Uruguay se ha erigido como uno de los países más activos en la protección del medio ambiente y el desarrollo sostenible y, por ende, en la lucha contra el cambio climático.
Las políticas que ha adoptado el país sudamericano en los últimos años van por delante de las existentes en la mayoría de las naciones del mundo, trazando estrategias de largo plazo con la idea de que el planeta ya no soporta más el modelo económico y de consumo actual.
Esas políticas han permitido que en 2016 Uruguay produjera el 92,8% de su electricidad a través de energías renovables. La inversión en las infraestructuras de producción permitirá ahorrar más de 200 millones de dólares en el desarrollo de esas fuentes en el futuro.
Este ahorro, anunciado por el propio gobierno uruguayo, se concretará tras llevarse a cabo el proyecto de aprovechamiento del embalse de la central hidroeléctrica Gabriel Terra, que permitirá “una mejor utilización” del agua embalsada, según las necesidades derivadas de la “nueva realidad” del sistema eléctrico nacional.
En 2016 Uruguay produjo el 92,8% de su electricidad a través de energías renovables
Nuevos vehículos
Además, Uruguay está cambiando la flota de sus vehículos y la forma en que las ciudadanas y los ciudadanos se mueven por el país para avanzar hacia la descarbonización de su economía.
Con dicho objetivo, y también para atraer inversores, el país ha adquirido 30 taxis eléctricos que se suman a los 24 que ya circulan en su territorio.
“Es una tecnología que evoluciona a un ritmo acelerado. En los últimos años el precio de las baterías bajó tres veces y su capacidad de almacenamiento se multiplicó por ocho”, dijo en aquel momento la ministra de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse.
Estos son solo algunos ejemplos que muestran la magnitud de la transformación que impulsa Uruguay, cuyas políticas salen de lo común pero llaman a la puerta de lo necesario e inminente.
Los uruguayos están mostrando el camino a otros países iberoamericanos y del resto del mundo, pero no quieren caminar solos y piden fortalecer la integración energética regional.
La ministra Cosse manifestó el deseo del país de “exceder” el intercambio técnico en la región y “articular una visión común de largo plazo”.
“Si bien es bueno tener espacios para intercambios de técnicos de diversos organismos, me parece que hay que exceder este tema y lograr que haya una agenda de integración energética regional y subregional impuesta en alguna plataforma fuerte”, dijo durante la III Semana de la Energía celebrada en Montevideo el pasado año.
