Las mujeres en las zonas rurales de México se benefician de préstamos otorgados para ampliar los servicios financieros

Hacer que sea más fácil para los pequeños empresarios y agricultores en las zonas rurales de México obtener préstamos ha sido la piedra angular de un exitoso proyecto del Banco Mundial destinado a ampliar el acceso al financiamiento. Si bien en las ciudades mexicanas se pueden recibir servicios financieros adecuados, el acceso al crédito en las zonas rurales está insuficientemente desarrollado. Esto se traduce en escasas opciones de financiamiento para los agricultores y las empresas rurales y representa un obstáculo para el crecimiento local. Para impulsar el desarrollo rural, el Gobierno de México y la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND) se pusieron en contacto con el Grupo Banco Mundial y le solicitaron apoyo para sus esfuerzos encaminados a ampliar el crédito en la economía rural. La FND trabaja para fortalecer las instituciones financieras rurales, aumentar el acceso al financiamiento para los agricultores y las empresas, y fomentar la inversión privada en las zonas rurales. Las instituciones financieras rurales suelen ser pequeñas y tener un alcance limitado, pero son fundamentales para llegar a los clientes en las zonas remotas y menos pobladas. El año pasado, 101 instituciones financieras rurales se inscribieron para participar en el Proyecto de Expansión de Finanzas Rurales (i) del Banco Mundial, que recién completó su primer año de actividades. Estas instituciones han desembolsado USD 92 millones y han ofrecido 45 000 líneas de crédito a 40 000 agricultores y pequeñas empresas rurales. El valor promedio de los préstamos es de USD 2000, según los últimos datos publicados en junio de 2017. Asimismo, el proyecto está haciendo avances importantes para ampliar el acceso al financiamiento entre las mujeres y los grupos tradicionalmente marginados. De hecho, el 78 % de los receptores de los préstamos son agricultoras y microempresas y pymes, y el 6 % de ellos solicita préstamos por primera vez. Además, el 14 % de los prestatarios proviene de comunidades muy marginadas, una clasificación que el Gobierno mexicano (CONAPO) usa para medir la pobreza. Como parte de su financiamiento de contrapartida, la FND ha ofrecido 235 sesiones de asistencia técnica —conocidas como “apoyos”— a 177 instituciones financieras rurales. La entidad está también trabajando para modernizar su sistema bancario básico y reestructurar la tramitación de los créditos con el fin de fortalecer la capacidad institucional para proporcionar financiamiento rural sostenible.

Dar a la luz con salud, un reto que persiste en el mundo en desarrollo

Si el Paraná, en el sur de Brasil, fuera un país, ya habría cumplido la meta global de las Naciones Unidas para 2030 de reducir la tasa de mortalidad materna a menos de 70 por 100.000 nacidos vivos (NV). Pero, a pesar del gran avance, había un hecho que preocupaba a los especialistas locales en salud: después de que el estado alcanzara el nivel de 65,11 muertes / 100.000 NV en 2001, la cifra cayó apenas un 0,2% en los 10 años siguientes.Una investigación para entender los motivos reveló que el 85% de las muertes maternas eran por causas evitables, como la enfermedad hipertensiva del embarazo y las hemorragias. Y más específicamente, el 71% de las muertes estaban relacionadas con la falta de atención de salud durante todas las etapas: prenatal, parto y posparto.Los problemas encontrados en la investigación paranaense todavía son comunes en el resto del mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), unas 830 mujeres mueren diariamente en el planeta debido a causas evitables relacionadas con el embarazo. La institución no informa cuánto representa eso en términos porcentuales con respecto al total, pero sí que son las principales responsables y que el 99% de las muertes ocurren en países en desarrollo, como Brasil.Y justamente por estar en un país en desarrollo, Paraná puede convertirse en modelo para América Latina y el mundo. En los últimos seis años, el estado ha logrado reducir en un 30% la mortalidad materna y en 14% la mortalidad infantil. Estos son los principales resultados de una inversión de R$ 630 millones (197 millones de dólares), hecha en asociación con el Banco Mundial. Los recursos fueron destinados a la atención primaria, ambulatorios y hospitales, así como en la capacitación de 47.000 profesionales de salud.Una de las innovaciones del trabajo es una estratificación de las gestantes y los niños. Las embarazadas se clasifican como de riesgo habitual (cuando no presentan factores de riesgo individual, sociodemográfico, de historia reproductiva anterior o enfermedad), intermedio (si existen factores relacionados a la raza, etnia, edad, baja escolaridad e historia reproductiva) o alto (si hay condiciones preexistentes, como trombosis, o algunas enfermedades específicas de la gestación, como infección urinaria de repetición).En el momento en que la gestante está estratificada como de riesgo intermedio o alto, la atención se duplica. "Ella sigue siendo atendida en la unidad de salud más cercana a su casa y pasa a ser acompañada también por un ambulatorio que cuente con un equipo multidisciplinario, incluyendo enfermeros, obstetras, psicólogos, asistentes sociales, farmacéuticos y otras especialidades", explica la coordinadora de la Red Madre Paranaense, Débora Bilovus.Añade que el 85% de las gestantes del estado saben por adelantado dónde tendrán sus bebés: "Cuando llegue el momento, ella no va a necesitar andar de hospital en hospital porque ya tiene una referencia garantizada".Este video muestra que el acompañamiento da más tranquilidad tanto a las madres como a los equipos que las atienden. "Se trata de una referencia en el sistema de salud brasileño porque integra iniciativas y recursos de forma racional para prestar servicios de calidad a la sociedad. Es un trabajo que puede y debe ser reproducido en otros lugares", afirma Ezaú Pontes, especialista en salud del Banco Mundial.

El Banco Mundial ofrece su apoyo para responder al huracán Irma

WASHINGTON, 7 de septiembre de 2017 – El Presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong Kim, realizó la siguiente declaración mientras el huracán Irma arrasaba con el Caribe oriental, continuando su trayectoria devastadora a través del mar Caribe: “Enviamos nuestra simpatía y solidaridad a los habitantes del Caribe oriental y a todos aquellos que todavía pueden verse afectados por el huracán Irma. Nos hemos comunicado con el gobierno de Antigua y Barbuda ofreciendo apoyo inmediato para evaluar los daños y pérdidas, responder al desastre y ayudar a comenzar la recuperación. Nuestro personal sobre el terreno, tanto en República Dominicana como Haití, ya está trabajando de manera estrecha con agencias nacionales y socios en el desarrollo para mejorar el nivel de preparación y brindar una respuesta oportuna. Es muy pronto aún para conocer el impacto total de la tormenta, dado que la situación todavía se está desarrollando. Sin embargo, desastres como estos nos recuerdan la necesidad de ayudar a los países a desarrollar su capacidad de resistir estos "shocks" cada vez más frecuentes”.Desde 1980, ocho países en el Caribe han sufrido un desastre natural con un impacto económico mayor al 50 por ciento de su PIB anual: Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Santa Lucía y San Cristóbal y Nieves.Actualmente, el Banco Mundial apoya a los países caribeños en temas de gestión de riesgos ante desastres y adaptación al cambio climático con una cartera activa de inversiones de US$383 millones.Para conocer el trabajo del Banco Mundial en América Latina y el Caribe visite: www.bancomundial.org/alcVisítenos en Facebook: http://www.facebook.com/bancomundialManténgase informado via Twitter: http://www.twitter.com/BancoMundialLACNuestro canal de YouTube: https://www.youtube.com/user/alcregion2010/videos   

World Bank Offers Support to Respond to Hurricane Irma

WASHINGTON, September 7, 2017 – World Bank Group President Jim Yong Kim made the following statement as Hurricane Irma ripped through the Eastern Caribbean and continued its devastating path across the Caribbean Sea: “Our sympathy and solidarity go to the people of the Eastern Caribbean and to all those who may still be affected by Hurricane Irma. We’ve reached out to the government of Antigua and Barbuda and offered immediate support to assess damages and loss, respond to the disaster and help begin recovery. Our staff on the ground in the Dominican Republic and Haiti are already working closely with the national agencies and development partners to improve preparedness and deliver a timely response. It’s too early to know the full impact of the storm as the events are still unfolding. However, disasters like this remind us of the need to help countries build greater resilience against ever-more frequent shocks”. Since 1980, eight countries in the Caribbean experienced a disaster event with an economic impact of over 50 percent of their annual GDP: Antigua and Barbuda, Dominica, Grenada, Guyana, Haiti, Jamaica, Saint Lucia and Saint Kitts and Nevis.The World Bank is currently supporting Caribbean countries on disaster risk management and climate change adaptation with an active investment portfolio of US$383 million.  Learn more about the work of the World Bank in Latin America and the Caribbean: www.worldbank.org/lacVisit us on Facebook: http://www.facebook.com/worldbankBe updated via:Twitter: @WBCaribbeanYouTube: http://www.youtube.com/worldbank  

La Banque mondiale vient en aide aux pays touchés par l’ouragan Irma

WASHINGTON, 7 septembre 2017 – Tandis que l’ouragan Irma ravageait les Caraïbes orientales et poursuivait sa trajectoire dévastatrice dans la mer des Antilles, le président du Groupe de la Banque mondiale, Jim Yong Kim, a fait la déclaration suivante : « Nous exprimons notre compassion et notre solidarité envers les habitants des Caraïbes orientales et tous ceux qui sont encore touchés par l’ouragan Irma. Nous avons contacté le gouvernement d’Antigua-et-Barbuda et nous lui avons offert un appui immédiat pour l’aider à évaluer les dommages et les pertes, faire face à la catastrophe et entreprendre les travaux de reconstruction. Sur le terrain, le personnel du Groupe de la Banque mondiale présent en Haïti et en République dominicaine collabore déjà étroitement avec les organismes nationaux et les partenaires de développement pour accroître les capacités opérationnelles et intervenir dans les meilleurs délais. Il est encore trop tôt pour mesurer le plein impact de la tempête, car celle-ci continue de faire rage. Quoi qu’il en soit, de telles catastrophes nous rappellent qu’il est nécessaire d’aider les pays à renforcer leur résilience contre des chocs qui se produisent de plus en plus fréquemment. » Depuis 1980, huit pays des Caraïbes ont été victimes de catastrophes naturelles dont l’impact économique a dépassé 50 % de leur PIB annuel : Antigua-et-Barbuda, la Dominique, la Grenade, le Guyana, Haïti, la Jamaïque, Sainte-Lucie et Saint-Kitts-et-Nevis.À l’heure actuelle, la Banque mondiale aide les pays des Caraïbes à gérer les risques de catastrophe et à s’adapter au changement climatique grâce à un portefeuille d’investissements en cours d’un montant de 383 millions de dollars.  Pour en savoir plus sur l’action du Groupe de la Banque mondiale en Haïti: banquemondiale.org/haitiSuivez-nous sur :Facebook : /banquemondialeTwitter: @banquemondialeYouTube : vidéos en français

Los huracanes pueden retrasar el reloj del desarrollo en muchos años

Los huracanes como Irma, que esconden detrás de sus nombres cotidianos una furia inaudita, no sólo se cobran víctimas patentes en vidas humanas, viviendas, puentes y caminos. La víctima silenciosa y poco visible de estos fenómenos meteorológicos extremos es, cada vez más, el desarrollo de los pueblos. Estudios del Banco Mundial señalan que cada año unos 26 millones de personas – el equivalente a la población de Chile y Bolivia combinadas -, caen en la pobreza debido a los desastres naturales.  Nadie puede detener un huracán o terremoto, pero sí hay maneras de minimizar sus impactos, como señala en la siguiente entrevista el experto en manejo de riesgos de desastres Joaquín Toro. P: Es muy pronto hablar de impactos más allá de lo que se ve en los medios, pero ¿podrías dar una visión general de los posibles impactos económicos y sociales de huracanes como Irma en el desarrollo de las poblaciones afectadas? R: Este es un punto muy importante. Los desastres impactan a los pobres de una manera mucho mayor, que al resto de la población. Los pobres tienen capacidades de resiliencia mucho menores que las que tienen otros sectores de la población. Hemos visto estudios recientes del Banco Mundial que indican que cada año los desastres están empujando a unos 26 millones de personas a la pobreza. Esto es consecuencia de que algunos viven en zonas de alto riesgo y tienen poca capacidad para recuperarse después de los desastres. Es algo en lo que estamos trabajando, pero aún queda mucho por hacer.  En cuanto a lo económico, es muy difícil en estos momentos calcular un número exacto, pero históricamente el Caribe ha sido impactado por huracanes que han causado mucho daño. Por ejemplo, en 1979, el huracán David causó daños de más del 117 % del PIB en pérdidas en Dominica. El huracán Iván, en 2004, causó pérdidas superiores al 200% del PIB en Grenada. Eso es enorme; es más que el ingreso de un país en todo un año lo que se pierde en pocos días.   Los desastres severos, además, han tenido un impacto directo y considerable en las condiciones económicas a través de diversos efectos como la reducción de la productividad y déficits presupuestarios insostenibles. O el aumento de la deuda nacional debido a los costos de reconstrucción. Y, como vimos con el huracán Mitch en 1998, éste causó 30 años de retroceso en el desarrollo de países como Honduras y Nicaragua. P: Dijiste que se está trabajando en esto, ¿quiere decir que ha mejorado la capacidad de resistencia a los desastres naturales, especialmente en el Caribe y Centroamérica? R: Sí. Los países centroamericanos y caribeños han logrado avances significativos en la mejora de sus capacidades de gestión de riesgos de desastres (DRM, por sus siglas en inglés), pero siguen siendo fiscalmente vulnerables a los desastres. La mayoría de los países han promulgado legislación para crear plataformas multisectoriales de manejo de riesgos de desastres. Han elaborado políticas y creado instituciones de coordinación para permitir sistemas más eficientes de gestión de emergencias y alerta temprana. Los planes de contingencia son importantes, pero estos planes tienen que ser claros, no sólo a nivel de gobierno, sino a nivel local. Vemos grandes diferencias, por ejemplo, con las capacidades logísticas en Estados Unidos a raíz de Irma, donde se evacuaron a millones de personas. En los países en desarrollo, aún no podemos evacuar a toda la población. Los sistemas de alerta temprana son muy útiles, pero llegar aún al final de esta cadena es un poco más difícil.   P: ¿Cuáles son las infraestructuras más vulnerables cuando hablamos de estos fenómenos extremos? R: Generalmente, las infraestructuras más vulnerables son las de las poblaciones más pobres. Por ejemplo, en el Caribe hay entre 60% y 70% de construcción informal. Las fotos que hemos podido ver de Barbuda, especialmente, nos muestra que las casas han quedado bastante destruidas. En general, esta es una infraestructura bastante vulnerable. También se puede ver la falta de códigos de construcción en otras estructuras como las torres de comunicación.   P: Latinoamérica es una de las regiones del mundo más expuestas a riesgos de desastres, ¿cómo incorporar en su agenda de desarrollo, que tiene prioridades más urgentes, un plan de gestión de riesgos que ayude a minimizar el impacto?  R: Este es un desafío que no sólo enfrentan las islas del Caribe sino todos los países en desarrollo, ya que hay una gran cantidad de necesidades básicas que tienen que cubrir. La gestión de riesgo no es una actividad en paralelo, sino una que tiene que estar presente en todos los sectores: salud, vivienda, educación, entre otros, para que podamos hacer escuelas más seguras, por ejemplo, o centros de salud que podamos usar luego de los desastres, o carreteras que no causen inundaciones. Una de las cosas que estos países tienen que hacer es, por un lado, poner fin a la generación de nuevos riesgos con una planificación más ordenada, que incorpore información de estos eventos naturales, y por otro, reducir de una manera más sistemática el riesgo que hoy existe, no sólo respondiendo a la emergencia, sino usando mecanismos de protección financiera para ayudar a una recuperación más rápida. Cabe recordar que más del 80% de la población en Latinoamérica vive en zonas urbanas, lo cual aumenta la exposición al riesgo.   P: ¿Podrías explicar cuáles son esos ‘mecanismos de protección’ financiera contra catástrofes?   R: El trabajo de las instituciones de financiamiento del desarrollo abarca muchas áreas en el tema de los desafíos de los peligros naturales y los efectos de un clima cambiante. En el caso Banco Mundial éste se centra en cinco áreas:           1) Evaluar el riesgo de desastres en los países;           2) Reducir el riesgo mediante medidas de mejoras estructurales y no estructurales, como por ejemplo mejoras en la infraestructura, planificación del uso de la tierra y reglamentación;           3) Facilitar la implementación de medidas de preparación ante desastres como los sistemas de alerta temprana;           4) Desarrollar medidas e instrumentos de protección financiera; y, por último, 5) Promover la reconstrucción resiliente mediante cambios políticos e institucionales. Un ejemplo de un instrumento de protección financiera facilitado por el Banco Mundial es el Mecanismo de Seguros de Riesgo de Catástrofes en el Caribe (CCRIF SPC). Este es un mecanismo de seguro paramétrico que proporciona pagos para ayudar a los países miembros a financiar su respuesta inicial de desastre una vez que se activan ciertas condiciones. De esta manera ayuda a resolver la falta de flujo de efectivo a corto plazo que las pequeñas economías en desarrollo sufren inmediatamente después de grandes desastres naturales. Por ejemplo, como resultado del huracán Irma, este mecanismo entró en vigor la semana pasada para los gobiernos de Antigua y Barbuda, Anguila y St. Kitts y Nevis, por un monto aproximado de US $ 15,6 millones. 

Los huracanes pueden retrasar el reloj del desarrollo en muchos años

Los huracanes como Irma, que esconden detrás de sus nombres cotidianos una furia inaudita, no sólo se cobran víctimas patentes en vidas humanas, viviendas, puentes y caminos. La víctima silenciosa y poco visible de estos fenómenos meteorológicos extremos es, cada vez más, el desarrollo de los pueblos. Estudios del Banco Mundial señalan que cada año unos 26 millones de personas –el equivalente a la población de Chile y Bolivia combinadas-, caen en la pobreza debido a los desastres naturales.  Nadie puede detener un huracán o terremoto, pero sí hay maneras de minimizar sus impactos, como señala en la siguiente entrevista el experto en manejo de riesgos de desastres Joaquín Toro. P: Es muy pronto hablar de impactos más allá de lo que se ve en los medios, pero ¿podrías dar una visión general de los posibles impactos económicos y sociales de huracanes como Irma en el desarrollo de las poblaciones afectadas? R: Este es un punto muy importante. Los desastres impactan a los pobres de una manera mucho mayor, que al resto de la población. Los pobres tienen capacidades de resiliencia mucho menores que las que tienen otros sectores de la población. Hemos visto estudios recientes del Banco Mundial que indican que cada año los desastres están empujando a unos 26 millones de personas a la pobreza. Esto es consecuencia de que algunos viven en zonas de alto riesgo y tienen poca capacidad para recuperarse después de los desastres. Es algo en lo que estamos trabajando, pero donde aún queda mucho por hacer.  En cuanto a lo económico, es muy difícil en estos momentos calcular un número exacto, pero históricamente el Caribe ha sido impactado por huracanes que han causado mucho daño. Por ejemplo, en 1979, el huracán David causó daños de más del 117 % del PIB en pérdidas en Dominica. El huracán Iván, en 2004, causó pérdidas superiores al 200% del PIB en Grenada. Eso es enorme –es más que el ingreso de un país en todo un año, que se pierde en pocos días.   Los desastres severos, además, han tenido un impacto directo y considerable en las condiciones económicas a través de diversos efectos como la reducción de la productividad y déficits presupuestarios insostenibles. O el aumento de la deuda nacional debido a los costos de reconstrucción. Y, como vimos con el huracán Mitch en 1998, éste causó 30 años de retroceso en el desarrollo de países como Honduras y Nicaragua.   P: Dijiste que se está trabajando en esto, ¿quiere decir que ha mejorado la capacidad de resistencia a los desastres naturales, especialmente en el Caribe y Centroamérica? R: Sí. Los países centroamericanos y caribeños han logrado avances significativos en la mejora de sus capacidades de gestión de riesgos de desastres (DRM, por sus siglas en inglés), pero siguen siendo fiscalmente vulnerables a los desastres. La mayoría de los países han promulgado legislación para crear plataformas multisectoriales de manejo de riesgos de desastres. Han elaborado políticas y creado instituciones de coordinación para permitir sistemas más eficientes de gestión de emergencias y alerta temprana. Los planes de contingencia son importantes, pero estos planes tienen que ser claros, no sólo a nivel de gobierno, sino a nivel local. Vemos grandes diferencias por ejemplo con las capacidades logísticas en Estados Unidos a raíz de Irma, donde se evacuaron a millones de personas. En los países en desarrollo, aún no podemos evacuar a toda la población. Los sistemas de alerta temprana son muy útiles, pero llegar aún al final de esta cadena es un poco más difícil.   P: ¿Cuáles son las infraestructuras más vulnerables cuando hablamos de estos fenómenos extremos? R: Generalmente, las infraestructuras más vulnerables son las de las poblaciones más pobres. Por ejemplo, en el Caribe hay entre 60% y 70% de construcción informal. Las fotos que hemos podido ver de Barbuda, especialmente, nos muestra que las casas han quedado bastante destruidas. En general, esta es una infraestructura bastante vulnerable. También se puede ver la falta de códigos de construcción en otras estructuras como las torres de comunicación.   P: Latinoamérica es una de las regiones del mundo más expuestas a riesgos de desastres, ¿cómo incorporar en su agenda de desarrollo, que tiene prioridades más urgentes, un plan de gestión de riesgos que ayude a minimizar el impacto?  R: Este es un desafío que no sólo enfrentan las islas del Caribe sino todos los países en desarrollo, ya que hay una gran cantidad de necesidades básicas que tienen que cubrir. La gestión de riesgo no es una actividad en paralelo, sino una que tiene que estar presente en todos los sectores: salud, vivienda, educación, entre otros, para que podamos hacer escuelas más seguras, por ejemplo, o centros de salud que podamos usar luego de los desastres, o carreteras que no causen inundaciones. Una de las cosas que estos países tienen que hacer es, por un lado, poner fin a la generación de nuevos riesgos con una planificación más ordenada, que incorpore información de estos eventos naturales, y por otro, reducir de una manera más sistemática el riesgo que hoy existe, no sólo respondiendo a la emergencia, sino usando mecanismos de protección financiera para ayudar a una recuperación más rápida. Cabe recordar que más del 80% de la población en Latinoamérica vive en zonas urbanas, lo cual aumenta la exposición al riesgo.   P: ¿Podrías explicar cuáles son esos ‘mecanismos de protección’ financiera contra catástrofes?   R: El trabajo de las instituciones de financiamiento del desarrollo abarca muchas áreas en el tema de los desafíos de los peligros naturales y los efectos de un clima cambiante. En el caso Banco Mundial éste se centra en cinco áreas:         1) Evaluar el riesgo de desastres en los países;         2) Reducir el riesgo mediante medidas de mejoras estructurales y no estructurales, como por ejemplo mejoras en la infraestructura, planificación del uso de la tierra y reglamentación;         3) Facilitar la implementación de medidas de preparación ante desastres como los sistemas de alerta temprana;         4) Desarrollar medidas e instrumentos de protección financiera; y, por último,          5) Promover la reconstrucción resiliente mediante cambios políticos e institucionales. Un ejemplo de un instrumento de protección financiera facilitado por el Banco Mundial es el Mecanismo de Seguros de Riesgo de Catástrofes en el Caribe (CCRIF SPC). Este es un mecanismo de seguro paramétrico que proporciona pagos para ayudar a los países miembros a financiar su respuesta inicial de desastre una vez que se activan ciertas condiciones. De esta manera ayuda a resolver la falta de flujo de efectivo a corto plazo que las pequeñas economías en desarrollo sufren inmediatamente después de grandes desastres naturales. Por ejemplo, como resultado del huracán Irma, este mecanismo entró en vigor la semana pasada para los gobiernos de Antigua y Barbuda, Anguila y St. Kitts y Nevis, por un monto aproximado de US $ 15,6 millones. 

Honduras: Especialista en Gestión de la Información

Organization: UNOPS
Country: Honduras
Closing date: 25 Sep 2017

Información General de UNOPS
La misión de UNOPS es servir a las personas necesitadas mediante la ampliación de la capacidad de las Naciones Unidas, los gobiernos y otros asociados para gestionar proyectos, infraestructuras y adquisiciones de forma sostenible y eficiente.
Dentro de estas tres áreas de conocimientos principales, UNOPS proporciona a sus asociados servicios transaccionales, de asesoramiento e implementación en proyectos que abarcan desde la construcción de escuelas y hospitales hasta la adquisición de bienes y servicios o la formación del personal local. UNOPS trabaja en estrecha colaboración con los gobiernos y las comunidades para garantizar una mayor sostenibilidad económica, social y ambiental en los proyectos que apoyamos, con especial énfasis en el desarrollo de la capacidad nacional.
Trabajando en algunos de los entornos más desafiantes del mundo, la visión de UNOPS es promover prácticas sostenibles de implementación en los contextos humanitario, de desarrollo y de consolidación de la paz, siempre con el objetivo de satisfacer o superar las expectativas de nuestros asociados.

Con un personal de más de 7.000 empleados repartidos en 80 países, UNOPS ofrece a sus asociados los conocimientos logísticos, técnicos y de gestión que necesiten y donde los necesiten. La estructura flexible y el alcance global de la organización hacen que ésta pueda responder a las necesidades de los asociados con celeridad y a su vez beneficiarse de las economías de escala.

Functional Responsabilities

El/la especialista en gestión de la información trabajará bajo la supervisión del/la especialista de adquisiciones y en colaboración con la unidad de adquisiciones y los responsables de la gerencia de proyectos. El rol principal del especialista en gestión de la información será garantizar el ciclo de vida de la información generada en los procesos de adquisiciones de la Oficina de Honduras, garantizando la depuración, combinación, sistematización, confidencialidad y disponibilidad de los datos.

En específico, el cargo del/a especialista se enfocará a las siguientes actividades:

  • Diseñar e implementar el sistema conceptual y las herramientas necesarias para la debida gestión de información de los procesos de adquisiciones desarrollados por la Oficina.
  • Mapear el flujo de generación de información estándar en los procesos de adquisiciones desarrollados, atendiendo a los flujos de trabajo y operación de la unidad de adquisiciones.
  • Elaboración e implementación de un sistema de monitoreo y control adecuado de los procesos de adquisiciones de la oficina.
  • Elaboración de consultas específicas y reportes de información sobre adquisiciones.
  • Garantizar los niveles de seguridad, disponibilidad, respaldo y calidad de los datos necesarios para el almacenaje y acceso a la información recopilada, atendiendo al debido cumplimiento de las normas, reglamentos, políticas y estrategias de adquisiciones y publicación de información de las Naciones Unidas / UNOPS y el marco regulatorio de control interno.
  • Desarrollo de herramientas informáticas tales como bases de datos que contribuyan a la gestión del conocimiento del área de adquisiciones.
  • Apoyo a la preparación y elaboración de especificaciones técnicas en términos referencia para funciones orientadas al uso y gestión de la información y las tecnologías propias a este campo.
  • Apoyo a la preparación y organización de informes de evaluación en procesos de adquisiciones, atendiendo especialmente al uso y gestión de la información generada.
  • Apoyo al personal de adquisiciones en la resolución de problemas informáticos.
  • Otras tareas asignadas por su supervisor/a.

Competencias

Enfoque basado en las soluciones

Evalúa los datos y los procedimientos que se deben seguir para lograr decisiones lógicas y pragmáticas. Adopta un enfoque imparcial y racional con riesgos calculados. Aplica la innovación y la creatividad al proceso de resolución de problemas.

Orientación hacia los resultados

Establece de forma eficaz una línea de acción propia y/o para otros con el objetivo de alcanzar una meta. Las acciones desembocan en la correcta consecución de la tarea con especial atención a la calidad en todas las áreas. Identifica las oportunidades y toma la iniciativa para actuar. Comprende que el uso responsable de los recursos maximiza el impacto que podemos tener en nuestros beneficiarios.

Integridad e Inclusión

Trata a todos los individuos con respeto, responde con tacto a las diferencias y anima a los demás a hacer lo mismo. Defiende las normas éticas y de la organización. Mantiene altos estándares de confianza. Es un modelo para la diversidad y la inclusión.

Agilidad

Está abierto al cambio y es flexible en un entorno con un elevado ritmo de trabajo. Adapta su perspectiva a las circunstancias o los requisitos cambiantes. Reflexiona sobre las experiencias pasadas y modifica su propio comportamiento. El desempeño es constante, incluso bajo presión. Siempre persigue mejoras continuas.

Comunicación Eficaz

Expresa ideas o hechos de forma clara, concisa y abierta. La comunicación indica una consideración por los sentimientos y las necesidades de los demás. Escucha de forma activa y comparte de manera proactiva el conocimiento. Gestiona los conflictos de manera eficaz mediante la superación de las diferencias de opinión y la búsqueda de un denominador común.

Liderazgo propio y de los demás

Actúa como modelo positivo que contribuye al espíritu de equipo. Colabora y apoya el desarrollo de otros. Solo para administradores de personal: mediante el uso de estilos de liderazgo apropiados, actúa como modelo de liderazgo positivo, motiva, dirige e inspira a los demás para que tengan éxito.

How to apply:

https://jobs.unops.org/Pages/ViewVacancy/VADetails.aspx?id=13066