España comenzó su apuesta por el turismo en los años 60. Desde entonces hasta ahora ha crecido de manera ininterrumpida con una fórmula de “sol y playa” hasta convertirse en el país más competitivo del mundo y en el segundo en gasto y número de turistas. Sin embargo, es hora de plantearse si este modelo puede mantenerse en el tiempo y responder a las necesidades actuales, no solo del sector turístico sino del territorio y de la propia ciudadanía.
Los continuos cambios que se han producido en el turismo y que, de modo acelerado, se seguirán produciendo, nos obligan a aprovechar esta coyuntura favorable para reorientar nuestro modelo de crecimiento hacia el paradigma de sostenibilidad plasmado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030. Porque si se planifica y gestiona con responsabilidad, el turismo tiene el potencial de ser un instrumento que fomenta la igualdad, la inclusión, el trabajo digno, la conservación de los ecosistemas y el patrimonio, la repoblación o la cohesión social.
Si se planifica y gestiona con responsabilidad, el turismo tiene el potencial de ser un instrumento que fomenta la igualdad, la inclusión, el trabajo digno, la conservación de los ecosistemas y el patrimonio, la repoblación o la cohesión social.
Por eso, la Secretaría de Estado de Turismo se halla inmersa en la transformación del modelo de crecimiento turístico de España hacia uno más sostenible y sostenido. Precisamente la sostenibilidad en sus tres vertientes –económica, social y medioambiental- es el eje que vertebra las directrices generales de la Estrategia de Turismo 2030 que presentamos en Consejo de Ministros el pasado mes de enero. Y es que hasta ahora pensábamos que la sostenibilidad era una opción, una vía para tratar de contrarrestar las externalidades negativas que genera la actividad turística. Hoy tenemos la certeza de que no es así, de que es la única vía posible de crecimiento, porque el turismo será sostenible o simplemente no será.
Estas directrices de turismo de España proponen un modelo de crecimiento apoyado en la mejora de la rentabilidad a través de la calidad y la adaptación tecnológica permanente, en la preservación de los valores naturales y culturales, y en la distribución equitativa de los beneficios y las cargas del turismo. Somos un país líder mundial en turismo, dispuesto a defender esta posición desde la competitividad, el apoyo al sector y el compromiso con la consecución de los ODS.
La implicación de España con la Agenda 2030 es tal que la Organización Mundial del Turismo (UNWTO) la ha elegido para coliderar junto a Francia el programa One Planet Sustainable Tourism, una plataforma multiactor centrada en desvincular el crecimiento del turismo del mayor uso de recursos naturales, y que promueve el desarrollo, la promoción y la ampliación de prácticas sostenibles de consumo y producción que impulsen el uso eficiente de los recursos naturales. Porque como todos sabemos sin sostenibilidad, simplemente no habrá turismo.