Si hay un hábitat donde más se puede avanzar en la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, ese hábitat es la ciudad.
En los centros urbanos están en juego la mayoría de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): Fin de la pobreza (ODS 1); Hambre cero (ODS 2); Salud y bienestar (ODS 3); Educación de calidad (ODS 4); Igualdad de Género (ODS 5); Agua limpia y saneamiento (ODS 6); Energía asequible y no contaminante (ODS 7); Trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8); Industria, innovación e infraestructura (ODS 9); Reducción de las desigualdades (ODS 10); Ciudades y comunidades sostenibles (ODS 11), y Producción y consumo responsables (ODS 12).
La magnitud de este desafío queda aún más clara si se tiene en cuenta que, según ONU Habitat, Iberoamérica tiene más de 70 ciudades con más de un millón de habitantes.
La concentración poblacional es particularmente acentuada en América Latina, donde el 80% de la población vive en centros urbanos, lo que supone la mayor densidad del mundo en desarrollo, de acuerdo con datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Por su parte, Naciones Unidas advierte que la población de las ciudades seguirá creciendo exponencialmente en los próximos años en todo el planeta, por lo que se espera que se duplique hacia 2050.
Cooperación Iberoamericana se ha vuelto fundamental
Esto plantea una gran presión sobre los recursos, la infraestructura y los habitantes de las ciudades iberoamericanas, presión que se ha intensificado por la pandemia del COVID-19.
A la hora de hacer frente a semejantes desafíos, la Cooperación Iberoamericana se ha vuelto fundamental, como lo demuestran los ejemplos que presentamos en este especial de Somos Iberoamérica.
A través de sus programas y redes, del intercambio de experiencias, de la innovación y de la creación de alianzas multiactor y multinivel, la colaboración entre los 22 países iberoamericanos puede contribuir significativamente a que las ciudades de la región lideren el avance hacia un desarrollo sostenible.
En esta edición hablamos de medidas de reactivación en núcleos urbanos en medio de la crisis del coronavirus; de buenas prácticas de gobierno; de innovación y participación ciudadana; de soluciones para el problema de la vivienda; de manejo de residuos y gestión del agua; de agendas locales de género y la nueva agenda urbana.
Para mantenerse en el tiempo, estas acciones requieren de nuevos modelos de gestión de los centros urbanos, en los que la ciudadanía tenga un rol importante a la hora de instalar los problemas en la agenda pública y pueda involucrarse en su solución.
Sólo así, comprometiendo a todos con la hoja de ruta de la Agenda 2030, podrá hacerse frente a los grandes retos de este milenio.
