Hacia la cooperación cúbica

Una contribución a la generación de conocimiento en el espacio de la Cooperación Internacional

Hacia la cooperación cúbica

El escenario actual de la cooperación internacional al desarrollo exige a los diferentes actores, generar nuevos mecanismos y alianzas de cooperación al efecto de ser más eficientes en la canalización de los recursos, humanos y económicos, tanto de los presupuestos nacionales, como de la cooperación internacional al desarrollo. Si bien sigue rigiendo, para medir el desarrollo de los países, el criterio del ingreso per cápita, cierto es que se están generando espacios de intercambio y dialogo para buscar fórmulas más democráticas y equitativas entre todos los actores intervinientes; con un abordaje multidimensional del desarrollo.

 

En tal sentido, pensar la cooperación al desarrollo por fuera de los esquemas actuales implica ser creativos e innovadores en la generación de conocimiento y plantear posibles hipótesis de trabajo futuro. El esquema que se presenta aquí, denominado “cooperación cúbica”, busca contribuir a la generación de conocimiento en el espacio de la Cooperación Internacional en general, y al acervo de conocimiento y debate en la región Iberoamericana en particular.

“cooperación cúbica”, busca contribuir a la generación de conocimiento en el espacio de la Cooperación Internacional

Así como el escenario actual de los países “graduados” de la Asistencia Oficial al Desarrollo (AOD) como países en “transición” al desarrollo según el criterio del ingreso; el Sistema de Cooperación Internacional al Desarrollo está en transición hacia nuevas modalidades, nuevos instrumentos, nuevas alianzas y nuevos mecanismos de acercamiento y potenciación de la cooperación.

En tal sentido, el trabajo que sigue señala que la cooperación internacional se está orientando hacia un esquema de cooperación cúbica, donde además de implicar el encadenamiento múltiple de actores intervinientes en una iniciativa, acción, proyecto o programa, se orienta a una profundización de los acuerdos alcanzados; a una generación y visibilización (Iceberg) poco desarrolladas de acuerdos entre países y diferentes actores, como la sociedad civil, la cooperación descentralizada; los organismos internacionales y el sector privado.

El esquema “cooperación cúbica” muestra cómo a través de diferentes etapas/fases, y con una mirada prospectiva, se está transitando hacia un espacio de cooperación cúbico; donde la noción de cubo refiere, no solo a la cantidad de países y actores que participan en la iniciativa de cooperación; sino que además dicho relacionamiento puede darse bajo una noción Cooperación Sur – Sur (CSS); Cooperación Horizontal Sur – Sur (CHSS); Vertical Norte – Sur, Horizontal Sur – Sur multipaís y triangular, Norte – Norte3 Sur – Sur; y Sur – Sur – Sur (trilateral); donde se producen una multiplicidad de acuerdos sobre acciones puntuales pero también se crean nuevas asociaciones y se profundizan esquemas previos de relacionamiento, llevándose al estatus de “relaciones estratégicas”, más allá de la CSS y la Cooperación Triangular.

Según se mueva el cubo, al estilo “cubo de Rubik”; se podrían establecer una infinidad de combinaciones; a decir del cubo de Rubik “el rompecabezas es a menudo promocionado teniendo solo «millardos» de posiciones”.

Por lo anterior, el concepto de “cooperación cúbica” también puede ser denominado “Iceberg”, pues solo se estaría “viendo”, en la actualidad, la cooperación presente – acordada entre dos o más actores (CSS; CHSS; CT, etc), pero que, producto del intercambio, de la generación de nuevos acuerdos; definición de iniciativas, proyectos, programas, etc. de cooperación internacional, llevaría, como el caso del cubo Rubik, a un sinfín de oportunidades y posibilidades de acuerdos de cooperación internacional.

A continuación se muestran las diferentes etapas/fases previas en la generación de la “cooperación cúbica – Iceberg”. La fase IV “Cooperación cúbica” es la que claramente muestra un avance en los acuerdos, iniciativas, proyectos y programas de cooperación.

 

La fase I refiere a la cooperación bilateral entre el país 1 y el país 2. Si nos movemos en el paradigma de la Cooperación Sur – Sur Triangular (horizontal; de construcción conjunta,) e incorporamos un tercer país (país 3); la fase II muestra ese esquema con una doble interpretación, esto es: bien podría ser un esquema triangular donde hay un país socio “desarrollado del Norte” o bien, ser tres países del Sur, lo que la academia ha llamado Sur – Sur – Sur (trilateral).

 

La fase III incorpora un nuevo país/actor que, producto de la relación entre 1,2, y 3, o de 4 con 3, 4 con 2 y 4 con 1; generan un nuevo espacio de cooperación, asimismo, el país/actor 4 puede tener un acervo con cualquiera de los otros países; la relación existir de forma previa a este esquema o incluso, generarse luego de la fase III y futuras. En función de lo anterior, en esta fase se hace visible el concepto de Iceberg pues, podría ocurrir que se esté en conocimiento de acuerdos previos o no, o podría comenzar a tejerse una red de acuerdos a partir del primero.

la noción de cubo refiere, no solo a la cantidad de países y actores que participan

La fase IV ya indica la multiplicidad de actores intervinientes y la generación de nuevos acuerdos de cooperación, generándose un espacio de intercambio y fluidez de información entre sus actores. De esta forma, la fase V y siguientes muestran la generación de un entramado que de multiplicarse, implicaría una profundidad de acuerdos de cooperación; de proyectos, iniciativas y programas de cooperación entre actores que, de no haber transitado en las fases anteriores, difícilmente alcanzarían dicho caudal de cooperación.

 

Si bien la interpretación del cubo de Rubik se realizará en posteriores investigaciones, lo concreto a reseñar es que, muchas veces, resulta complejo cuantificar y visibilizar aquella cooperación que se producen en espacios más reducidos, y que se graficarían con las múltiples caras de una misma cara del cubo y sus combinaciones. Por lo anterior, el escenario invita a ser creativos, identificar y materializar nuevas acciones, proyectos y programas de cooperación internacional; la región iberoamericana, por su historia y acervo, resulta ser un espacio piloto propicio para ello.