La pandemia del COVID-19 ha expuesto la fragilidad estructural de nuestras sociedades, con consecuencias sociales, económicas y humanitarias todavía imprevisibles.
Las Agencias y Entidades Responsables de Cooperación Internacional en Iberoamérica están llamadas a desempeñar un papel fundamental como articuladoras y facilitadoras del diálogo, impulsando la reflexión y la acción colectiva de todos los actores del desarrollo en el mantenimiento de la Agenda 2030.
El logro que supuso la aprobación universal de los Objetivos de Desarrollo Sostenible no debe ser abandonado, y las agencias y responsables de cooperación de la región debemos convertirnos en abanderados de esta causa global.
Para ello, resulta central fortalecer más aún la Cooperación Sur-Sur (CSS) y la Cooperación Triangular (CTr) como medios de implementación de la Agenda 2030, impulsando los ecosistemas de emprendimiento e innovación y la digitalización de todos los procesos nacionales, principalmente en temas asociados a la salud, la educación, la alimentación, la superación de la pobreza, el trabajo digno, el fortalecimiento de las cadenas de valor, el desarrollo de la ciencia y la tecnología, y la protección del medio ambiente, entre otros.
Transformación profunda
La pandemia traerá una nueva agenda global de desarrollo que incluirá una transformación profunda en el papel de la cooperación internacional como elemento central y vehículo indispensable del proceso multilateral.
Desde nuestra región corresponde fomentar el diálogo e impulsar los intercambios de todo tipo para estimular una recuperación sostenible, propiciando la participación del sector privado, la academia y la sociedad civil, compartiendo datos y evidencias sobre mejoras prácticas e innovaciones.
La crisis del COVID-19 ha puesto en evidencia la necesidad de apoyar y fortalecer el desarrollo científico y la tecnología asociada, proceso en el cual la cooperación internacional cobra una particular importancia.
Nos encontramos frente a nuevos tiempos para la cooperación internacional que se traducen en una oportunidad para unir esfuerzos y compartir capacidades, conocimientos, habilidades y experiencias en apoyo a los esfuerzos de nuestros países para superar nuestras brechas de desarrollo
Por ello planteamos el fortalecimiento de los mecanismos existentes de coordinación de redes de universidades y centros de investigación científica, con el fin de identificar acciones y experiencias inicialmente destinadas a contrarrestar los efectos de la pandemia, pero que deberán trascender sus efectos con énfasis en la CSS.
La Agencia Peruana de Cooperación Internacional se encuentra contribuyendo con la resiliencia y la mitigación de los efectos del COVID-19, complementado los esfuerzos nacionales para atender la crisis generada por esta pandemia, articulando y gestionando la cooperación proveniente desde múltiples actores públicos y privados.
Desde nuestra condición de país dual, la Agencia viene promoviendo el uso eficaz de los recursos de la cooperación y fortaleciendo los alcances de la CSS y la CTr, bajo una gestión orientada a resultados y promoviendo la solidaridad y asociaciones estratégicas frente a desafíos comunes de nuestra región.
La Oferta Peruana de Cooperación Técnica Internacional 2020 priorizará aquellas temáticas que puedan contribuir a contrarrestar la pandemia. Igualmente tenemos como tarea fundamental fortalecer el sistema nacional de cooperación, con el fin de promover la articulación, el intercambio de información, experiencias, la generación de sinergias y esquemas innovadores de cooperación como las Alianzas Multiactor.
Nos encontramos frente a nuevos tiempos para la cooperación internacional que se traducen en una oportunidad para unir esfuerzos y compartir capacidades, conocimientos, habilidades y experiencias en apoyo a los esfuerzos de nuestros países para superar nuestras brechas de desarrollo, en concordancia con las recomendaciones de la Segunda Conferencia de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Cooperación Sur-Sur (PABA+40).
Más allá de la pandemia, la CSS y CTr deberán continuar afianzándose como herramientas de gran valor para el desarrollo sostenible, para lo cual debemos aprovechar su contribución en el intercambio de conocimientos, el aprendizaje conjunto y la elaboración coordinada de soluciones y resultados tangibles.