PICAR: Empoderar a las comunidades rurales en Bolivia

Este mes contamos con la presencia de Francisco Obreque, especialista agrícola que trabaja en el proyecto PICAR en Bolivia. El Proyecto de Inversión Comunitaria en Áreas Rurales (PICAR) tiene como objetivo general luchar contra la pobreza extrema entre los pequeños productores, particularmente indígenas, en el área rural. Desde finales de 2011, el proyecto transfirió responsabilidad y recursos a más de 150.000 habitantes rurales en 656 comunidades altamente vulnerables (30 por ciento más allá de la meta de 500 comunidades) y apoyó 769 sub proyectos para mejorar el acceso a infraestructura básica y productiva para los hogares rurales. Hasta la fecha, el proyecto ha aumentado el acceso mediante caminos a más de 15.000 personas y ampliado y/o mejorado la irrigación a más de 17.000 beneficiarios. En 2015, el gobierno recibió un financiamiento adicional de AIF por US$60 millones para ampliar y profundizar el éxito del proyecto y alcanzar a unos 200.000 beneficiarios adicionales.   A continuación, lo que Francisco compartió con nosotros de esta innovadora operación de CDD: Pregunta: ¿Qué valor agrega el enfoque CDD al asociarse con los pueblos indígenas en Bolivia? Respuesta: En primer lugar, el enfoque CDD del PICAR ayuda a incorporar una planificación racional y el proceso de priorización en el funcionamiento de una comunidad, permitiéndoles identificar y atender sus necesidades y las limitaciones más importantes. Dentro de mi experiencia, el PICAR ha sido pionero como prueba de un enfoque de la demanda en Bolivia, mientras que otros proyectos han sido más bien impulsados por la oferta. Generalmente, las comunidades indígenas involucradas en el PICAR han recibido e implementado muy bien el enfoque de planificación inclusiva; no tengo conocimiento de ningún caso donde este enfoque haya causado interrupciones o conflictos internos. En segundo lugar, PICAR ha permitido a las comunidades tomar el control en lugar de ser simples receptores de ayuda. Puedo dar testimonio en mis múltiples visitas de campo que los beneficiarios del PICAR verdaderamente se ven a sí mismos como los líderes de las inversiones. El enfoque CDD encaja dentro del contexto cultural en Bolivia y es una herramienta para empoderar a las comunidades indígenas, ayudándolos a explotar su potencial y aprovechar las oportunidades. La gente siente que el enfoque sirve como una plataforma para lograr importantes mejoras en su calidad de vida. En tercer lugar, PICAR ha introducido mecanismos que garantizan altos niveles de transparencia en la gestión de los recursos financieros. Otros programas y proyectos han sido muy controversiales porque o manejan los fondos directamente (con poco compromiso de las comunidades) o transfieren el dinero a los líderes de la comunidad. El asegurar un nivel alto de transparencia en el proyecto utilizando el enfoque de CDD es un logro importante dentro del contexto boliviano. P: Háblanos del trabajo del PICAR en términos de género en estas comunidades. R: El modelo del PICAR proporciona un bloque de subvenciones de hasta US$40.000 para un sub proyecto designado por toda la comunidad, así como una subvención separada más pequeña para un proyecto liderado por las mujeres. Las comunidades tienen la oportunidad de unir estos proyectos como uno solo y se benefician de un conjunto más amplio de fondos. Lo que inicialmente descubrimos era que las asambleas comunitarias dominadas por hombres creaban presión social sobre los miembros de la comunidad femenina para fusionar los proyectos, incluso si las prioridades de la comunidad en general no se alineaban con las prioridades de las mujeres. Para solucionar este problema, fortalecimos las directrices para la ejecución del proyecto. Las mujeres se reunirían, en primer lugar, antes de la Asamblea regular de la comunidad, para crear una lista de sus prioridades de financiación, tales como cercas para el ganado, mejoras en nutrición, recolección de agua de lluvia, etcétera. La comunidad y lo proyectos dirigidos a las mujeres sólo podrán fusionarse si la prioridad del grupo de mujeres se alinea con la prioridad de la Asamblea de la comunidad. De esta manera, el PICAR ayuda a que las mujeres tengan oportunidades y se involucren en procesos de “aprender haciendo”. Ellas deciden, discuten y lideran el proyecto, actividades que tradicionalmente fueron realizadas por los hombres. De hecho, aproximadamente 300 de los 769 proyectos exitosos de PICAR son dirigidos por mujeres. Las mujeres enfrentan muchos desafíos en las comunidades indígenas donde trabaja el proyecto, tradicionalmente dominadas por los hombres. Estas comunidades también son pobres y sufren por la falta de acceso a la educación, y estos problemas suelen ser más graves para las mujeres. En comparación con los hombres, menos mujeres pueden hablar español con fluidez, y se les hace más difícil hablar en público. Por lo que es impresionante ver a una mujer tomar el liderazgo y presentar su rendición de gastos en una Asamblea comunitaria, a pesar de la pobreza y las restricciones culturales. Y los proyectos dirigidos por las mujeres tienen un impacto real en sus vidas. Visité una comunidad, donde una mujer con discapacidad y su familia debían recorrer 2,5 km desde su casa para sacar agua de un manantial. Cuando PICAR ayudó a la comunidad a construir sistemas de captación de agua de lluvia, su vida cambió 180 grados. Ella tenía acceso al agua durante varios meses al año y estaba orgullosa de su participación y el empoderamiento que vino con la selección de este proyecto. P: ¿Cuál es su consejo para los jefes de proyectos, dentro del Banco Mundial, adaptando un enfoque CDD para cumplir con los desafíos que afectan a las personas indígenas y a las minorías étnicas? R: Cuando se trabaja con las comunidades indígenas, el aspecto cultural es muy importante, y los jefes de proyectos deben usar las estructuras sociales existentes tanto como sea posibles. En muchas comunidades indígenas, los comunarios ya se reunían una vez al mes para hablar los temas importantes de la comunidad. El PICAR utiliza estas reuniones regulares de la comunidad en lugar de organizar reuniones especiales. El programa también integra a las autoridades tradicionales en las diferentes etapas de la intervención en lugar de sobrepasarlos, y se utiliza el idioma local en la planificación y ejecución de los sub proyectos. Mediante el uso de estas estructuras, PICAR no pasa a través de la comunidad como algo disruptivo o artificial y las comunidades se adaptan de una manera más natural al proyecto. Aplicar una estrategia efectiva requiere que el equipo de trabajo evalúe lo que funciona y lo que no. Por ejemplo, PICAR ha incluido una estrategia de género ambiciosa que produjo frutos rápidamente. La forma en que las mujeres han participado en el proyecto es buenísima. Al empoderar a las mujeres, el proyecto ha llegado a algunos de los grupos más vulnerables de la población dentro de las zonas rurales. Sin embargo, no todo lo que encuentras de género en la literatura funciona. Opiné sobre lo que funcionó para nosotros en la implementación del PICAR en uno de mis blogs. El proyecto también cuenta con filtros informales para evaluar la probabilidad de éxito en una determinada comunidad indígena. Desde mi experiencia, CDD trabaja bien en comunidades con al menos algún tejido social. Por el contrario, utilizar un enfoque CDD es difícil si una determinada comunidad tiene complicados conflictos pendientes o carece de experiencia (o de interés) en el abordaje de problemas desde una óptica colectiva. Así que el proyecto evalúa si las comunidades quieren comprometerse dentro de un enfoque participativo. Algunas formas en que PICAR hace esto es a través de líderes comunitarios que identifican los sitios de mayor necesidad entre una lista de las comunidades y también mediante las visitas de campo del personal del proyecto.

Las APP son cruciales para mejorar la calidad de la infraestructura en América Latina

Un nuevo enfoque en torno a las Asociaciones Público Privadas podría ayudar a la región a gastar mejor, aunque no necesariamente más SAN PABLO, 4 de mayo de 2017 – Un nuevo informe del Banco Mundial publicado hoy indica que América Latina y el Caribe tiene un gran potencial para incrementar las Asociaciones Público Privadas (APP) para así ayudar a resolver su déficit de infraestructura. Sin embargo, para lograrlo, la región deberá superar la impresión generalizada de que las APP no son más que un instrumento para enfrentar las restricciones fiscales y maximizar su impacto potencial sobre la calidad de la infraestructura y la eficiencia y transparencia del gasto. El informe Financiamiento privado de la infraestructura pública mediante APP en América Latina y el Caribe es una evaluación a profundidad del panorama de las APP en la región. Analiza los desafíos y el menú de políticas disponibles para que los países aumenten el financiamiento privado en infraestructura pública mediante las APP. “Combinar el capital público y privado y aprovechar la eficiencia e innovación del sector privado puede marcar una enorme diferencia”, dijo Jorge Familiar, Vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. “Cuando están bien diseñadas, las APP pueden aportar una mayor eficiencia y sostenibilidad a los servicios públicos. A medida que la región deja atrás seis años de desaceleración económica, las APP pueden ayudar a estimular la inversión en infraestructura y fortalecer el impulso de crecimiento”. La mayoría de los países de la región mejoró sus marcos legales y de políticas APP en los últimos veinte años; a su vez, 17 países de la región ya cuentan con unidades APP plenamente operativas. Actualmente, las APP representan alrededor del 40 por ciento de los compromisos anuales en infraestructura de América Latina y el Caribe, si bien existe una gran variación entre países y en el tiempo. En los últimos diez años, la mayor parte de las APP en la región fueron inversiones en nuevas instalaciones, principalmente en el sector energético. Sin embargo, el informe revela que el capital privado representa menos de un tercio del financiamiento total para APP, mientras que alrededor de la mitad de las operaciones APP en América Latina recibió algún grado de apoyo gubernamental entre 2010 y 2014. El informe señala que un factor crucial de cara a impulsar la eficiencia y calidad de los proyectos APP es una adecuada distribución de los riesgos, basada en las capacidades del Estado, empresas concesionarias, usuarios, financistas y aseguradores. Y lo que es más importante, los países deberían evitar cualquier intento de compensar las deficiencias en la elaboración de proyectos elevando los riesgos que corre el sector público. Superar las distorsiones y alcanzar el potencial de las APP en América Latina también requerirá que se enfrenten desafíos tales como mejorar la elaboración de proyectos, impulsar la capacidad de financiación de proyectos y aumentar la amplitud y sofisticación de los mercados financieros regionales, un requisito fundamental a la hora de apoyar una operación APP. El informe indica que la mayoría de los países de la región tiene dificultades al momento de elaborar proyectos efectivos, resultando en proyectos que salen a licitación sin una base adecuada. De acuerdo al informe, una selección de proyectos APP bien diseñados ahorra tiempo y dinero al descartar rápidamente los proyectos deficientes o aquellos que no son adecuados para APP. Asimismo, contar con una cartera de proyectos con base en evaluaciones de costo-beneficio que reflejen las prioridades sociales, económicas y de política de cada país derivaría en decisiones más estratégicas respecto a si un proyecto es adecuado para un financiamiento APP. Por último, el informe sostiene que las instituciones financieras para el desarrollo, tanto multilaterales como domésticas, deberían jugar un papel más activo en el financiamiento y el aporte de conocimientos, incluido el intercambio de conocimientos entre países, y en particular ayudar a elevar la calidad y comerciabilidad de un proyecto hasta un nivel que permita la participación del sector privado. El informe está disponible en este enlace. — Para más información sobre el trabajo del Banco Mundial en América Latina y el Caribe: www.bancomundial.org/lac Visítenos en Facebook: http://www.facebook.com/bancomundial Manténgase informado vía Twitter: http://www.twitter.com/BancoMundialLAC Nuestro canal de YouTube: http://www.youtube.com/user/BancoMundialLAC

PPPs Vital to Improve Infrastructure Quality in Latin America

New approach to Public-Private Partnerships can help region spend better, not necessarily more SÃO PAULO, May 4, 2017 – A new World Bank report launched today states that Latin America and the Caribbean has significant potential to increase Public-Private Partnerships (PPPs) to help close its infrastructure gap. However, to achieve that the region should move beyond the common perception that PPPs are mainly an instrument to tackle fiscal constraints, and maximize their potential impacts on infrastructure quality, spending efficiency and transparency. Private Financing of Public Infrastructure through PPPs in Latin America and the Caribbean is an in-depth assessment of the PPP scenario in the region. It analyzes the challenges and policy options countries have to increase private sector financing in public infrastructure through PPPs. “Combining public and private capital and taking advantage of the efficiency and innovation of the private sector can make a huge difference,” said Jorge Familiar, World Bank Vice President for Latin America and the Caribbean. “When well designed, PPPs bring greater efficiency and sustainability to public services. As the region emerges from six years of economic slowdown, PPPs can help it boost infrastructure investments and strengthen the momentum for growth.” Most countries in the region have improved their legal and policy PPP frameworks in the last two decades, and 17 countries in the region already have fully functional PPP units. Currently, PPPs account for about 40 percent of Latin America and the Caribbean’s yearly infrastructure commitments, although there is great variation across countries and in time. Over the past 10 years, most PPPs in the region have been greenfield investments, mainly in the energy sector. However, the report reveals that private equity accounts for less than a third of total PPP financing, and about half of all PPP deals in Latin America received some form of government support between 2010 and 2014. The report finds that a key factor to boost efficiency and quality in PPP projects is suitable risk sharing, based on the capacities of the state, concessionary companies, users, financiers, and insurers.  Most importantly, countries should avoid trying to offset poor project preparation by increasing risk for the public sector. Overcoming distortions and achieving Latin America’s PPP potential will also require tacking challenges such as improving project preparation, boosting project finance capacity, and increasing the depth and sophistication of regional financial markets, a key requirement to support PPP transactions. The report states that most countries in the region struggle with effective project preparation, resulting in projects that go to tender without an adequate base. According to the report, well-designed PPP project screening saves time and money by quickly discarding bad projects or projects that are not suitable to PPPs. Likewise, maintaining a project pipeline based on cost-benefit assessments that include social, economic and country political priorities, would enable more strategic decisions about whether a project if suitable for PPP financing. Finally, the report argues that multilateral and domestic development finance institutions should play a more active role in both funding and provision of expertise, including knowledge transfers among countries, and in particular helping raise project quality and bankability to a level that enables private sector participation. The report is available here. — Learn more about the work of the World Bank in Latin America and the Caribbean: www.worldbank.org/lac Visit us on Facebook: http://www.facebook.com/worldbank Be updated via Twitter: http://www.twitter.com/BancoMundialLAC For our YouTube channel: http://www.youtube.com/BancoMundialLAC

El Grupo Banco Mundial presenta su nuevo programa de apoyo al Perú

WASHINGTON, D.C., 2 de mayo de 2017 – El Grupo Banco Mundial lanza hoy su nuevo programa de apoyo al Perú que se alinea con el plan de modernización del Estado al 2021, año en el que el país celebrará su bicentenario de independencia. El Marco de Alianza con el País (MAP) para el período 2017-2021 fue endosado hoy por el Directorio Ejecutivo del Banco Mundial. El marco, con un monto aproximado de US$500 millones en los primeros dos años, apoyará tres pilares estratégicos: productividad para el crecimiento, servicios al ciudadano en todo el territorio, y gestión del medio ambiente y los riesgos asociados al cambio climático.   “Con este nuevo MAP el Banco Mundial refuerza su compromiso con el pueblo peruano y respalda los esfuerzos del Gobierno del Presidente Kuczynski para mejorar la eficiencia y eficacia del estado y acercarlo a sus ciudadanos. Todas las iniciativas del Grupo Banco Mundial, buscan mejorar la calidad de vida de todos los peruanos y especialmente del 40 por ciento de la población que cuenta con menores recursos”, afirmó Alberto Rodríguez, Director del Banco Mundial para Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Venezuela. El Perú ha tenido importantes logros económicos y sociales en las últimas dos décadas: un crecimiento económico sostenido y una reducción de la tasa de pobreza de 58 a 22 por ciento de la población entre el 2004 y el 2015.  Además, su manejo macroeconómico responsable y su experiencia en reducción de la desnutrición son reconocidos globalmente. El país enfrenta todavía importantes desafíos de desarrollo, sin embargo. La falta de conectividad entre centros productivos y sus fronteras o puertos, la escasez en innovación, la necesidad de aumentar y sostener la inversión privada, y la baja calidad en servicios públicos básicos en todo el territorio, incluyendo agua y saneamiento, salud y acceso a justicia para todos, son algunos de ellos. En un contexto económico global menos favorable, el incremento de la eficiencia del Estado jugará un rol aún más importante para conservar los logros y continuar profundizando la prosperidad compartida de todos los peruanos. El MAP contempla instrumentos financieros, de asistencia técnica e intercambio global de experiencias para contribuir a los principales objetivos del Gobierno. Para lograrlos, el GBM se enfocará en: ·         Promover la productividad para el crecimiento, mejorando la conectividad, con un enfoque en los puntos más críticos del territorio. ·         Mejorar, entre otros servicios, el acceso y la calidad del agua potable y saneamiento, objetivo bandera del Gobierno. ·         Fomentar la capacidad de gestión de recursos naturales y riesgos de desastres asociados al cambio climático, enfocando en particular en la reconstrucción después de los severos estragos causados este año por el fenómeno meteorológico del “Niño Costero”. El proceso de preparación del MAP ha incluido una serie de consultas con los sectores público y privado, así como con organizaciones de la sociedad civil. El portafolio actual del Banco Internacional para la Reconstrucción y Fomento consiste de 15 proyectos de inversión y una subvención del Fondo Mundial para el Medio Ambiente por un total de US$900 millones. Adicionalmente, el Perú tiene acceso a cuatro líneas de crédito de contingencia por US$3 mil millones, incluyendo dos DPF-DDOs (Fondo de Desarrollo de Políticas con Desembolso Diferido) y dos por Opción de Desembolso Diferido ante Catástrofe (CAT-DDO). El portafolio activo de la Corporación Financiera Internacional es de US$718 millones y trabaja con 20 instituciones en el país.  El portafolio activo del Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones incluye un contrato con exposición bruta de US$6.2 millones en respaldo de la concesión del aeropuerto internacional de Lima.

El riego tecnificado, una opción que mejora la calidad de vida de los pequeños y medianos agricultores en Ecuador

José Quishpe representa a 400 agricultores del proyecto Alpaca del cantón Cayambe, en la provincia ecuatoriana Pichincha.  Ellos son propietarios de 1.200 hectáreas donde tradicionalmente cultivan chocho (leguminosa), melloco (tubérculo), maíz, cebada, trigo, papa, quinoa, entre otros productos. Entre los muchos desafíos a los que se enfrentan cada día están la erosión de los suelos y la pérdida de las cosechas. Actualmente, el riego lo aplican por inundación, lo que no les permite distribuir adecuadamente el recurso a todos los socios. Este uso poco sustentable del agua afecta la calidad de vida de la población. Es en este contexto que se inserta el Proyecto de Irrigación Tecnificada (PIT), que permitirá a los agricultores utilizar de forma mucho más eficiente el agua a través de infraestructura de riego tecnificado parcelario, además de recibir apoyo técnico para fortalecer la organización de la asociación, desarrollar prácticas ambientales y de economía productiva, así como respaldar la comercialización de sus productos. En Ecuador apenas el 13.8% de la superficie bajo riego cuenta con riego tecnificado. Este tipo de tecnología permite a los pequeños agricultores optimizar el uso del agua y suministrar a los cultivos la cantidad necesaria de manera eficiente para su desarrollo, disminuyendo de esta forma el desperdicio de este valioso recurso que es cada vez más escaso. Como José, muchos agricultores han participado en las convocatorias que realiza el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca, MAGAP, para socializar el proyecto e invitarles a presentar las solicitudes para obtener el financiamiento para la instalación del riego tecnificado.  “Estamos muy entusiasmados con la posibilidad de presentar una propuesta que pueda ser seleccionada y financiada. Esta modalidad de riego no solo permite optimizar el uso del agua sino también nuestro tiempo, cuando no contamos con la tecnificación tenemos que levantarnos en las noches o madrugadas para realizar esta  actividad manualmente”, señaló José Quishpe. Las primeras obras de los subproyectos piloto ya están en ejecución en las provincias de Manabí, Bolívar, Los Ríos, El Oro y Loja. La inversión incluye la construcción de la infraestructura de riego tecnificado por aspersión, micro aspersión o goteo.  Los plazos de construcción para cada obra están entre cuatro y cinco meses, luego de lo cual se realizarán otras actividades como: capacitaciones en operación y mantenimiento de los sistemas construidos y el fortalecimiento social a las juntas de usuarios para su correcta administración.  De estas primeras obras se beneficiarán 245 familias con más de 500 hectáreas. Además, con los equipos de riego tecnificado funcionando, se ofrecerá asistencia técnica a los agricultores para generar mayor rentabilidad en sus cultivos y comercializarlos mejor. El Proyecto de Irrigación Tecnificada se implementa en diez provincias de la Sierra y siete de la Costa a través de financiamiento del Banco Mundial por USD$80 millones; de la AECID por USD$20 millones; el MAGAP por USD$20 millones; y, un aporte de los beneficiarios de USD$8.6 millones.   Al proyecto pueden aplicar pequeños y medianos productores que tienen hasta 20 hectáreas en la Sierra y 40 hectáreas en la Costa.  

Panama: Program Manager, Honduras

Organization: Clinton Health Access Initiative
Country: Panama
Closing date: 04 Jun 2017

Founded in 2002, by President William J. Clinton and Ira Magaziner, the Clinton Health Access Initiative, Inc. (“CHAI”) is a global health organization committed to strengthening integrated health systems and expanding access to care and treatment in the developing world. CHAI’s solution-oriented approach focuses on improving market dynamics for medicines and diagnostics; lowering prices for treatment; accelerating access to lifesaving technologies; and helping governments build the capacity required for high-quality care and treatment programs. Since its inception, CHAI’s programs have helped more than 11.8 million people in more than 70 countries have access to CHAI-negotiated prices for HIV/AIDS medicines, saving the global health community billions of dollars. For more information, please visit: www.clintonhealthaccess.org.

CHAI’s global malaria program provides direct technical and operational support to countries around the globe to strengthen their malaria programs and reduce the burden of this preventable, treatable disease. We support governments to scale up effective interventions for prevention, diagnosis, treatment, and surveillance, with the goals of sustainably reducing the number of malaria-related illnesses and deaths worldwide in the short-term and accelerating progress towards malaria elimination in the long term.

Overview of role

CHAI is seeking a highly motivated individual to lead its Honduras Malaria Team supporting the Ministry of Health’s National Malaria Program to plan and execute effective programs for malaria elimination. Over the past two and half years, CHAI has rapidly engaged in the country and helped them make meaningful steps towards orienting their national strategic plans and systems towards historic elimination by 2020.

The candidate must be able to build and manage effective relationships and drive successful implementation while having a deep personal commitment to producing results. A successful candidate will be highly motivated and hardworking with exceptional, organizational, problem-solving, and communication skills.

CHAI places great value on relevant personal qualities including resourcefulness, tenacity, independence, patience, humility, and strong work ethic.

The base location for this position may change to a CHAI program country in Meso-America at a later date due to requirements of the role.

Program Management

  • Oversee the strategic, technical and management assistance across areas of CHAI support to the government
  • Support and strategize with the NMCP on successful execution of the malaria elimination strategy; mobilize CHAI and partner resources to develop solutions to rapidly address bottlenecks
  • Facilitate the reorientation of national malaria program towards elimination, specific activities may include:
  • Updating guidelines, policies, and plans to align with global elimination recommendations
  • Developing operational plans and associated training materials to build government capacity and support effective execution of malaria program
  • Assist NMCP identify potential sources for and mobilization of additional funding to address any potential gaps preventing robust implementation of national malaria strategic plan
  • Support implementation of vector control interventions in Gracias a Dios and other high-risk areas of the country, in coordination with regional health offices.
  • Support pilot and national roll out of recently developed surveillance system ensuring rapid and accurate reporting of malaria data from health facilities and community health care workers and that all data is appropriately stored and managed to ensure a rapid and effective response
  • Identify key impediments to the successful execution of the malaria elimination strategy and other national guidelines and work with the NMCP and partners to develop and implement solutions to rapidly address these bottlenecks
  • Explore the utilization of new tools and interventions to eliminate malaria and develop operational plans and other materials to support the implementation of these tools
  • Collaborate with NMCP and partner organizations to design and implement operational research projects to identify improved approaches that will help optimize malaria elimination interventions
  • Drive internal strategic planning and budgeting processes related to the malaria work streams and oversee project performance against work plans and budget
  • Other responsibilities as needed by team

Team Management

  • Train, develop work plans, and oversee the work of the Country Associate and the Gracias a Dios Regional Associate on a day to day basis, supporting staff to ensure optimal delivery of CHAI support
  • Establish effective communication and coordination mechanisms within the CHAI malaria team in order to ensure well-coordinated work streams and maximum impact of CHAI’s support to national program;

Strategic Vision

  • Work closely with the Country Support Manager, Regional Manager, and the Regional and Global Malaria Teams to maintain overall strategic direction of the program
  • Identify strategic areas for expansion or redirection and guide strategic planning or proposal development as needed

Other responsibilities as needed.

  • Bachelor’s degree plus 5 years of work experience including experience managing others
  • Exceptional problem solving skills and quantitative and qualitative analytical capabilities
  • Exceptional communication skills, including the ability to create compelling, logical presentations, using PowerPoint and other tools, and a structured and assured oral and written communication style
  • Advanced analytical skills and problem-solving with proven ability to develop and apply quantitative models using Excel and other tools to address specific challenges and improve working practices with a focus on outcomes
  • Strong interpersonal skills and ability to build relationships in a challenging politically unstable environment
  • Ability to manage numerous work streams simultaneously in high pressure situations
  • Proficient in Excel, Powerpoint, and Word
  • Ability to travel up to 75% as needed
  • Fluency in Spanish
  • Fluency in English

Advantages

  • Advanced degree in public health or business
  • Experience executing successful health projects in developing countries, ideally malaria-specific projects.
  • Experience developing database systems and using statistical software for data analysis
  • Experience living and working in Central America, including as a native of the region
  • Experience working with governments and institutions from Latin America
  • Experience in working with malaria and/or other infectious diseases

PI97510620

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The World Bank Group Presents its New Support Program for Peru

WASHINGTON, D.C., May 2, 2017 – The World Bank Group launched its new support program for Peru, which is aligned with the government modernization plan for 2021, the year the country will celebrate the bicentennial of its independence.  The World Bank Board of Directors endorsed the 2017-2021 Country Partnership Framework (CPF) today. The framework, with an approximate value of US$500 million for the first two years, will support three strategic pillars: productivity for growth; public services to the population throughout the country; and management of the environment and risks associated with climate change. “With this new CPF, the World Bank reiterates its commitment to the Peruvian people and supports the efforts of the administration of President Kuczynski to improve the efficiency and effectiveness of the state and to bring it closer to citizens. All World Bank Group initiatives seek to improve the quality of life of all Peruvians, especially the 40 percent of the population with lower income,” said Alberto Rodríguez, World Bank Director for Bolivia, Chile, Ecuador, Peru and Venezuela. Peru has made important economic and social strides over the past two decades: sustained economic growth and a decrease in the poverty rate, from 58 to 22 percent of the population between 2004 and 2015.  Additionally, its responsible macroeconomic management and experience in reducing malnutrition are widely recognized. The country still faces daunting development challenges, however. The lack of connectivity between production centers and borders or ports; the lack of innovation; the need to increase and maintain private investment; and the poor quality of public services throughout the country, including water and sanitation, health and access to justice for all, are some of these challenges. Given the less favorable global economic context, increasing government efficiency will play an even more crucial role in maintaining achievements and continuing to strengthen shared prosperity for all Peruvians. The CPF includes financial instruments, technical assistance and exchange of global experiences to contribute to key government objectives. To achieve them, the World Bank Group will focus on: ·         Promoting productivity for growth by improving connectivity, with a focus on the most critical areas of the country. ·         Improving, among other services, access to and quality of water and sanitation, which is a government’s central objective. ·         Building capacity for management of natural resources and disaster risks associated with climate change, with an emphasis on reconstruction following the severe damage caused by the “Coastal Niño” weather phenomenon this year. The CPF preparatory process included several consultations with the public and private sector, as well as with civil society organizations. The current portfolio of the International Bank for Reconstruction and Development includes 15 investment projects and a subsidy of the Global Environment Facility, for a total of US$900 million. Additionally, Peru has access to four contingency credit lines for US$3 billion, including two for DPF-DDO (Development Policy Financing with a Deferred Drawdown Option) and two for CAT-DDO (Catastrophe Deferred Drawdown Option). The International Finance Corporation works with 20 institutions in the country and has an active portfolio of US$718 million. The active portfolio of the Multilateral Investment Guarantee Agency includes a contract with a gross exposure of US$6.2 million to support the concession of Lima’s international airport.

PICAR: Empowering Rural Communities in Bolivia

This month, we reached out to Francisco Obreque, Agricultural Specialist, who works on Bolivia’s PICAR. The Community Investment in Rural Areas Project (PICAR) has an overall goal to fight extreme rural poverty among small landholders, particularly indigenous populations. Starting in late 2011, the project has since transferred responsibility and resources to more than 150,000 rural inhabitants in 656 highly vulnerable communities (30 percent beyond the target of 500 communities), and supported 769 sub-project to improve access to basic and productive infrastructure for rural households. To date, the project has increased road access for more than 15,000 people, and expanded or improved irrigation for more than 17,000 beneficiaries. In 2015, the government received a $60 million additional financing IDA credit to expand and deepen the success of the project to reach an additional 200,000 beneficiaries. Here’s what Francisco shared with us on this innovative CDD operation: Question: What value does the CDD approach add to partnering with Indigenous Peoples in Bolivia? Answer: First, PICAR’s CDD approach helps to incorporate a rational planning and prioritization process into how a community operates, allowing them to identify and address their most important needs and constraints. To the best of my knowledge, PICAR has been a pioneer in testing a demand-driven approach in Bolivia, whereas other projects have been rather supply-driven. Generally, the several IP communities engaged in PICAR have embraced the inclusive planning approach; I am not aware of any case where the participatory approach caused disruption or internal conflicts.  Second, PICAR has allowed the communities to take control instead of being mere recipients of aid. I can testify from my multiple field visits that PICAR beneficiaries truly see themselves as the leaders of the investments. The CDD approach fits within the cultural context in Bolivia and it’s a tool to empower IP communities, helping them exploit their potential and harness opportunities. People feel that the approach serves as a platform to achieve significant improvements in their quality of life. Third, PICAR has ushered in mechanisms that ensure high levels of transparency in the management of financial resources. Other programs and projects have been very controversial because they either manage the funds directly (with little engagement of the communities) or transfer the money to community leaders. So having ensured a comfortable level of transparency in the project using the CDD approach is a major achievement for the Bolivian context.         Q: Tell us about some of the work that PICAR does on gender in these communities. A: PICAR’s model is to provide block grants of up to $40,000 for a subproject determined by the entire community, as well as a separate, smaller grant for a women-led project. Communities have an opportunity to merge these projects into a single one and benefit from a larger pool of funds. What we initially found was that male-dominated community assemblies would create social pressure on female community members to merge the projects, even if the broader community’s priorities didn’t line up with the priorities of women. To fix this problem, we strengthened guidelines for project implementation. Women would meet first, in advance of the monthly community assembly, to create a list of their priorities for funding, such as fences for livestock, improvements to nutrition, rainwater collection, etc. The community and women-led projects were only allowed to merge if the top priority of the women’s group aligned with the top priority of the community assembly. This way, PICAR protects the opportunity for women to take center stage and engage in learning-by-doing. They decide, discuss, and lead the project – tasks that traditionally have been led by men. In fact, approximately 300 out of PICAR’s 769 successful projects are led by women. Women face many challenges in IP communities where we work, which are traditionally male-dominated. These communities are also poor and suffer from lack of access to education, and these problems are often more serious for women. Compared to men, fewer women can speak Spanish fluently, and they can find it challenging to speak out in public. So it’s especially impressive to see a woman taking on a leadership role and presenting in a community assembly on project expenditures and purchases, despite the poverty and cultural constraints. And these women-led, women-owned projects have a real impact on their lives. I visited a community, where a woman with disabilities and her family had to travel 2.5 km from her home to draw clean water from a spring. When PICAR helped her village build a rainwater catchment system, her life changed 180 degrees. She had access to water for several months out of the year, and was proud of her participation and the empowerment that came with the selection of this project. Q: What is your advice for TTLs adapting a CDD approach to meet the unique challenges affecting IPs and ethnic minorities? A: When working with IP communities, the cultural aspect is especially important, and TTLs should use existing social structures as much as possible. In many IP communities, villagers already meet once a month to discuss community matters. So PICAR uses the community’s regular meetings instead of organizing special meetings. The program also integrates traditional authorities at different stages of the intervention instead of bypassing them, and we use the local language in planning and implementing the subprojects. By using these structures, PICAR doesn’t come across as disruptive or artificial — communities adapt more naturally to it. Applying a sound strategy requires the Task Team to assess what works and what doesn’t. For example, PICAR has included an ambitious gender strategy that came to fruition quickly. The extent to which women have engaged in the project is terrific. By empowering women, the project has reached out to some of the most vulnerable population groups in rural areas. However, not everything you find in gender-related literature works. I weigh in on what worked for us in one of my blogs on implementing PICAR.   The project also has informal filters to assess the likelihood of success in a given IP community. From my experience, CDD works well in communities with at least some social fabric. Conversely, using a CDD approach is challenging if a given community has either complicated outstanding conflicts or no experience (or interest) in dealing with problems in a collective matter. So the project tries to assess if communities want to engage via the participatory approach. Some important ways PICAR does this is through having communities leaders identify among a list of communities where the greatest need is and then by gauging the level of engagement with the field personnel when they visit the villages with their plans. The CDD GSG offers support and resources to the community of CDD practitioners. To learn more about the CDD GSG, please contact us at cddgsg@worldbank.org    

PICAR: Empoderar a las comunidades rurales en Bolivia

Este mes contamos con la presencia de Francisco Obreque, especialista agrícola que trabaja en el proyecto PICAR en Bolivia. El Proyecto de Inversión Comunitaria en Áreas Rurales (PICAR) tiene como objetivo general luchar contra la pobreza extrema entre los pequeños productores, particularmente indígenas, en el área rural. Desde finales de 2011, el proyecto transfirió responsabilidad y recursos a más de 150.000 habitantes rurales en 656 comunidades altamente vulnerables (30 por ciento más allá de la meta de 500 comunidades) y apoyó 769 sub proyectos para mejorar el acceso a infraestructura básica y productiva para los hogares rurales. Hasta la fecha, el proyecto ha aumentado el acceso mediante caminos a más de 15.000 personas y ampliado y/o mejorado la irrigación a más de 17.000 beneficiarios. En 2015, el gobierno recibió un financiamiento adicional de AIF por US$60 millones para ampliar y profundizar el éxito del proyecto y alcanzar a unos 200.000 beneficiarios adicionales.   A continuación, lo que Francisco compartió con nosotros de esta innovadora operación de CDD: Pregunta: ¿Qué valor agrega el enfoque CDD al asociarse con los pueblos indígenas en Bolivia? Respuesta: En primer lugar, el enfoque CDD del PICAR ayuda a incorporar una planificación racional y el proceso de priorización en el funcionamiento de una comunidad, permitiéndoles identificar y atender sus necesidades y las limitaciones más importantes. Dentro de mi experiencia, el PICAR ha sido pionero como prueba de un enfoque de la demanda en Bolivia, mientras que otros proyectos han sido más bien impulsados por la oferta. Generalmente, las comunidades indígenas involucradas en el PICAR han recibido e implementado muy bien el enfoque de planificación inclusiva; no tengo conocimiento de ningún caso donde este enfoque haya causado interrupciones o conflictos internos. En segundo lugar, PICAR ha permitido a las comunidades tomar el control en lugar de ser simples receptores de ayuda. Puedo dar testimonio en mis múltiples visitas de campo que los beneficiarios del PICAR verdaderamente se ven a sí mismos como los líderes de las inversiones. El enfoque CDD encaja dentro del contexto cultural en Bolivia y es una herramienta para empoderar a las comunidades indígenas, ayudándolos a explotar su potencial y aprovechar las oportunidades. La gente siente que el enfoque sirve como una plataforma para lograr importantes mejoras en su calidad de vida. En tercer lugar, PICAR ha introducido mecanismos que garantizan altos niveles de transparencia en la gestión de los recursos financieros. Otros programas y proyectos han sido muy controversiales porque o manejan los fondos directamente (con poco compromiso de las comunidades) o transfieren el dinero a los líderes de la comunidad. El asegurar un nivel alto de transparencia en el proyecto utilizando el enfoque de CDD es un logro importante dentro del contexto boliviano. P: Háblanos del trabajo del PICAR en términos de género en estas comunidades. R: El modelo del PICAR proporciona un bloque de subvenciones de hasta US$40.000 para un sub proyecto designado por toda la comunidad, así como una subvención separada más pequeña para un proyecto liderado por las mujeres. Las comunidades tienen la oportunidad de unir estos proyectos como uno solo y se benefician de un conjunto más amplio de fondos. Lo que inicialmente descubrimos era que las asambleas comunitarias dominadas por hombres creaban presión social sobre los miembros de la comunidad femenina para fusionar los proyectos, incluso si las prioridades de la comunidad en general no se alineaban con las prioridades de las mujeres. Para solucionar este problema, fortalecimos las directrices para la ejecución del proyecto. Las mujeres se reunirían, en primer lugar, antes de la Asamblea regular de la comunidad, para crear una lista de sus prioridades de financiación, tales como cercas para el ganado, mejoras en nutrición, recolección de agua de lluvia, etcétera. La comunidad y lo proyectos dirigidos a las mujeres sólo podrán fusionarse si la prioridad del grupo de mujeres se alinea con la prioridad de la Asamblea de la comunidad. De esta manera, el PICAR ayuda a que las mujeres tengan oportunidades y se involucren en procesos de “aprender haciendo”. Ellas deciden, discuten y lideran el proyecto, actividades que tradicionalmente fueron realizadas por los hombres. De hecho, aproximadamente 300 de los 769 proyectos exitosos de PICAR son dirigidos por mujeres. Las mujeres enfrentan muchos desafíos en las comunidades indígenas donde trabaja el proyecto, tradicionalmente dominadas por los hombres. Estas comunidades también son pobres y sufren por la falta de acceso a la educación, y estos problemas suelen ser más graves para las mujeres. En comparación con los hombres, menos mujeres pueden hablar español con fluidez, y se les hace más difícil hablar en público. Por lo que es impresionante ver a una mujer tomar el liderazgo y presentar su rendición de gastos en una Asamblea comunitaria, a pesar de la pobreza y las restricciones culturales. Y los proyectos dirigidos por las mujeres tienen un impacto real en sus vidas. Visité una comunidad, donde una mujer con discapacidad y su familia debían recorrer 2,5 km desde su casa para sacar agua de un manantial. Cuando PICAR ayudó a la comunidad a construir sistemas de captación de agua de lluvia, su vida cambió 180 grados. Ella tenía acceso al agua durante varios meses al año y estaba orgullosa de su participación y el empoderamiento que vino con la selección de este proyecto. P: ¿Cuál es su consejo para los jefes de proyectos, dentro del Banco Mundial, adaptando un enfoque CDD para cumplir con los desafíos que afectan a las personas indígenas y a las minorías étnicas? R: Cuando se trabaja con las comunidades indígenas, el aspecto cultural es muy importante, y los jefes de proyectos deben usar las estructuras sociales existentes tanto como sea posibles. En muchas comunidades indígenas, los comunarios ya se reunían una vez al mes para hablar los temas importantes de la comunidad. El PICAR utiliza estas reuniones regulares de la comunidad en lugar de organizar reuniones especiales. El programa también integra a las autoridades tradicionales en las diferentes etapas de la intervención en lugar de sobrepasarlos, y se utiliza el idioma local en la planificación y ejecución de los sub proyectos. Mediante el uso de estas estructuras, PICAR no pasa a través de la comunidad como algo disruptivo o artificial y las comunidades se adaptan de una manera más natural al proyecto. Aplicar una estrategia efectiva requiere que el equipo de trabajo evalúe lo que funciona y lo que no. Por ejemplo, PICAR ha incluido una estrategia de género ambiciosa que produjo frutos rápidamente. La forma en que las mujeres han participado en el proyecto es buenísima. Al empoderar a las mujeres, el proyecto ha llegado a algunos de los grupos más vulnerables de la población dentro de las zonas rurales. Sin embargo, no todo lo que encuentras de género en la literatura funciona. Opiné sobre lo que funcionó para nosotros en la implementación del PICAR en uno de mis blogs. El proyecto también cuenta con filtros informales para evaluar la probabilidad de éxito en una determinada comunidad indígena. Desde mi experiencia, CDD trabaja bien en comunidades con al menos algún tejido social. Por el contrario, utilizar un enfoque CDD es difícil si una determinada comunidad tiene complicados conflictos pendientes o carece de experiencia (o de interés) en el abordaje de problemas desde una óptica colectiva. Así que el proyecto evalúa si las comunidades quieren comprometerse dentro de un enfoque participativo. Algunas formas en que PICAR hace esto es a través de líderes comunitarios que identifican los sitios de mayor necesidad entre una lista de las comunidades y también mediante las visitas de campo del personal del proyecto.

BM/Perú: Mejoras en la gestión de los recursos hídricos a beneficio de 3.8 millones

WASHINGTON, D.C., 28 de abril de 2017.- Más de 3.8 millones de peruanos se beneficiarán de un nuevo proyecto de manejo integrado de recursos hídricos, financiado por un préstamo por US$40 millones aprobado hoy por el Directorio Ejecutivo del Banco Mundial. El proyecto Gestión Integrada de Recursos Hídricos en 10 Cuencas del Perú busca prevenir y mitigar desastres naturales como las recientes inundaciones que afectaron la costa peruana debido al fenómeno meteorológico “Niño Costero” que cobró la vida de 114 personas, desplazó a unas 180,000 personas, y afectó, en total, a más de 1.8 millones de personas.  “El proyecto que se está aprobando apoyará a afrontar los retos para garantizar la seguridad hídrica del país, contribuyendo a mejorar notablemente la gestión integrada de los recursos hídricos hacia el 2021”, afirmó el Ing. Abelardo De la Torre, Jefe de la Autoridad Nacional del Agua (ANA). En el Perú, la escasez de agua y variabilidad climática son preocupaciones fundamentales en muchas cuencas, particularmente en las de la vertiente del Pacífico donde, a pesar de su intensa actividad económica y su alta densidad poblacional, solo cuenta con 1.8 por ciento de los recursos hídricos. Asimismo, el deterioro de la calidad del agua, el insuficiente tratamiento de las aguas residuales en zonas urbanas e industriales junto con vertimientos sin restricciones, así como los huaicos e inundaciones que afecta la seguridad y la salud de las personas, el costo de producción de agua potable, las perspectivas de la agro-exportación, y la economía en general. “Con este proyecto el Banco Mundial continuará con los esfuerzos de fortalecimiento de la ANA, ente rector y máxima autoridad técnico normativa del Sistema Nacional de Gestión de los Recursos Hídricos, encargado de aplicar la Ley de Recursos Hídricos”, afirmó Alberto Rodríguez, Director del Banco Mundial para Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Venezuela. “En general esperamos ayudar al país a prevenir desastres hidrológicos”. Este proyecto da continuidad a uno anterior apoyado por el Banco Mundial que fortaleció las capacidades de la ANA para la formulación de la estrategia de gestión de la calidad de agua y el programa para promover una nueva “cultura de agua”. Así mismo, ayudó a fortalecer seis consejos de recursos hídricos de cuenca en Tumbes, Chira-Piura, Chancay-Lambayeque, Chancay-Huaral, Quilca-Chili, y Caplina-Locumba en la región hidrográfica del Pacífico. El nuevo proyecto busca enfrentar los retos de la gestión de los recursos hídricos y prevenir los desastres hidrológicos a nivel nacional. En esta nueva fase se está dando prioridad a 24 de un total de 159 cuencas en el Perú por su importancia productiva. Este proyecto fortalecerá los seis consejos de recursos hídricos de cuenca existentes y se crearán cuatro nuevos consejos en Urubamba, Pampas, Mantaro y Alto Mayo, todas ubicadas en la región hidrográfica del Atlántico. Concretamente, el proyecto financiará: la adquisición e instalación de equipos para monitoreo de la calidad de agua; medición de uso de agua en bloques para irrigación agrícola; monitoreo de agua en acuíferos subterráneos seleccionados; modernización del equipo de monitoreo de represas seleccionadas; y medición de caudales y niveles de agua de varios ríos críticos. El proyecto apuntará a desarrollar un programa integral de seguridad de presas y fortalecerá mecanismos de gestión de conflictos. Al mismo tiempo, servirá para fortalecer las capacidades para almacenar, procesar, analizar y difundir información; y monitorear y realizar pronósticos de inundaciones y sequias; así como su integración con el Sistema Nacional de Información de Recursos Hídricos. El costo total del programa asciende a US$88.15 millones, de los cuales el Gobierno del Perú aportará US$48.15 millones y el Banco Mundial US$40.00 millones. El cierre del proyecto está previsto para el 2022. El préstamo tiene un periodo de vencimiento de siete años, incluyendo un periodo de gracia de cinco años.