Hambre y desnutrición alcanzan cifras récord en América Latina. Cuatro de cada diez personas en la región viven con inseguridad alimentaria moderada o severa, lo que significa que la cantidad y calidad de sus alimentos se ve seriamente comprometida. Los datos de “ Perspectivas de la Seguridad Alimentaria y Nutricional de América Latina y el Caribe 2022 ” encendieron las alarmas: 56,5 millones de personas (9% de la población) están afectadas por el hambre , lo que representa 13,2 millones de personas malas desde el inicio de la pandemia.
En una de las regiones más golpeadas por los efectos de la pandemia, el costo de una alimentación saludable es superior al promedio mundial, razón por la cual el 22% de la población —131,3 millones de personas— no puede costear una alimentación saludable , según datos de América Latina publicado a finales de enero por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que en el mismo informe advierte sobre el aumento de otras formas de desnutrición como el sobrepeso y la obesidad.
Dada la gravedad de la situación y sus efectos presentes y futuros, la seguridad alimentaria será uno de los ejes temáticos de la XXVIII Cumbre Iberoamericana . Se espera que en esta reunión presidencial se apruebe un plan regional para la modernización de los sistemas agroalimentarios, la transformación digital de la agricultura, el apoyo a la agricultura familiar, entre otras áreas.
Josefina Stubbs, especialista en desarrollo internacional y una de las asesoras del título “Ruta crítica para lograr una seguridad alimentaria inclusiva y sostenible en Iberoamérica ” , explica que “hablar de seguridad alimentaria implica más que el simple acceso a los alimentos. Estos alimentos deben ser saludables y accesibles a toda la población. Tenemos el reto y la necesidad de avanzar hacia sistemas agroalimentarios más sostenibles”.
La seguridad alimentaria significa algo más que el acceso a los alimentos, pero estos son saludables y seguros para todos. Transformar los sistemas agroalimentarios y reducir el desperdicio de alimentos es crucial ante el aumento del consumo de alimentos
Stubbs, quien también fue director para América Latina del Fondo Interamericano de Desarrollo Agrícola (FIDA), opina que “Iberoamérica es un espacio propicio para una gran alianza regional por la seguridad alimentaria en la que se definan a su vez las prioridades estratégicas que impulsen las acciones. , producir cambios concretos”. Para garantizar la seguridad alimentaria sin dejar nada atrás, agrega, “es urgente movilizar recursos financieros en mejores condiciones crediticias para los países de Iberoamérica”.
Por su parte, Manuel Otero, director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), entidad que también participó en los trabajos de elaboración de esta hoja de ruta, destaca la importancia de definir políticas públicas intersectoriales que consideren aspectos de oferta. , acceso a alimentos y distribución. “El desafío de la seguridad alimentaria y nutricional abarca diferentes dimensiones y requiere de un programa regional integral”.
“La Cumbre Iberoamericana representa una oportunidad para enfatizar que el sector agropecuario, como parte de una visión sistémica, es el mejor posicionado para realizar aportes sustanciales a fin de reducir la pobreza y la pobreza en las zonas rurales”, enfatiza Otero, quien es igualmente que Stubbs. llama una “gran alianza regional para la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible”.
Mejora de los sistemas agroalimentarios
Una mejor producción, una mejor nutrición y un ambiente más saludable necesariamente necesitan mejorar los sistemas agroalimentarios para hacerlos más eficientes, inclusivos y ambientalmente sostenibles, un tema crucial para la recuperación post-COVID y el desarrollo sostenible en Iberoamérica.
Esta transformación de los sistemas agroalimentarios y el desarrollo de cadenas de suministro más resilientes son áreas centrales de la hoja de ruta que se presentará en la Cumbre Iberoamericana. Al mismo tiempo, este nuevo modelo representa un enorme desafío en momentos de gran presión para las cadenas agroalimentarias, tanto en términos de producción como de distribución.
A los efectos socioeconómicos de la pandemia se suma el conflicto en Ucrania, que está provocando escasez y aumento del precio de los insumos agrícolas, lo que se traduce en un precio elevado que hace que la canasta básica de alimentos y, en particular, los productos frescos sean más altos. y más inaccesible a la población. de Iberoamérica.
Eso es todo, explica Josefina Stubbs, el grave problema del desperdicio de alimentos. “Alimentos que se desperdician en el transporte, almacenamiento y manejo doméstico inadecuado, alimentos que se perforan en los supermercados, alimentos que no se consumen en los hoteles y se llevan”.
El desperdicio de alimentos, dice Stubbs, “es una parte integral de la seguridad alimentaria. Reducirlo ayudaría a ahorrar costes y recursos naturales en la producción, ayudaría a la gente a gastar menos y poder tener más y mejores alimentos”.
Por otro lado, el actual modelo de producción y distribución agroalimentaria también conlleva importantes repercusiones ambientales. Aunque América Latina representa solo el 9% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI), su participación aumenta al 17% cuando hablamos de emisiones que se originan en los sistemas alimentarios y casi el 21% de las emisiones producidas en la agricultura y el uso de la tierra, explica el Director del IICA.
En este sentido, el último informe del Observatorio Iberoamericano de Cambio Climático que se presentará en la próxima Cumbre Iberoamericana destaca que “Iberoamérica alberga las subregiones con mayor potencial de reducción de emisiones a partir de la transformación de los sistemas alimentarios”. Para ello, propone la implementación de soluciones basadas en la naturaleza (SbN) como la agricultura regenerativa, la silvicultura o la agricultura climáticamente inteligente.
Producir más y mejor, con menos impacto en la naturaleza pasa por apostar por la descarbonización y la resiliencia de los sistemas agroalimentarios
La transición energética en el sector agrícola y rural también fue objeto de propuestas en la XI Conferencia Ministerial de Agricultura realizada a finales de abril de 2022. En esta reunión se acordó el diseño y puesta en marcha de un mecanismo de cooperación público-privada para apoyar la transición energética en el sector agrícola y rural de Iberoamérica, junto con otras acciones para una agricultura sostenible y baja en carbono, reduciendo la pérdida y el desperdicio de alimentos, y aumentando la eficiencia del sector agrícola.
En definitiva, coinciden Otero y Stubbs, el reto de la seguridad alimentaria en la región no es sólo producir más alimentos, sino producir mejor, de forma más eficiente y respetuosa con el medio ambiente.
Cadenas de suministro y comercio
La distribución y el comercio también son áreas estratégicas en el camino hacia sistemas alimentarios más productivos, inclusivos y resilientes. De ahí que la “Ruta Crítica para la Seguridad Alimentaria” proponga acciones para fortalecer las cadenas de suministro y distribución, una mayor apertura del comercio intrarregional y extrarregional, así como consolidar y apoyar la agricultura familiar.
Según datos de la FAO, en América Latina y el Caribe, la agricultura familiar representa alrededor del 81% de las unidades de producción agrícola y aporta entre el 27% y el 67% de la producción total de alimentos en los diferentes países. También genera entre el 57% y el 77% del empleo agrícola de la región.
Daí que apoiar a agricultura familiar é fundamental para garantir a segurança alimentar, manter dietas diversas, gerar ingressos para as famílias e comunidades rurais. Nese contexto, os programas de compras públicas diretas aos produtores e sua conexão com circuitos de mercados locais também são fundamentais, explica Stubbs,
“Alcançar a segurança alimentar, sublinha a especialista, envolve também “mercados abertos, justos e equitativos, que não só garantam condições adequadas na importação de produtos, senão que, por sua vez, promovam a exportação através de um comércio aberto, não discriminatório e transparente”.
Segundo dados da CEPAL, o comércio ibero-americano é relativamente baixo se comparado com outras regiões do mundo: representa apenas 18% da atividade exportadora dos países da região. Isto abre oportunidades para aprofundar a integração comercial, ao mesmo tempo que se trabalha em um maior e melhor acesso aos mercados e novos modelos de negócio.
Neste sentido, os governos ibero-americanos também se comprometeram na XI Conferencia Ministerial de Agricultura a impulsionar o comércio intrarregional e internacional de produtos e serviços ligados ao setor agropecuário e rural, através de encontros, rondas de negócios e ações de intercâmbio, com especial ênfase no comércio de insumos para a produção agrícola.
Transformação digital e financiamento
O plano de ação ibero-americano para a segurança alimentar também promove a transformação digital da agricultura e a inovação produtiva para reduzir custos e tornar a produção mais eficiente. Para isso, é proposto expandir e propiciar o acesso a financiamento para transformar os sistemas agroalimentares, mobilizando recursos públicos, multilaterais e privados.
No caminho rumo à modernização dos sistemas agroalimentares, a ciência, a tecnologia e a inovação desempenham um papel chave para superar as brechas de produtividade e contribuir ao desenvolvimento e à inclusão social com sustentabilidade ambiental, afirma o diretor do IICA. “Temos de fazer esforços mantidos no tempo para digitalizar a atividade agropecuária, que é um aspecto chave para incorporar tecnologia”, destaca Otero, que coincide com Stubbs na necessidade de “fechar a brecha entre aqueles que produzem tecnologia e aqueles que necessitam dela para melhorar sua atividade”.
Uma das propostas do plano ibero-americano nesta área é o investimento público-privado em infraestrutura digital e o acesso à banda larga nas zonas rurais. Isso permitiria ampliar o acesso a plataformas digitais para a inovação nos sistemas agrícolas. Isto requererá mobilizar grandes quantidades de recursos e apresenta a necessidade de criar instrumentos financeiros inovadores e uma possível capitalização dos bancos multilaterais de desenvolvimento.
O plano de ação ibero-americano para a segurança alimentar também promove a transformação digital da agricultura e a inovação produtiva
A cooperação internacional e a cooperação Sul-Sul e Triangular (modalidade que se realiza entre iguais) também são cruciais no caminho para melhorar sua produtividade e sustentabilidade ambiental dos sistemas agroalimentares. Neste contexto, as ministras e ministros de Agricultura da Ibero-América pediram à Secretaria-Geral Ibero-americana (SEGIB) a elaboração de um estudo em profundidade sobre o estado atual deste tipo de cooperação para ser apresentado na próxima reunião Ministerial de Agricultura.
Segundo Manuel Otero, “a cooperação Sul-Sul e Triangular pode melhorar a capacidade para abordar este desafio”, já que a diversidade de experiências, conhecimentos e boas práticas dos países permitem desenvolver propostas mais completas e diversidade na toma de decisões.
“Rota crítica” para um momento decisivo
Em um momento em que milhões de pessoas na América Latina padecem fome ou estão desnutridas, a “Rota Crítica para a Segurança Alimentar” aborda elementos chave para uma recuperação com transformação: diversificação produtiva, sustentabilidade ambiental e resiliência dos sistemas agroalimentares, inclusão econômica e laboral de seus participantes e transformação tecnológica, assim como a necessidade de orçamentos para alcançá-lo.
Al evaluar la propuesta que será presentada en la XXVIII Cumbre Iberoamericana, Josefina Stubbs concluye que “este es un documento orientado a la acción que aborda la seguridad alimentaria desde una perspectiva integral para generar cambios tangibles. El hecho de que este tema tenga un entregable específico en la Cumbre Iberoamericana implica un compromiso de los países para encontrar soluciones colectivas y un trabajo continuo en el que tendremos equilibrio y habrá que ver resultados”.