El proyecto de nación que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador ha puesto la cultura al centro de la agenda desde el primer día de su gobierno y ha marcado un claro rumbo para redistribuir la riqueza cultural con el fin de garantizar las libertades en todas sus dimensiones. En este proyecto cultural, nadie se queda atrás y nadie se queda fuera.
Para México, la cultura es una manera fundamental de reconstruir el tejido social porque representa una herramienta inigualable para acabar con la violencia y la pobreza. La diversidad cultural, la mayor fuerza que tenemos como país, hace visibles a los invisibles porque coloca a la grandeza de las civilizaciones en escala humana y cotidiana. Por ello, la cultura se ha situado en el centro de las políticas de bienestar de este gobierno.
La política cultural del Estado mexicano basa su trabajo en tres principios fundamentales: la inclusión, el reconocimiento a la diversidad y la defensa de las libertades. Estos principios son también valores centrales que promueve la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que ha dispuesto en la Conferencia Intergubernamental de Políticas Culturales, Mondiacult 2022, uno de los trabajos más ambiciosos y con mayor trascendencia para las políticas culturales del siglo XXI.
La política cultural del Estado mexicano basa su trabajo en tres principios fundamentales: inclusión, reconocimiento de la diversidad y defensa de las libertades.
La humanidad se encuentra en un momento crucial, marcado por enormes retos como enorme brecha de desigualdad, conflictos armados, cambio climático o la pandemia de Covid-19. Ante estas circunstancias, los países buscaron atender las necesidades básicas de su población y, al mismo tiempo, garantizar la sostenibilidad social y económica.
Tiempos difíciles para la cultura
En los momentos más agudos de la pandemia, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México dejó claramente demostrado que su quehacer a nivel de las comunidades es una herramienta para la activación del tejido social, la comunicación y, sin duda, de apoyo a la salud pública.
Mediante la cultura se promovió una integración intrafamiliar en todas las regiones del país, se brindó herramientas informativas en los medios de comunicación públicos, se amplió la oferta educativa y de circuitos culturales y se fomentó la participación de más personas, en especial de la niñez con actividades lúdicas. La cultura resultó ser un espacio de conciliación, información, reflexión y paz. Nos brindó más música, literatura y cine, nos facilitó la participación en redes sociodigitales, blogs o podcasts para hacer más llevable el confinamiento: una cura para el alma.
En esta crisis sin precedentes, el sector cultural fue el primero en detener sus actividades y el último en retomarlas. Se buscó entonces la manera en que los artistas volvieran a encontrarse con sus públicos en espacios con protocolos seguros, para que así, el bálsamo que ha sido la cultura en esta época de crisis cobrara más importancia en la agenda global de desarrollo. Estamos convencidos de que la cultura puede reconstruir la confianza, disipar el miedo y rehacer comunidad.
La cultura puede reconstruir la confianza, disipar el miedo y rehacer comunidad en momentos de crisis
Dada su enorme importancia real y estratégica, durante esta administración se decidió hacer de la diplomacia cultural uno de los ejes de acción de nuestra política exterior con la visión de promover la diversidad de manifestaciones culturales del país, abriendo mayores oportunidades para la sociedad, a la vez que para mejorar la imagen de México en el mundo.
México, sede de Mondiacult 2022
En 1982, México fue sede de la Conferencia Mundial sobre las Políticas Culturales (Mondiacult), encuentro convocado por el Gobierno de México en colaboración con la UNESCO, donde asistieron ministros y ministras de cultura de todo el mundo para definir la ruta de navegación de las políticas culturales que conocemos actualmente.
Este año 2022 se cumplen cuatro décadas de aquella decisiva conferencia y, de nueva cuenta, México volverá a ser anfitrión de este importante foro mundial. A diferencia de la primera edición de Mondiacult, el mundo vive hoy un cambio cultural sin precedentes, lo cual genera una gran oportunidad para colocar a la cultura en el centro de las políticas de desarrollo sostenible.
La Segunda Conferencia Mundial de Políticas Culturales allanará el camino para la plena integración de la cultura como un bien público global, y con ello, el establecimiento de una piedra angular para un mejor futuro para la humanidad.
La Segunda Conferencia Mundial de Políticas Culturales allanará el camino para la plena integración de la cultura como un bien público mundial.
Al entrar en la última década de acción para la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, la UNESCO y sus Estados miembros, junto con la comunidad cultural han llegado al consenso de establecer una hoja de ruta de aspiraciones comunes en torno a las políticas culturales y hacer frente a los desafíos globales para perfilar las prioridades inmediatas y futuras del sector.
En las tres dimensiones del desarrollo sostenible: la económica, la social y la medioambiental, la cultura cumple una función específica para su consecución, toda vez que contribuye notablemente al desarrollo económico de los países; es un vehículo de inclusión social y construcción de ciudadanía; mientras que la gestión cultural contemporánea, las políticas y las prácticas culturales de nuestro tiempo deberán estar ligadas de manera multidimensional al binomio indisoluble: naturaleza y cultura.