En un momento de grandes desafíos e incertidumbres, parece claro que Iberoamérica y el mundo necesitan más multilateralismo y más cooperación. Pero además, para responder a los grandes desafíos globales y a las necesidades de las personas, hace falta un mejor multilateralismo y una mejor cooperación internacional.
Necesitamos un multilateralismo fortalecido y una cooperación al desarrollo que apoye el camino hacia un nuevo y mejor tiempo. Así lo apunta el secretario general iberoamericano, Andrés Allamand que invita a “resignificar el multilateralismo con una cooperación de impacto real”.
La cooperación iberoamericana ejemplifica ese multilateralismo útil que proviene de un diálogo ininterrumpido al más alto nivel político durante más de tres décadas. Bien podría decirse que la cooperación iberoamericana responde a esa pregunta que muchas veces se hace la ciudadanía: “¿para qué sirven las Cumbres?” “¿Para qué sirve el multilateralismo?”
Coincidiendo con la VI Semana de la Cooperación Iberoamericana, cuyo lema es “Afianzar la Comunidad Iberoamericana, esta nueva edición del portal Somos Iberoamérica responde a estas preguntas con ejemplos, logros y datos que ponen en valor la cooperación que hacemos juntos y que a lo largo de más de 30 años ha supuesto lazo de unión entre nuestros países. Explicamos también cómo la cooperación iberoamericana construye diálogo, trabajo conjunto, genera conocimiento y transforma vidas.
La cooperación iberoamericana es un ejemplo de un multilateralismo útil producto de un diálogo al más alto nivel político que ha perdurado más de tres décadas.
Este nuevo número coincide también con la incorporación de la nueva secretaria para la Cooperación Iberoamericana, la diplomática mexicana Lorena Larios Rodríguez, quien explica el valor de esta colaboración regional para construir sociedades justas e incluyentes. En su artículo que compartimos en esta edición, también apunta el gran objetivo que marcará sus prioridades: “incrementar el alcance de la cooperación iberoamericana y beneficiar a un mayor número de personas para no dejar a nadie atrás”.
No dejar a nadie atrás significa trabajar por la igualdad de género, luchar contra la pobreza, impulsar una educación inclusiva, avanzar en los derechos de los pueblos indígenas, afrodescendientes y personas con discapacidad, romper la brecha digital, impulsar un modelo de desarrollo más sostenible, entre otros desafíos. Son precisamente los ejes de acción de la cooperación iberoamericana, que hoy está completamente alineada con la Agenda 2030.
Ese compromiso de “trabajar en clave ODS” se profundizará en la próxima Cumbre Iberoamericana, a realizarse en marzo del próximo año en República Dominicana, en la cual se aprobará un nuevo Plan de Acción para el período 2023-2026, el cual abrirá nuevos espacios para acelerar la acción de nuestra cooperación y apoyar el cumplimiento de la Agenda 2030 en Iberoamérica.
Logros en clave ODS
La alineación de la cooperación iberoamericana con los ODS ha generado avances importantes para la región en áreas clave como igualdad de género (ODS5), donde, en alianza con ONU Mujeres se impulsan reformas legales para el empoderamiento económico de las mujeres, se trabaja en una iniciativa regional con la participación de 10 países para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres y se impulsa el liderazgo femenino en áreas tan importantes como la paz y la prevención de conflictos.
Tanto la iniciativa para prevenir la violencia de género como el Programa Iberoamericano por los Derechos de las Personas con discapacidad, en el que participan 12 países iberoamericanos son iniciativas de cooperación Sur-Sur pioneras en sus respectivas áreas.
La cooperación iberoamericana se ha ampliado a nuevas áreas para apoyar el cumplimiento de la Agenda 2030. Igualdad de género, innovación, medioambiente, fortalecimiento de Pymes y empresas de triple impacto son algunas áreas clave.
Asimismo, la innovación en todas sus formas (innovación ciudadana, innovación pública e innovación empresarial) es otra de las áreas donde la cooperación iberoamericana ha profundizado su acción, entendiéndola como algo transversal a toda la Agenda 2030 porque implica a la ciudadanía, a las empresas y toda la sociedad.
Los ocho Laboratorios de Innovación Ciudadana (LABIC), realizados desde 2014 a la fecha han producido 83 soluciones a desafíos comunitarios y ciudadanos en medioambiente, discapacidad, sostenibilidad alimentaria, entre otros, además de generar una novedosa metodología para replicar el éxito de los LABIC en diferentes contextos y avanzar hacia instituciones más cercanas, abiertas y ágiles.
A lo largo de los últimos años, Iberoamérica también ha impulsado la transformación digital de las Pymes (ODS 9) y nuevos marcos regulatorios para la creación y desarrollo de las llamadas “empresas de beneficio colectivo” que apuestan por la sostenibilidad medioambiental y el impacto social.
Asimismo, durante más de una década, la SEGIB contabiliza y sistematiza anualmente la Cooperación Sur-Sur y Triangular que realizan los países iberoamericanos entre sí y con terceras regiones, a través un informe y una plataforma de datos que son referentes a nivel internacional y que también dan cuenta de la contribución específica de esta modalidad de cooperación al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En lo que se refiere a transparencia, nuestra región cuenta con una plataforma en línea de seguimiento de la cooperación iberoamericana con datos sobre la planificación, seguimiento y resultados concretos de cada uno de los 30 programas, iniciativas y proyectos que se gestionan desde el Espacio Iberoamericano.
Cooperar es sumar
Iberoamérica ha construido un ecosistema de cooperación que va más allá de lo meramente gubernamental y opera a nivel regional, estatal y local, sumando diferentes aportes, desde las personas y sus necesidades y desde los países y sus prioridades.
La cooperación iberoamericana trabaja con organismos internacionales, agencias de Naciones Unidas, bancos de desarrollo, sector privado, organizaciones de la sociedad civil, comunidad científica, universidades y centros de pensamiento, entre otros, para profundizar las redes de colaboración que se han construido de abajo hacia arriba.
El sistema de cooperación iberoamericana trabaja como una red de redes, sumando diferentes voces y aportes, desde las personas y sus necesidades y desde los países y sus prioridades
Este enfoque de alianzas, que sintoniza con el ODS 17 de la Agenda 2030, también convierte al Espacio Iberoamericano en una “red de redes”. De esta forma, desde la Cooperación Iberoamericana se ha construido un diálogo productivo con actores internacionales que se traduce en alianzas con la Unión Europea, por ejemplo para delinear “Una cooperación Triangular Innovadora para una nueva Agenda de Desarrollo” o con la OCDE y el Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) para analizarel papel de la cooperación internacional post COVID y las alianzas para la recuperación.
Como bien dice en su artículo la secretaria de Estado de Cooperación Internacional de España, Pilar Cancela “la cooperación iberoamericana ha adquirido un perfil propio en el sistema internacional y anticipó debates y modelos globales de cooperación al desarrollo”.
Ese sistema de cooperación horizontal, flexible, incluyente que a la vez es la seña de identidad nuestra región podría inspirar reformas en la arquitectura de cooperación internacional y ofrecer una cara más visible a ese “multilateralismo útil” que ayude a avanzar hacia un mundo y una región más igualitaria, resiliente y sostenible. A partir de los logros de la cooperación iberoamericana en estas tres décadas, se abren nuevos desafíos para un futuro que dependerá de lo que construyamos hoy.