo. Por eso, el 2021 fue declarado por la UNESCO “Año Internacional de la Economía Creativa para el Desarrollo Sostenible”, para reconocer la importancia de las industrias culturales y creativas en la propia supervivencia, el desarrollo socioeconómico y la paz, tal y como nos demostró durante el peor momento de la pandemia.
Así fue la presentación del Estudio del Impacto de la COVID 19 en las Industrias Culturales y Creativas.