Iberoamérica como ejemplo

Iberoamérica como ejemplo

Desde siempre, Iberoamérica ha sido una de las regiones del mundo más comprometidas con el multilateralismo. Hoy, ese compromiso debe hacerse notar.

Propuestas como las de México y Costa Rica ante las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Saludde crear repositorios globales de conocimientos médicos sobre el coronavirus (COVID-19) y facilitar el acceso y el comercio de materiales sanitarios podrían beneficiarse del apoyo unánime de la región.

De momento hay mucha diversidad en la respuesta de nuestros países a la crisis. Esto, a primera luz, es malo porque muestra descoordinación, pero puede ser bueno si utilizamos esa diversidad para aprender los unos de los otros.

La crisis del COVID-19 ha puesto de manifiesto, una vez más, la importancia de los bienes comunes, de esos territorios cruciales para la sociedad que no pueden ser abarcados por el individualismo ni pueden dejarse únicamente al mercado.

Y la salud es un ejemplo claro.

Desde lo grande hasta lo pequeño, desde la lucha global por una vacuna hasta el uso precavido de las áreas comunes de nuestros edificios, desde la necesidad de socializar la crisis a través de esquemas de salud pública y seguridad social hasta la importancia de ser espontáneamente solidarios con nuestros vecinos, familiares y colegas necesitados.

Todas las voces coinciden en que la solución a la crisis sanitaria, económica y social que ha provocado la pandemia será global o no será

La solución es global

Desde el punto de vista de la cooperación y del multilateralismo, todas las voces coinciden en que la solución a la crisis sanitaria, económica y social que ha provocado la pandemia será global o no será. Será social o no será. Será multilateral o no será.

Se requerirá más cooperación en ámbitos públicos y sociales, pero también en nuevas áreas como el Cuarto Sector, compuesto por empresas rentables y responsables en términos sociales y medioambientales. Tendremos que apoyar el emprendimiento social y las inversiones sostenibles, la movilidad académica y las políticas que entiendan los nuevos retos del empleo.

Aquí, la experiencia iberoamericana puede ser útil, porque esta región ha tenido que fomentar bienes comunes sobre un territorio amplio y una población diversa.

Lo hemos hecho fomentando la Cooperación Sur-Sur y Triangular, apostando por el multilateralismo y colaborando en lo concreto; por ejemplo, creando el Convenio Multilateral Iberoamericano de Seguridad Social que hace posible la portabilidad de derechos sociales entre países, como es el caso de las pensiones cotizadas.

En nuestra campaña “Diferentemente Iguales”, quisimos explicar la paradoja de que, a pesar de nuestras diferencias, hay un mínimo central que nos une: unos valores democráticos, una cultura popular, unos sueños e ideales de vida que no suman a cero. La unión juntando a los contrarios. Y el bien común encontrando los consensos.

Es precisamente en momentos en los que vivimos que debemos rescatar aquello que nos une.

Porque sólo la cooperación y el multilateralismo pueden dar una respuesta abarcadora, coherente y concreta a los enromes retos que plantea la pandemia del coronavirus en la salud, la sociedad y la economía.

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