El hip hop se convirtió por unos días en la música de Cartagena. Y también en uno de los protagonistas de la Cumbre Iberoamericana. Como actividad central del programa paralelo de cultura, esta danza urbana adquirió un papel especial en un Cumbre especialmente dirigida a la juventud, que pudo expresarse en su propio lenguaje.
Esta fue la principal razón por la que, a la hora de configurar el programa, los países optaron por destacar un género que permite a los jóvenes comunicarse a través de un medio con el que se sienten identificados. El hip hop posee una fuerte capacidad transformadora, y se ha convertido en una alternativa frente a la falta de oportunidades, lo que ha permitido a muchos jóvenes salir de la exclusión y encontrar en esta música una forma de identidad, a partir de la que dar sentido a su vida, y crear sentimiento de comunidad.
De tres tipos fueron las actividades que se celebraron durante la Cumbre. La primera, un inspirador conversatorio que llevó por nombre “Juventud, arte y transformación, ¿puede el arte transformar vidas?” en el que, entre otras personas, participaron la Secretaria General Iberoamericana, Rebeca Grynspan, el escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez y el coreógrafo bogotano Álvaro Restrepo.
12 jóvenes, escogidos de entre 120 personas de toda Colombia, prepararon una coreografía con distintos estilos de hip hop
Durante el acto, Grynspan enfatizó la importancia de la cultura “como una forma de integración para construir sociedades más justas y mejores” y subrayó el papel del hip hop, “al reconocer su valor empoderamos a los bailarines, dándoles visibilidad. Arte y cultura son también inclusión social y construcción de la paz”.
La segunda actividad consistió en un ciclo de cuatro talleres, celebrados entre el 24 y el 27 de octubre en distintos lugares emblemáticos de Cartagena de Indias, de carácter abierto, con la intención de acercar el hip hop a la vida cotidiana de la ciudad. En dichos talleres se pudo practicar distintos estilos de baile y dar una oportunidad a aquellos que quisieron conocer más de estos ritmos.
La tercera de las actividades llevó por nombre “Recital Colombia” y se celebró como clausura de la Cumbre. Fue un evento especialmente emotivo, ya que era la culminación de un proceso en el que 12 jóvenes llegados de distintos puntos de Colombia cumplían un sueño, presentar ante la comunidad iberoamericana una coreografía de esta danza urbana.
La intrahistoria de “Recital Colombia” comienza meses antes, cuando 120 jóvenes se presentan a una convocatoria para poder bailar en grupo su música favorita, el hip hop. Son jóvenes con distintas trayectorias y biografías, de toda Colombia, que tienen en común su amor por esta danza urbana y un afán de lucha por encontrar en ella una salida. Tras un difícil proceso de selección, 12 jóvenes iniciaron duras sesiones de ensayo, con Cartagena de Indias como colofón a tanto esfuerzo.
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