Principales ámbitos y sectores de la cooperación triangular en Iberoamérica

Fortalecimiento institucional, medioambiente, derechos humanos y temas relacionados con políticas sociales protagonizan la cooperación triangular en Iberoamérica, cuya acción se ha diversificado a un mayor número de áreas a lo largo de los últimos años.

Principales ámbitos y sectores de la cooperación triangular en Iberoamérica

Una de las mayores contribuciones de la cooperación Sur-Sur y Triangular en Iberoamérica es el fortalecimiento de capacidades y el intercambio de conocimientos en diversas áreas y sectores de acción. Esto es importante porque permite a los países prepararse con recursos humanos y materiales para enfrentar futuras crisis o mejorar sus perspectivas de desarrollo en línea con la Agenda 2030.

Los últimos datos disponibles reflejan una orientación de la cooperación triangular (CTr) hacia el área social con un 23,4% del total de 107 proyectos y acciones realizadas en 2020. Le sigue el área de fortalecimiento de las capacidades institucionales dentro de los países, al que se dedicaron más de una quinta parte de todas las iniciativas durante el año de la pandemia.

En 2020 destacaron iniciativas de cooperación triangular vinculadas al ámbito social para enfrentar la crisis COVID. Medioambiente y fortalecimiento institucional lideran la evolución de proyectos a lo largo de los últimos años.

Sin embargo, el 2020 fue un año atípico marcado por la COVID-19, algo que podría explicar el crecimiento de las iniciativas en el ámbito social destinadas a enfrentar la crisis socioeconómica.  Estos datos muestran un cambio de tendencia, ya que este ámbito había perdido 15 puntos de participación entre los años 2010-2019, según indica el último Informe de la Cooperación Sur-Sur y Triangular en Iberoamérica.

Habrá que analizar si persiste este nuevo foco hacia lo social observado en 2020 o se trata de una reconfiguración de prioridades detonada por los efectos socioeconómicos de la pandemia.

Dinamismo de la cooperación medioambiental

Otro aspecto clave es la creciente importancia de la cooperación triangular en medioambiente, un ámbito que tanto en 2019 como en 2020 protagonizó una de cada cinco iniciativas de CTr y ha mantenido un crecimiento importante a lo largo de la última década, tal y como se puede observar en la serie histórica de los cinco principales sectores de esta modalidad de cooperación, en términos del número de proyectos.

 

En lo que respecta a medioambiente, “Iberoamérica está apostando por una cooperación que mejora las capacidades en la lucha contra el cambio climático, la protección de la biodiversidad, la reducción de la degradación ambiental y la contaminación, en este último caso, a través de proyectos que fortalecen la gestión integral de distintos tipos de residuos”, explica el Informe de la Cooperación Sur-Sur y Triangular en Iberoamérica 2020.

En su vocación de impulsar los sectores productivos, la cooperación triangular de nuestra región también apoya, entre otras cosas, la agricultura familiar con proyectos que mejoran el acceso a la financiación de los pequeños campesinos, así como la gestión de los distintos componentes de la cadena de valor de productos tradicionales como el aguacate, el algodón, el ajonjolí o el cacao, continúa el informe.

Otro sector que muestra una progresión positiva en los últimos años es el fortalecimiento de políticas públicas y desarrollo legal, judicial y de derechos humanos. Asimismo, destacan proyectos y acciones para mejorar el ordenamiento territorial, la modernización de procesos administrativos en la gestión pública, así como la generación de datos estadísticos y la institucionalidad del propio sistema de cooperación internacional.

En lo relativo a la protección de los derechos humanos son relevantes los proyectos orientados a la protección de población migrante, especialmente menores no acompañados, así como los proyectos para promover la equidad racial, con foco en los derechos de las personas afrodescendientes.

Cambio de prioridades

A lo largo de la última década, se observa una diversificación sectorial de la cooperación triangular, que se explica tanto por la necesidad de los países de fortalecer sus capacidades en un espectro más diverso de sectores, como por el propio cambio de prioridades nacionales en función de la realidad de los países.

Por ejemplo, sectores como medioambiente, fortalecimiento de instituciones y políticas públicas, así como desarrollo legal, judicial y de derechos humanos aumentaron entre 3 y 6 puntos porcentuales su participación en el total de proyectos ejecutados en la región durante el período 2010-2019.

La experiencia acumulada de la cooperación iberoamericana en salud y gestión de desastres ha sido decisiva para enfrentar la crisis COVID, tanto en la respuesta inmediata a la emergencia como en la recuperación y prevención de futuras pandemias.

Iberoamérica ha buscado, además, fortalecer sus capacidades en sectores económicos claves como la energía, cuya participación en el total de proyectos ejecutados aumenta cinco puntos durante la última década.

En definitiva, los datos muestran cómo la trayectoria de Iberoamérica y la diversificación sectorial de la cooperación triangular han permitido a nuestros países contar con una experiencia acumulada y una dinámica de intercambio de capacidades en áreas tan importantes como gestión de desastres y salud. Esta experiencia y “saber hacer” han probado ser decisivos no solo en la respuesta inmediata a la crisis COVID 19, sino en el fortalecimiento de capacidades para afrontar la recuperación socioeconómica y la prevención de futuras pandemias.