Inocencio García Javier, Viceministro de Cooperación Internacional del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) de República Dominicana
República Dominicana es un Pequeño Estado Insular en Desarrollo (PEID) en la región del Caribe, y fue en la Isabela, actual municipio de la provincia de Puerto Plata, que se inició la creación del paisaje moderno del Caribe, según el historiador Charles C. Mann.
La isla de la Española, de apenas 76,286 km 2 de extensión, se fracturó en dos entidades jurídicas coloniales que con el transcurso de la historia se convirtieron en la Republica Dominicana y la Republica de Haití.
La joven y actualmente consolidada democracia dominicana se inicia precisamente el mismo año en que se celebra la I Conferencia de Naciones Unidas sobre Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo, en 1978.
Es este punto de inflexión histórico-institucional el antecedente más lejano, pero propiciador junto al profundo proceso de reforma del Estado cristalizado en la primera década del siglo que discurre, para configurar el actual decurso de la Cooperación Sur-Sur en República Dominicana.
El Sistema Nacional de Cooperación Internacional para el Desarrollo (SINACID), que se encuentra en su fase final de instalación, está integrado por la Política de Cooperación Internacional para el Desarrollo (PCID), las Normas para la Gestión de la cooperación Internacional en República Dominicana, el Sistema de Información de la cooperación Internacional (SICI), las Mesas de Coordinación de la Cooperación Internacional (MCCI) y el conjunto compuesto de tres documentos, como son el Marco Conceptual, el Programa de Formador de Formadores y la Guía para la conformación de Alianzas Publico-Privadas para el Desarrollo Sostenible (APPDS).
Este conjunto tiene como propósito dar respuesta a los desafíos que representan las alianzas multiactor para el desarrollo sostenible.
El SINACID representa la entrada con pasos firmes hacia la consolidación de un sistema dual en materia de cooperación internacional para el desarrollo que dotará al país para un ejercicio responsable y solidario en el marco de la Cooperación Sur-Sur que, como he dicho ya en distintas ocasiones, es la “Nueva Diplomacia de la Región Iberoamericana
Ello así, porque aparte de los principios de solidaridad, horizontalidad, respeto y responsabilidad mutuos, respeto a las soberanías nacionales, nunca en la historia de las relaciones internacionales entre nuestros países se había tenido ni la intensidad ni el nivel de contactos que se han generado en el marco del esquema de la Cooperación Sur-Sur y sus distintos instrumentos de ejecución.